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¿Cómo sobrevivir a tus emociones y sentimientos?

¿Cómo dejar de sentirme deprimido(a)?

¿Qué es la depresión?

La depresión es ser esclavo de la tristeza, es la pérdida del color en tu mundo, que cada uno de sus tonos se difumine en oscuridad perpetua, percibir cómo todas tus emociones y sentimientos buenos se descomponen de manera aparentemente irremediable, que de manera lenta y dolorosa la monotonía te apuñale cada día en el corazón como un asesino suelto, que la melancolía te devore como un depredador hasta que haya tragado cada gramo de voluntad en tu ser, es caerte en un pozo sin fondo mientras se te marchita el alma en una eterna caída libre. 

Todo el contenido del párrafo anterior se puede resumir en que la depresión es horrible, y creo que eso todos lo sabemos, sin embargo, lo que no sabemos es cómo librarnos de ella, o de lo contrario no sufriríamos tanto por sentirnos deprimidos. La presente entrada tiene cómo objetivo ayudarte a entender tu propia depresión y darte algunos consejos que te puedan ayudar a librarte de ella, así que si te interesa, continúa leyendo. 

Consejos para superar la depresión:

1) Descubre por qué estás deprimido(a):

Uno de los grandes misterios de la vida es el origen de nuestra sensibilidad, por qué presentamos determinadas emociones o sentimientos, por qué nos sentimos de ciertas maneras, son misterios porque nos cuesta trabajo discernir las razones por las que suceden, a veces nos sentimos tristes o enojados y ni nosotros mismos entendemos porqué, así que si no comprendemos el porqué de nuestras propias emociones y sentimientos, ¿Cómo se supone que las cambiemos cuando nos hacen sentir mal?

Puede que sea difícil entender tu depresión, pero entenderla podría ser la clave para deshacerte de ella, así que comienza a observar a tu alrededor: ¿Qué es lo que ves? Presta atención a tus circunstancias ¿Qué es lo que está sucediendo que tanto te afecta? Tal vez se trata de una situación, o un problema lo que está detonando todo.

También podría ayudar que prestes atención no sólo a tu presente, sino también a tu pasado, ¿Qué fue lo que te sucedió que te está haciendo sentir tan mal ahora? Como seres humanos solemos arrastrar situaciones desfavorables y problemas desde mucho tiempo atrás, que si bien cuando comenzaron no nos afectaban tanto, duramos tanto tiempo soportándolas que nos hemos convertido en una olla de presión que terminó por estallar; piensa que nunca es demasiado tarde para enfrentar tu pasado, si bien es inalterable, sí se pueden alterar las consecuencias que tiene en el presente, y el presente en sí, así que busca maneras de hacerlo, enfrenta tus problemas y resuélvelos.

En otras ocasiones, el detonante de nuestra depresión puede no ser un factor externo, sino interno, así que adelante, mira dentro de ti y ve qué es lo que encuentras, pueden ser problemas de autoestima, o autoconfianza o una crisis existencial, sea lo que sea, aunque no te guste mirar en esa dirección, te pido que mires, y descifres la manera de resolverlo. No te voy a mentir, tratar de descifrar por qué te sientes deprimido o deprimida puede ser desagradable, quizás sea un porqué que no quieres conocer, pero es importante que lo conozcas para que puedas trabajar a partir de ese porqué y eliminar de raíz tu depresión.

2) Oponte a la monotonía:

A veces llegamos a un punto en nuestras vidas donde todo se siente igual, aburrido, repetitivo y ausente de novedad, emoción, o razones por las cuales valga la pena seguir existiendo. Cada vez que te sientas así quiero que evalúes tu vida ¿Qué cosas no te gustan de ella? ¿Qué es lo que sientes aburrido? ¿De qué te hartas? Una vez que respondas a esas preguntas, será momento de ponerse creativos, piensa en cambios positivos que puedas implementar en tu vida, nuevos hábitos, pasatiempos, actividades, cosas que te puedan hacer sentir mejor, quizás las cosas que se te ocurran parezcan insignificantes en el momento, sin embargo, es un conjunto de pequeños cambios los que pueden hacer una gran diferencia en tu vida más adelante.

También es bueno que identifiques las cosas que no te gustan de tu vida, para que puedas cambiarlas, velo como una oportunidad de desprenderte de hábitos que te hacen sentir mal y que no te gustan, quizás descubras que no puedes dejar de hacer todas ellas, ya que a veces se trata de obligaciones como la escuela  el trabajo, sin embargo, lo que sí puedes hacer, es idear maneras de tener una relación más positiva con esos aspectos inalterables. No esperes que el cambio venga de afuera, porque de ser así sólo te vas a frustrar, quién tiene que tener la iniciativa de hacer el cambio, eres tú. El punto es que reorganices tu vida de una manera que te haga sentir mejor, y que apague el aburrimiento que te molesta. 

3) No te dejes llevar por la melancolía:

Cuando caemos en el agujero de la depresión llega un punto en el que nos invade la melancolía, pero ¿Qué es la melancolía? La melancolía es el sentimiento de que nada vale la pena, de que nada tiene sentido ni es importante, usualmente comenzamos a ponernos melancólicos con cosas pequeñas y gradualmente nuestra melancolía comienza a acaparar todos y cada uno de los aspectos de nuestras vidas. Un día no queremos hacer las actividades que acostumbrábamos a hacer, y otro día ni siquiera nos queremos levantar por las mañanas. 

¿Cómo evitamos la melancolía? La única forma que hay es con fuerza de voluntad, lo sé, es difícil e injusto, pero así es la vida, tenemos que empezar a obligarnos a hacer las cosas aunque no queramos, si por ejemplo un día te sientes tan triste que ya ni ves ningún sentido en comer, come de todos modos, tienes que intentar relajarte, apaga tu cerebro negativo que te dice un sinfín de razones por las cuales no vale la pena comer, y sólo come.

Es importante que hagas esto cuidando de no caer en la monotonía que mencionamos previamente, ese sentimiento en el que estás aburrido o harto de hacer las cosas y sólo las haces automáticamente como un robot sin sentir nada al respecto, y cuando te sientes melancólico por la idea de comer y sólo te limitas a obligarte a hacerlo, puede que caigas en una acción monótona más. La forma de evitar que el obligarnos a hacer las cosas se convierta en acciones monótonas es reconfigurando nuestra mentalidad, no se trata sólo de evitar pensar por qué no comer y comer, también debes hacer el intento de pensar en por qué sí comer, prueba hacer lo anterior y llegará un punto en el que ya no te costará trabajo hacer las cosas. 

No dejarse llevar por la melancolía cuando estás en depresión es muy difícil, no te lo voy a negar, no te va a gustar luchar contra este sentimiento, pero debes recordar que tampoco te va a gustar dejarte llevar por él, porque cuando caes en la melancolía la vida deja de tener sentido, y no queremos que eso pase, queremos que la vida vuelva a tener significado para ti, que vuelvas a activar tus emociones y sentimientos buenos, y para ello tendrás que contradecirte a ti mismo(a).

¿A qué me refiero con lo anterior? Tu cerebro deprimido es un cerebro negativo, y cuando se pone melancólico te dice que no hagas las cosas, que no valen la pena, te puede decir que no comas y darte mil razones (Que analizándolas seguramente serán falacias) para no comer, tu forma de pensar está en modo: “No quiero comer, porque no vale la pena alimentarme”, y es comprensible que te sientas así, pues estás deprimido de cualquier forma, y esa la razón por la que tendrás que contradecirte e ir en contra de todas esas cosas negativas que piensas para recuperar las positivas. 

Conclusión:

No es fácil superar una depresión, cuesta mucho esfuerzo y fuerza de voluntad, pero se puede lograr, así que si te sientes deprimido(a) intenta descubrir la causa de tu depresión de forma extrospectiva e introspectiva para que puedas solucionar aquello que te hace sentir así; no caigas en la monotonía, en vez de eso busca implementar cambios positivos en tu vida para que poco a poco te empieces a sentir mejor gracias a pequeñas acciones; y sobre todo no te dejes llevar por la melancolía que busca mantenerte en estado de depresión por siempre, mejor contradice tu cerebro melancólico, haz las cosas que te impide hacer, y concéntrate en razones por las cuales hacer dichas cosas, y verás que poco a poco la depresión se irá. 

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Taller literario

¿Cómo aprender a escribir diversos géneros literarios?

Consume géneros variados:

Desde niños se nos ha dicho que debíamos comer de todo, que debíamos saber un poco de todo para poder tener cultura general, se nos ha educado para ser flexibles, capaces de consumir todos los tipos de alimentos y tener conocimientos variados.  Y si lo pensamos, tiene sentido que se nos eduque de ese modo, que nos enseñen a tener flexibilidad en diversas áreas de nuestras vidas, puesto que eso cuenta con muchos beneficios, si comemos de todo (incluso las verduras que no nos gustaban y aún así nos obligaban a comer) nos nutrimos por ello, y si tenemos cultural general, podemos aprovechar los diversos conocimientos que nos da el tenerla. 

Se podría decir que podemos ser flexibles en todas las áreas de nuestras vidas, y la literatura no es la excepción. Así como debemos de comer de todo, y saber un poco de todo, también es bueno que leamos un poco de todo, que nos acerquemos a diversos géneros literarios tanto desde la posición de un lector como la de un escritor.

Por lo tanto, si como escritor o escritora deseas escribir nuevos géneros literarios, comienza por variar las historias que consumes. Ya sea en forma de novelas, películas o series, empieza a leer y ver historias de géneros diferentes a los que estás acostumbrado o acostumbrada a escribir.

Descubre las características del nuevo género que quieres empezar a escribir:

Piensa en un género literario que te gustaría empezar a escribir, luego empieza como lector y espectador y consume historias de ese género, una vez que lo hayas empezado a hacer habrás comenzado con la primera etapa de tu escritura, la cual es el aprendizaje, necesitas empaparte de este nuevo género, aprender cómo es para que lo puedas recrear más adelante.

Parte de estas nuevas historias que estás consumiendo y descríbelas para ti mismo(a), escríbelas en una hoja, cuéntate cómo son esas historias, haz una sinopsis breve donde te comuniques qué es lo que sucede en ellas, y enlista las características que vas descubriendo en las mismas. 

También puede ayudar que no te quedes sólo con un libro o con una película, consume más que eso para que tengas material de comparación, si por ejemplo viste tres películas de suspenso, intenta descubrir qué tienen en común esas tres películas a partir de la información ya recolectada en las sinopsis y en las características que enlistaste, busca patrones, similitudes y diferencias, ya sea sobre los personajes, los conflictos, el worldbuilding, el tiempo de la narrativa, todos los aspectos que se te ocurran pueden resultar de utilidad y te enseñarán muchas cosas. 

Compara el género que sueles escribir con el nuevo género que quieres empezar a escribir:

En esta primera fase de aprendizaje también puede ayudarte que contrastes las características de este nuevo género con las del género que estás acostumbrado (a) a escribir, si por ejemplo escribes ciencia ficción y quieres escribir suspenso, compara todo lo nuevo que estás aprendiendo sobre el suspenso con lo que ya conoces sobre la ciencia ficción. Esto te sirve porque te puede dar una idea de en qué se parecen y en que no, y sabiendo eso será más claro para ti qué cosas en específico que haces para escribir ciencia ficción pueden o no ayudarte a escribir suspenso, te dará una idea de las ventajas y desventajas que tienes al escribir este nuevo género considerando que no lo has hecho anteriormente. 

No te digo que hagas lo anterior para que te desmotives, después de todo siempre tiene que haber una primera vez para hacer cualquier cosa, y no podemos esperar perfección de esa primera vez, así que no te frustres si al poner las cosas en esta perspectiva te sientes insuficiente o inadecuado(a) para experimentar con este nuevo género, ya que sólo viste las ventajas que tienes para que las explotes al máximo, y las desventajas que tienes para que busques mejorar al máximo en esos aspectos, sólo será cuestión de que lo intentes y te dés del tiempo de que las cosas sucedan.  

Determina qué clase de historia deseas escribir:

Anteriormente mencioné que consumiendo historias de un nuevo género que normalmente no consumes, puedes aprender de las mismas para que después pases a escribir las tuyas propias, sin embargo, cabe aclarar que no es lo mismo aprender que imitar, cuando aprendes asimilas un concepto para poder ejecutar una acción por tu propia cuenta y a tu propia manera; en cambio cuando imitas, independientemente de si asimilaste el concepto o no, sólo te limitas a ejecutar la acción exactamente de la misma forma en la que alguien más la hizo ante ti. 

Ahora mismo acabas de ejecutar la primera etapa, la cual es el aprendizaje del nuevo género, bueno, tienes que asegurarte de que en verdad aprendiste, y la forma de hacer eso es pasando a la segunda etapa, a la escritura, comienza a escribir una historia de este nuevo género. Cuando intentamos aplicar un aprendizaje, cómo escribir un género literario distinto, puede que no hayamos aprendido nada de esas otras historias que consumimos, pues terminamos imitándolas, y si ese es el caso debemos cambiar, dejar de imitar y aprender, pues sólo así podremos dar con un producto propio y original. 

Así que mientras te empapes de este nuevo género literario y lo conozcas a través de nuevas obras, no caigas en el error de imitar ciegamente sus características, recuerda que tú tienes un pensamiento crítico, y cómo lector y autor puedes decir si algo te gusta o no de una obra, puede que descubras que muchas historias del mismo género usan ideas repetidas (también llamadas clichés) que no necesariamente encuentras atractivas o te gustan, en estos casos debes ver la forma de corregir estás características y adaptarlas a lo que a ti te gustaría lograr.

O por el contrario, puede que encuentres características que sí te gusten, y en estos casos puedes implementar esas características en tu propia obra, siempre y cuando recuerdes aprender a hacer lo propio, para que así uses tu creatividad para hacer algo nuevo en tu obra, y no te limites a imitar las características de las obras que consumiste. Al final del día, lo importante es que tengas claro qué clase de historia quieres crear, qué conjunto de características propio, nuevo y original deseas darle aprovechando todo lo que sabes. 

Conclusión:

Aprender a escribir un nuevo género puede ser una experiencia emocionante, ya que abre las puertas a grandes posibilidades de nuevas historias, ya sea que las escribas exclusivamente en ese nuevo género, o incluso decidas combinarlo con otro que ya conoces. Desafortunadamente, esta emocionante experiencia también puede sentirse abrumadora debido a los miedos, inseguridades y ansiedad que puedan surgir al hacer una actividad que nunca antes hemos hecho por primera vez, sin embargo, todo puede salir bien siempre y cuando sigas las dos fases del proceso: 

Aprender, que es consumir historias del nuevo género literario en varias obras (ya sean libros, series o películas) para asimilar todas las cosas nuevas que tienen que ofrecer; y escribir tu propia historia, sin caer en el error de limitar tu potencial por imitar las historias que consumiste previamente, en vez de ello, tienes que aprender de las mismas para hacer las tuyas propias, saber qué té gustó para que lo puedas incluso superar, y qué no te gustó para descartarlo por completo. Y sobre todo, debes recordar ser paciente contigo mismo(a) y disfrutar de tu proceso, pues estás escribiendo, y después de todo, te gusta escribir. 

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¿Cómo alcanzar tus sueños?

Me siento desmotivado ¿Qué debería de hacer?

¿Por qué es importante la motivación?

La motivación es el combustible de nuestras almas, es la energía potencial de un cuerpo transformándose en energía cinética, aquello que produce el movimiento que caracteriza el organismo de nuestro cuerpo, como la circulación de la sangre en nuestro corazón, o los parpadeos de nuestros ojos, e incluso va más allá de las simples funciones corporales que nos mantienen con vida, pues llega hasta las acciones que llevamos a cabo todos los días.

Sin motivación no existe el movimiento, los seres humanos requerimos de ella para poder actuar en nuestras vidas cotidianas, o de lo contrario nuestra energía cinética disminuye y se limita a simplemente ser el mecanismo que nos mantiene con vida, de modo que estamos vivos, pero no actuamos como tal porque nos falta el combustible de la motivación para realmente vivir.

Imagina que estás a bordo de un cohete intentando hacerlo volar hasta llegar a tu destino, ese cohete representa tus acciones, y ese destino al que se dirige las metas que logras gracias a tu accionar. Sin embargo tú cohete necesita de un combustible para continuar volando, dicho combustible es tu motivación, debes saber que tú cohete no te va a llevar a ningún lado si deja de volar por falta de combustible en pleno trayecto. Por lo tanto, es tu responsabilidad suministrarlo para garantizar que continúes volando, ya que si este se acaba vas a terminar a la deriva en el espacio, presa de la estática, con baja energía cinética, con vida, pero sin estar realmente viviendo.

Recuerda cuál es el propósito de hacerlo:

La motivación que nos lleva a actuar en nuestras vidas es una variable, no una constante, lo que significa que está a veces hace acto de presencia y a veces no. Lo anterior podrá parecer algo triste e injusto, y quizás lo es, pero así es la vida, a veces nos sentimos bien y a veces mal, a veces tenemos motivación y a veces no.

Por supuesto, el problema es cuando la variable de la motivación está ausente y nuestro cohete se queda varado en el espacio, así que ¿Qué podemos hacer en esos casos? ¿Cómo podemos recuperar nuestra motivación y cargar el tanque de nuestra nave? Lo primero que debes hacer es recordar por qué estás haciendo lo que estabas haciendo antes de perderte en el vacío sideral.

Tienes que pensar en la actividad que estabas realizando (y por la cual has perdido tu motivación) e invocar los pensamientos, emociones y sentimientos con los que comenzaste a hacer dicha actividad, pregúntate a ti mismo(a) ¿Cuál es el propósito de eso que estaba haciendo? ¿Por qué o para qué lo hacía? ¿Qué me hacía pensar y sentir cuando lo hacía?  Una vez que logres rebobinar hacia esos recuerdos vas a recuperar lo más importante, vas a recordar el propósito de tu movimiento, y vas a volver a sentir la motivación por el mismo.

Procura disfrutar el proceso:

Anteriormente en mi entrada Ser demasiado perfeccionista y autoexigente mencioné que es importante que dejemos de creer que siento perfeccionistas y autoexigentes de forma extrema nos va a ayudar a conseguir nuestros objetivos, puesto que la realidad es que no nos da más que frustración, baja autoestima, y baja autoconfianza, y si es que nos ayuda a cumplir una meta, sólo nos dará un instante de felicidad que no vale la pena comparado con todo un proceso de haber sentido miseria y sufrimiento, lo que nos llevaba a la cuestión: ¿Qué no es mejor tratar de disfrutar nuestro largo proceso, y no sólo un instante de éxito al final?

Entonces, si te sientes desmotivado o desmotivada quizás se debe a que estás tan impaciente con respecto a los resultados que esperas obtener, tal vez te has olvidado de disfrutar del proceso que solías llevar a cabo para llegar a dichos resultados, puede ser que esta sea una oportunidad para retroceder un instante y recordar que vas a cumplir tu propósito o meta tarde o temprano, pero mientras tanto debes pasarla bien mientras intentas llegar hasta ese punto.

Sé paciente contigo mismo(a):

A veces nos cuesta trabajo mantener nuestra motivación con respecta a una cierta actividad en nuestras vidas debido a que dicha actividad nos toma más tiempo del que nos gustaría que tomara, y debido a ello no hemos tenido todavía el gusto de disfrutar de los resultados de dicha actividad, es decir, no hemos alcanzado la meta o el propósito por el cual hacemos esa acción en primer lugar, lo que nos lleva a sentirnos desesperados, frustrados, y sin ganas de continuar haciéndolo. 

Puede que tú problema sea una mezcla de falta de placer por lo que haces, e impaciencia por obtener tus objetivos, puesto que ya no te gusta lo que tienes que hacer para obtener cierto resultado, y ya te desesperaste de no llegar a este. Cuando te sientas así tienes que recordar que las cosas toman su tiempo, hay acciones que deben efectuarse durante períodos más largos para rendir sus frutos, así como hay acciones que en menos tiempo los dan. 

A lo mejor te tocan acciones de mayor duración o de menor duración, y si te tocan las más largas, las que requieren de un mayor tiempo de espera para darte algo a cambio, tienes que aceptarlo, acepta que no todo está bajo tu control, que las cosas pueden alargarse más de lo que tú quieres, y aprende a ser paciente al respecto, no te desesperes y no te olvides de disfrutar de lo que haces por la impaciencia.

Conclusión:

Cuando la motivación actúe como una constante en tu vida y se olvide de hacer acto de presencia, lo mejor será que tomes una pausa para poner tus ideas en orden, recuerda por qué te gustaba la acción que estabas llevando a cabo, por qué querías los resultados de la misma; entiende que cuando llegues a dichos resultados la felicidad tan solo dura un instante por lo que no debes descuidar la felicidad que ofrece el largo proceso que te lleva a alcanzar un objetivo; y sobre todo date cuenta de que no puedes controlar absolutamente todo, pues las cosas llevan su tiempo, tal vez tú quieras que se logren más rápidamente, pero es probable que eso no pase y tengas que esperar y tenerte más paciencia.

Piensa que tú cohete puede llegar a dónde tú lo quieras llevar, puedes hacer que la variable de la motivación se vuelva una constante para poder suministrarle el combustible a tu nave. La motivación depende de ti, pero una vez que la recuperes y aprendas a mantenerla de tu lado, el movimiento ocurre de forma natural, entonces la energía cinética se apoderará de ti asegurándose de que acciones, y mientras acciones y te muevas, los resultados de ese accionar llegarán tarde o temprano.

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¿Cómo alcanzar tus sueños?

¿Cómo cumplir tus propósitos de año nuevo?

¿Qué son los propósitos de año nuevo?

El año tiene trescientos sesenta y cinco días, y cuando llegamos al último día en el calendario es costumbre festejar el comienzo del primer día del nuevo año, el año nuevo es una celebración que toma lugar cada año en el 31 de diciembre, acostumbramos a hacer una cena especial, y cuando el reloj está a punto de dar las doce, suenan doce campanadas, y en cada campanada nos comemos una uva, y por supuesto pedimos un deseo por cada una, estos son doce deseos por cada mes del año, y son sobre cosas que queremos que se nos cumplan durante el próximo año. 

Hoy es 6 de enero, hace seis días fue año nuevo y comimos las tradicionales doce uvas mientras pedíamos nuestros deseos, así que es un buen momento para volver a las cosas que pedimos y hacer que sucedan, ya que el nuevo año está apenas comenzando. Pero la cuestión es: ¿Cómo convertimos esos deseos en realidad? A continuación te presentaré seis consejos para que puedas hacerlo.

1) Dale un significado a cada propósito:

Los seres humanos somos seres emocionales, lo cual significa que somos motivados por emociones y sentimientos, y gracias a los mismos es que accionamos, eso significa que vas a intentar hacer las cosas que te importen a nivel personal, mientras que las que no te importen difícilmente te molestarás en hacerlas. Esto pudiera parecer muy obvio, pero no lo es, a veces tenemos propósitos que no cumplimos por el simple hecho de que no nos importan lo suficiente, es por ello que antes de perseguir cada propósito que haces, tienes que explicarte a ti mismo el porqué de ello ¿Por qué lo quieres? ¿Por qué te importa? 

Necesitas tener una conversación seria contigo mismo(a) en la que te expliques estas cosas sobre cada uno de tus propósitos, puedes dejar las cosas claras en esa plática interna o escribirlas para asegurarte de no olvidarlas, pero lo importante es que respondas a estas preguntas sobre cada propósito, y las recuerdes, de ese modo transmitirás tus emociones y sentimientos a cada uno de ellos, y harás que te importen de verdad, y si te importan de verdad vas a accionar. 

2) Vive cada día como si fuera un nuevo día:

¿No te ha pasado que en los primeros días de enero tienes más energía y motivación para hacer las cosas, pero las pierdes a lo largo del año? Es muy típico, los primeros días sales a correr al parque en las mañanas, y durante el resto del año no vuelves a poner un pie en el parque, pero ¿Por qué pasa esto?

Nuestro cerebro tiene una afinidad por aquellas cosas que son “nuevas”, por ejemplo, siempre que compramos un producto nuevo nos emocionamos por estrenarlo, pero a veces una vez estrenado ya no nos interesa tanto, pues ya perdió la novedad, ya dejó de ser nuevo. Es cómo cuando compras algo que sólo usas una vez y después lo olvidas y lo dejas tirado por ahí. 

Necesitamos enseñarle a nuestro cerebro a no perder esa sensación de novedad para así poder mantener nuestra misma energía y motivación de hacer las cosas por un tiempo más prolongado, ¿Por qué no todo el año? Intenta lo siguiente: Vive cada día como si fuera primero de enero, no te olvides de ese entusiasmo y felicidad con los que comienzas el año, y cada que comiences una nueva semana, mes o incluso día, vuelve a esa emoción, eso te ayudará a estar más alegre y motivado, con lo que te será más fácil ser productivo(a) a la hora que cumplir con tus propósitos de año nuevo. 

3) Establece recordatorios:

Seamos sinceros, hay una diferencia entre la cantidad de propósitos que hacemos y la cantidad de propósitos que realmente cumplimos, si bien las razones de lo anterior pueden variar, un motivo por el cual no todos nuestros propósitos se convierten en realidad es simple y sencillamente porque los olvidamos, olvidamos qué queríamos lograr en primer lugar, olvidamos por qué lo queríamos, y nos olvidamos de accionar para poderlos lograr. 

Por lo tanto necesitamos mejorar nuestra memoria, y algo que nos ayudaría con eso es simple organización: Anotar qué propósitos tenemos, por qué, y cómo esperamos lograrlos, y consultar esa información durante todo el año para asegurarnos de recordarlo todo y  que no estamos dejando de accionar para cumplir dichos propósitos. 

4) Idea planes para cumplir tus propósitos:

Existe una gran diferencia entre deseo, y propósito, mientras que un deseo es simplemente algo que quisiéramos que pase, un propósito es un deseo que está encaminado a cumplirse porque ya hay una estrategia o plan detrás, ya hay pequeñas acciones para hacer que se cumpla. Cometemos el error de simplemente pedir doce deseos en año nuevo mientras comemos uvas, y no pensarlos como propósitos que tenemos que cumplir. 

Pregúntate ¿Qué puedo hacer yo para que este deseo se cumpla? Si quieres algo no simplemente digas “quiero esto”, di “quiero esto y lo voy a conseguir de tal forma”, porque si te quedas solo en el “quiero” estás pidiendo un simple deseo que tal vez no se cumpla, en cambio, si defines cómo podrías actuar para que se cumpla, estás estableciendo un propósito con posibilidades reales de que se cumpla.

5) Establece rutinas que te ayuden a accionar:

Vas a necesitar disciplina para cumplir tus propósitos, lo siento pero no basta que definas qué quieres y porqué, te acuerdes de ello, y tengas una idea de qué podrías hacer para que se cumpla, eso es sólo la teoría, y de nada te sirve si no la pones en práctica. Necesitas configurar rutinas en las que metas las actividades que has determinado que te van a ayudar a cumplir tus propósitos, y debes cultivar el hábito de hacer esas cosas, es verdad que cuando no estamos acostumbrados a hacer ciertas cosas, puede ser difícil al principio hacerlas, así que, si lo sientes así, prueba empezar con un ritmo tranquilo y poco a poco aumenta la intensidad, así vas a agarrar el hábito con mayor facilidad y lo vas a conservar. 

Por ejemplo, si tu propósito es ponerte en forma, y la acción que vas a llevar a cabo para lograrlo es hacer ejercicio, no es la mejor idea que te obligues a hacer una rutina increíblemente intensa de dos horas el primero de enero, en la que terminas matándote para terminar con tal de quemar miles de calorías, porque quizás la terminas y quemas esas miles de calorías, pero como tu cuerpo no está acostumbrado vas a odiar esa rutina que hiciste y acabarás muy adolorido(a), y el ser humano no es capaz de hacer algo que le cause dolor o disgusto todos los días durante todo un año, (mucho menos durante toda la vida, en el caso de que prefieras mantenerte en forma permanentemente y no sólo una temporada), tarde o temprano lo vas a dejar de hacer por lo que, o no vas a cumplir tu propósito de ponerte en forma, o lo vas a lograr, pero no te va a durar después. 

En mi experiencia personal, lo mejor para agarrar el hábito de hacer ejercicio cuando eres una persona muy sedentaria que no estaba acostumbrada a ejercitarse, es que al principio te concentres en hacer que te guste el ejercicio y no tanto en quemar miles de calorías, porque si empiezas con rutinas fáciles de poca duración e intensidad que no te duelan tanto y realmente intentas disfrutar de esa actividad que es el ejercicio, ahí si es fácil que mantengas el hábito de ejercitarte todo el año, porque estarías haciendo una actividad que te gusta, y con un poco de paciencia antes de que te des cuenta no sólo habrás adquirido el hábito, sino que serás capaz de hacer rutinas más largas e intensas en las que quemas miles de calorías en un rato, lo que en consecuencia te pondrá en forma, quizás un poco más lento, tal vez a mediados de año, y no a mediados de enero, pero al menos alcanzaste tu propósito y adquiriste un hábito que podrás mantener durante los próximos años sin hacer ningún esfuerzo. 

6) Determina fechas límite para tus acciones:

¿Alguna vez has escuchado que los seres humanos trabajamos mejor bajo presión? Pues hasta cierto punto es verdad, piensa por ejemplo en la vez en la que en la escuela o en el trabajo se te exigió que cumplieras con una inmensa cantidad de trabajo en poco tiempo, tú normalmente hubieras preferido hacer las cosas más despacio de forma feliz y despreocupada, pero por una exigencia externa te las arreglaste para hacerlo en muy poco tiempo, ¿No crees que esa es la prueba de que eres capaz de hacer muchas cosas rápidamente? Tal vez si quieres resultados rápidos, debas presionarte un poco (solamente no llegues al punto de auto explotarte porque después terminarás enfermándote por estrés y ansiedad).

Sólo piénsalo, tienes un año entero, trescientos sesenta y cinco días divididos en doce meses, una forma de asegurarte de que cumplas tus propósitos de año nuevo es poniéndo fechas límites para las acciones que vas a ir llevando a cabo, de modo que los resultados lleguen conforme vayas cumpliendo con las actividades que te van a ayudar a eso. Puedes establecer que una acción esté completada para febrero o junio, eso ya lo decidirás tú cuando organices lo que harás durante el año, el punto es que te presiones sólo un poco para optimizar tus resultados y asegurarte de alcanzar todos tus propósitos.

Conclusión:

Hacemos propósitos de año nuevo cada año, pero no siempre los cumplimos, por lo tanto es importante que le asignemos un significado a cada uno, establezcamos el porqué nos importa, porqué lo queremos, puesto que el saber eso es el combustible de nuestra motivación; no debemos olvidarnos de mantener el sentimiento de novedad cada día, semana y mes para no dejar ir la energía y la motivación con la que empezamos el primero de enero; hay que asegurarnos de recordar nuestros propósitos durante todo el año y tener planes para asegurarnos de cumplirlos, de modo que accionemos; y hay que meternos un poco de presión con fechas límite para asegurarnos de que todos nuestros propósitos de año nuevo se vean realizados y no se queden sólo en simples deseos. Así que lucha por cumplir tus doce propósitos, y aunque hoy es 6 de enero, te deseo que tengas un feliz año. 

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Autoestima, Autoconfianza, Autoaceptación

Perdónate por tus equivocaciones

¿Las equivocaciones son algo negativo?:

El error es algo natural que nos cuesta trabajo ver de ese modo y aceptar cuando acontece porque puede representar una avalancha de cosas negativas para nosotros, y tiene sentido que lo sintamos de ese modo, pues durante toda la vida hemos sido adiestrados para ver cosas malas en las equivocaciones, ya que desde muy temprana edad en diferentes áreas de nuestras vidas se nos va enseñando la relación causa-efecto de las cosas, es decir, nos dicen que por todas las acciones que cometemos hay consecuencias, por lo que estamos acostumbrados a sentir repulsión por las consecuencias negativas y a evitar a toda costa las acciones que nos puedan llevar a dichas consecuencias. 

Por ejemplo: De niños aprendimos a no portarnos mal porque si lo hacíamos seríamos castigados, por lo que portarnos mal podía ser un grave error que nos llevaba a un terrible castigo, por lo tanto, una vez castigados ¿Cómo nos íbamos a alegrar por haber llevado a cabo la acción que nos llevó a ese castigo? 

Claro que aprendíamos del error tras el castigo y después de eso intentábamos no volvernos a portar mal, pues queríamos evitar ser castigados por ello, pero a pesar del aprendizaje que obteníamos de haber cometido el error, seguíamos viéndolo como algo negativo. Bueno, se podría decir que es precisamente ese mismo comportamiento el que mantenemos a lo largo de nuestras vidas: Somos como niños que son castigados después de portarse mal, y aprenden a no volverlo a hacer, porque ven la acción que les trajo el castigo como un error; y conforme vamos creciendo vemos cualquier acto que nos trae un resultado negativo como una simple equivocación por la que somos castigados.

Con lo anterior no propongo que cambiemos el sistema por el cual somos educados en la infancia, sino que como personas que ya pasamos esa etapa, aprendamos a dejar de ver la analogía: Error-castigo en cualquier acción que hagamos que tenga una consecuencia desfavorable. De niños nos enseñan las cosas de forma muy binaria como bueno y malo, pero conforme vamos creciendo somos capaces de digerir más matices entre esos dos antónimos, así que hay que dejar de ver las cosas de forma tan simplista como errores que nos traen castigos.

Es cierto que cada acción tiene su consecuencia, y que una acción con una consecuencia negativa puede ser considerada un error, pero no hay que ver al error como algo completamente negro, totalmente negativo, mencioné que podemos digerir más matices que sólo blanco y negro así que ¿Por qué no lo hacemos? ¿Por qué no vemos nuestros errores como colores grises, que sí nos trajeron cosas malas, pero también nos trajeron cosas buenas?

Y podrás pensar ¿Qué demonios tiene de bueno este error que cometí por el que ahora estoy sufriendo? Bueno, como dicen, no puede haber luz sin oscuridad, así que sí tiene que haber luz en esa oscuridad del error, y la primera en la que tienes que pensar es en la enseñanza que te dejó haberte equivocado. 

¿Cómo sabes si aprendiste algo del error que acabas de cometer? Si no hubieras aprendido nada no te hubieras arrepentido de hacer lo que hiciste, y no tendrías miedo de volver a hacerlo ¿No lo crees? A veces el arrepentimiento de haber cometido errores y el miedo a repetirlos es la prueba de que aprendimos algo de ellos. 

Levantarse después de la caída:

Supongo que todos hemos llegado a escuchar la frase de que no tiene nada de malo caerse, pues lo importante es levantarse, y es verdad, aunque pueda ser tan difícil en la práctica como para que esa frase resulte insignificante en nuestras vidas en los momentos en los que la deberíamos aplicar. Probablemente no es sencillo levantarse tras una caída, pero se puede hacer y es algo que vale la pena.

Las equivocaciones pueden tener una repercusión tanto en tu presente como en tu futuro, pero al final del día depende de ti cuánto dura la consecuencia o el castigo, como lo quieras ver, si tú tomas un error que ya cometiste que está en el pasado, y lo sigues arrastrando a tu presente y a tu futuro, lo único que estás haciendo es alargarlo aún más. 

Tomemos como ejemplo la natación, cuando estás nadando es esencial que te relajes para poder flotar, si antes de entrar al agua, o ya estando ahí hubo o hay estrés, ansiedad o miedo, tu cuerpo se tensa, y si tu cuerpo se tensa hay una consecuencia en el futuro cercano, la cual es que en vez de flotar como una hoja terminas hundiéndote como una piedra. 

Levantarse después de la caída es básicamente superar un error y seguir adelante, dejándolo en el pasado, es importante que no te tenses por aferrarte a errores ya cometidos que sólo hundirán tu presente y tu futuro, si ya cometiste un error, es cosa del pasado, déjalo ir, deja de obsesionarte con verlo como algo totalmente malo y ve las cosas positivas, concéntrate en lo que aprendiste del error, en los cambios positivos que puedes implementar a tu vida con dicho aprendizaje y dejando el error atrás, básicamente te tienes que perdonar a ti mismo o a ti misma y dejarlo pasar. 

Acepta tus errores y perdónate por ellos:

No voy a mentirte, podemos cometer errores que parecen demasiado grandes, con castigos demasiado malos para nosotros, y cuando te enfrentes a ellos te darás cuenta de que una de las cosas más difíciles en este mundo es perdonarte a ti mismo(a) por tus errores, pero no te preocupes, porque no es imposible, sólo tienes que hacer el esfuerzo de ser amable contigo y ver el lado positivo para que aprendas del error, una vez hecho eso se vuelve más sencillo perdonarte por tus fallos. 

Los seres humanos somos seres imperfectos, eso todo el mundo lo sabe, y resulta irónico, porque vivimos cada día esperando que todo nos salga perfecto, y he aquí la cuestión: ¿Por qué siendo imperfectos esperamos perfección en nuestras vidas? Tenemos que entender que eso no tiene ningún sentido, y aceptar el hecho de que en esta vida cometemos y vamos a cometer muchos errores, pero no es completamente malo, pues como mencionamos, podemos aprender de ellos y levantarnos después de la caída. 

Lo anterior se vuelve especialmente difícil para las personas perfeccionistas, estamos familiarizados con el término “perfeccionista”, tal vez conoces a alguien así o tú eres así, y por un lado es bueno ser perfeccionista, porque la persona perfeccionista es aquella que siempre busca dar lo mejor y explotar el máximo potencial de las cosas, sin embargo, hay una verdad que al perfeccionista no le gusta afrontar, y esa es que ese máximo potencial, ese punto de perfección nunca va a llegar, así que a veces es mejor saber conformarse cuando ya se llegó al máximo potencial de algo, porque después de ese punto no hay más.

Es por eso que las personas perfeccionistas deben entender que nunca alcanzarán la perfección, y parte de eso implica aceptar que en la vida hay y habrá errores y fallos, así que lo mejor es aceptar lo negativo, aceptar la equivocación, y perdonarte después, lo anterior le costará más trabajo a la persona perfeccionista que a la no perfeccionista, pero para ambas, es algo que se puede alcanzar, de hecho se debe alcanzar, porque sólo aprendiendo a manejarte a partir de tus errores es que podrás sentirte pleno(a) en la vida. 

Conclusión:

Cuando se trata de las caídas que tenemos no todo es malo, debemos de aprender a ser optimistas para que cuando nos equivoquemos nos enfoquemos en aprender de la equivocación y ser amables con nosotros mismos para perdonarnos por ella, no podemos ir por la vida esperando perfección y sin aceptar el hecho de que nos equivocamos porque eso sólo nos frustrará, ni mucho menos obsesionarnos con los fallos de nuestro pasado y cargarlos en nuestro presente porque afectará negativamente nuestro ahora y nuestro futuro, para los cuales tenemos dos opciones: Ahogarnos como una piedra por aferrarnos a nuestros errores, o flotar como una hoja por aprender a perdonarnos por los fallos que cometemos. Así que acepta tus equivocaciones, aprende de ellas, y empieza a perdonarte cuando las cometas. 

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¿Cómo romper un círculo vicioso de baja autoestima?

¿Cómo se siente?

La vida duele, soy un ser atascado entre la tempestad del llanto y la marea baja de la ausencia de lágrimas. Siento que me ahogo dentro de una burbuja si no lloro, mis ojos arden y me cuesta respirar si lloro, llore o no llore el resultado es el mismo, al final siempre duele. Vivo en un círculo vicioso donde el odiarme a mí misma o no se vuelve objeto de un eterno debate para mis indecisas emociones, a veces siento que tengo paz interior, y un día de pronto me veo a mí misma y sólo veo un gran defecto sólo por existir.

Siempre es lo mismo: Autocriticarme; replantearme todas mis decisiones de vida, y odiarme por las decisiones que ya tomé, así como por todo lo que soy, odiarme a mí misma; hacer las paces con mis conflictos internos posteriormente; y repetir el ciclo. Estoy atascada en esa melancólica rutina, se vuelve difícil levantarme en las mañanas, y a veces es un agotamiento excesivo el sólo existir para ser el engranaje que gira en la máquina descompuesta día tras día, semana tras semana, mes tras mes. He perdido la confianza y la fe en mí misma, por lo que ¿Para qué molestarme en intentar las cosas? Ya no aguanto seguir siendo el engranaje que gira dentro de la máquina, sólo quiero quedarme estática. 

Proceso introspectivo:

Si algo he aprendido luego de siete años de lidiar con episodios de ansiedad y depresión, cambios bruscos e intensos de ánimo, alucinaciones auditivas, y ocasionales impulsos de automutilación y suicidio, sin ningún tipo de ayuda profesional o medicamento para mis síntomas, es a sobrellevar las situaciones que a simple vista no tienen una solución. Y la forma de sobrellevar las cosas consiste en un árduo trabajo de introspección: Ver dentro de mí, por más difícil que sea.

Pensemos en nuestra persona como si fuera un árbol enfermo, la causa de la enfermedad no se encuentra a plena vista, pues está en las raíces, bajo tierra, lo que significa que hay que encontrarla ¿Y cómo hacemos eso? A base de preguntas y respuestas. Supongamos que por cada pregunta con su respectiva respuesta estamos sacando un puñado de tierra y destapando una raíz de nuestro árbol, esta será la acción clave que tendremos que repetir una y otra vez hasta haber destapado todas las raíces y dado con la raíz enferma, la más profunda, la más escondida, la que duele más desenterrar. 

Podemos partir de una pregunta inicial cómo: ¿Cuál es mi problema? ¿Qué tengo? ¿Qué está pasando? ¿Por qué me siento mal? La respuesta a esa pregunta inicial nos dará información valiosa sobre la cual formularemos otra pregunta, la cual es: ¿Por qué? La respuesta a ese porqué, nos dará más información valiosa de la que volveremos a preguntar ¿Por qué? Y así sucesivamente iremos entendiendo la situación negativa que enfrentamos, excavando hasta la raíz enferma. 

Lo sé, los procesos introspectivos tienden a ponernos en situaciones incómodas, puesto que no resulta placentero ver dentro de ti mismo(a) hacia toda la oscuridad y enfermedad que habita dentro de ti, es algo que te puede hacer sentir mal, puede darte miedo, puede provocar en ti ganas de no seguir desenterrando y salir corriendo de ese lugar para nunca más volver; sin embargo, es necesario ser introspectivos, pues sólo con el conocimiento de qué nos sucede y porqué podremos formular y aplicar soluciones que resuelvan nuestros problemas, es cómo si tuviéramos un coche y ese coche se nos hubiera descompuesto, nunca lo podremos reparar si no abrimos el cofre y comenzamos mirando dentro. 

Formulación de soluciones:

Ya pasamos por el incómodo proceso de mirar dentro de nosotros mismos, ya dimos con la raíz enferma, ya encontramos lo que está descompuesto dentro del carro, pero ahora que averiguamos cuál es nuestro problema, porqué tenemos estos círculos viciosos de baja autoestima ¿Ahora qué sigue?, bueno, como recordarás, te dije que la respuesta a cada pregunta del proceso introspectivo contenía información valiosa, y así es, es por ello que ahora sigue retomar dicha información para idear una serie de posibles soluciones para cada pequeño problema que fue surgiendo en cada raíz, y sobre todo, en la raíz enferma, las respuestas a esos porqués son lo que van a darte indicios de cómo resolverlos para que dejen de ser problemas.

Aplicación de las soluciones:

De poco nos sirve tener mucha información valiosa si solo la dejamos en la teoría, pues así se ve reducida a la nada, como un libro empolvado que nunca se lee y pierde su función de ser leído, no, lo que tenemos que hacer es llevar dicha teoría a la práctica, aplicar las soluciones, y realmente resolver los problemas para así curar la enfermedad y el círculo vicioso que nos mantiene en autocrítica y autoodio, y falta de autoconfianza constantes. 

Claro, como todo en la vida: Es más fácil decir las cosas que hacerlas, pero pregúntate a ti mismo o a ti misma: ¿Realmente tienes la disposición de aguantar el dolor de una vida con brotes espontáneos de baja autoestima, sólo por no haber hecho algo al respecto? ¿En serio quieres sufrir toda la vida por el mismo problema sin resolver? Por supuesto que no, así que sólo hazlo. 

Conclusión:

Tenemos baja autoestima por inseguridades y conflictos internos sin resolver, los cuales son raíces enfermas en nuestro árbol, mecanismos descompuestos en nuestro carro, estás cosas nos hacen sentir mal, reducen nuestra calidad de vida, nos causan frustración cuando intentamos resolverlas sin atacar el problema de raíz y sólo por las ramas, y es que cuando la baja autoestima es un círculo vicioso en nuestras vidas podemos tratar de arreglarlo después de evaluar nuestro problema superficialmente, pero el resultado siempre es desfavorable, es cómo poner un parche que se terminará cayendo porque no arreglamos el mecanismo por dentro, lo que nos obliga a ir más a fondo, más adentro para arreglar nuestro problema, justo hacia donde no nos gusta ir. 

No te voy a mentir, será incómodo tratar de averiguar el porqué de tu círculo vicioso de baja autoestima, no será nada placentero, te vas a llenar de tierra tratando de dar con la raíz enferma, o de grasa abriendo el cofre de tu carro para mirar dentro y repararlo, pero todo lo que viene después sí va a ser placentero, pues vas a estabilizar tu vida para mantener una autoestima sana como una constante en tu día a día, en vez de cómo una variable que te trae innumerables días malos. 

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Soy muy impaciente conmigo mismo ¿Qué debería de hacer?

¿Por qué es importante tenerme paciencia?

Vivimos en una época moderna e industrializada en la que casi todo se ha ido automatizando, estamos rodeados de dispositivos, electrodomésticos, y toda clase de objetos para hacer nuestras vidas más fáciles; nuestro estilo de vida parte de una serie de acciones establecidas para cumplir ciertos propósitos, es decir, rutinas llenas de actividades que cumplen funciones: Compramos comida y cocinamos para poder comer, o dormimos en las noches para tener energía.

Sólo piénsalo, vivimos en automático, casi como si fuéramos robots, puesto que hay ciertas acciones de nuestra vida cotidiana que corresponden a necesidades que socialmente aprendemos que necesitamos satisfacer, la escuela y el trabajo son un ejemplo de ello: Estudiamos durante años porque nos dicen que eso es lo que nos dará un trabajo, y luego trabajamos porque eso es lo que nos dicen que nos dará el dinero que necesitamos para hacer las cosas que nos permitan sobrevivir, como comer por ejemplo. 

A lo que quiero llegar es que estamos acostumbrados a realizar acciones para satisfacer nuestras necesidades, por lo tanto todo lo que hacemos tiene una intención, un objetivo, y estamos acostumbrados a que dichos objetivos sean alcanzados en períodos de tiempo determinados, por ejemplo, tenemos una idea de cuánto tiempo nos toma cocinar una comida, es por ello que siempre que cocinamos esperamos que la comida esté lista a una cierta hora, esperamos resultados.

¿Pero qué pasa cuando surgen problemas en el camino? ¿Cuándo accionamos y pasado ese lapso de tiempo estimado para alcanzar el objetivo, esté al final no aparece? Durante toda la vida hemos sido acostumbrados a cumplir con horas y fechas límite para alcanzar pequeños objetivos, aunque no seamos conscientes de que lo hacemos, la verdad es que le ponemos caducidad a todo lo que hacemos. 

Por lo tanto, es común que cuando hagamos algo y no veamos el resultado que esperábamos, el objetivo alcanzado, nos sintamos mal, terminemos con emociones negativas como el enojo o la tristeza, lo que nos lleva a la frustración, a la baja autoestima y a la baja autoconfianza, es a partir de esto de donde surge la necesidad de desarrollar la habilidad de ser pacientes con nosotros mismos para poder sobrellevar estas situaciones poco fructíferas que resultan negativas para nosotros.

Entiende que no todas las acciones necesitan de una caducidad:

Todos hemos visto los sellos o etiquetas de caducidad en los productos que compramos, pero ¿Cuál es la función de dichas etiquetas? Básicamente nos dicen por cuánto tiempo sirve un jamón, un pan, o cualquier otro alimento, hasta cuándo lo podemos consumir sin que eso repercuta en nuestra salud, porque pasada dicha fecha de caducidad el producto deja de servir y nos puede enfermar. Pero claro, esto ya lo sabemos, lo que posiblemente no sabemos, es que aplicamos la misma lógica de la caducidad de los productos en nuestras propias acciones.

Lo anterior puede resultar contraproducente, haz el siguiente ejercicio: Piensa en esa actividad que tanto quieres hacer, que ya hasta te desesperó porque sientes que para este punto ya debiste de haber alcanzado el objetivo de dicha actividad, y respóndete a ti mismo(a) ¿Por qué te sientes así? ¿No será que le pusiste una fecha de caducidad a ese objetivo? ¿No será que una parte de ti siente que te va a hacer daño el completar esa actividad y alcanzar dicho objetivo pasada esa fecha de caducidad que tú mismo(a) te impusiste?

Y si te hace daño, si te causa emociones y sentimientos negativos el vivir con tanta desesperación porque según tú, se supone que ya debiste haber alcanzado ese objetivo, ¿Por qué sigues poniendo esa presión sobre ti? No me malentiendas, es normal y está bien que le pongas caducidad a ciertas cosas, ya que te motiva a trabajar duro y esforzarte por conseguir tus logros, lo cual posiblemente no pasaría si no te emocionaras por alcanzar un logro en un lapso de tiempo definido; sin embargo, cuando trabajas demasiado duro, y te esfuerzas demasiado (y toma en cuenta que cuando utilizamos la palabra “demasiado” nos referimos a un exceso negativo, ya que causa daño) y aún así no has obtenido ese logro, se vale cambiar tu fecha de caducidad para reducir la presión y poner en orden tus emociones. 

Desafortunadamente esto es algo que no queremos hacer, y tal vez tú que estás leyendo esto, no quieras alargar esa fecha sólo para relajarte, pues sientes que ya de por sí estás llegando tarde para alcanzar tu objetivo; yo también estoy pasando por todo eso, vivo con desesperación y no me quiero relajar, no quiero darme más tiempo, porque tal vez si cambio la caducidad de mi acción voy a dejar de trabajar tan duro y de esforzarme tanto, y me voy a tardar todavía más, y tú también tienes tus razones para tener miedo y no querer cambiar la fecha de caducidad que te impusiste. 

Pero hay algo que tenemos que entender, y eso es que lo único que estamos logrando es matarnos, cuando te desesperas diariamente porque crees que ya deberías haber llegado a cierto lugar en tu vida ¿No sientes que esto te está matando? ¿No te duele más de lo que puedes soportar? Sólo estás poniendo demasiada presión sobre ti, y no porque te explotes a ti mismo(a) vas a lograr todo más rápido, así que deja ya de pensar eso. 

A veces cuando la presión es demasiada, y el trabajo y el esfuerzo son demasiado, es momento de recorrer tu fecha de caducidad, y eso no es algo malo, sólo te va a relajar, va a nivelar tus emociones, no por eso vas a renunciar, o a esforzarte menos, o a trabajar menos, puesto que se trata de encontrar un nivel de autoexigencia sano para que alcances tus objetivos en el menor tiempo posible mientras mantienes un estado emocional sano, no de dejar de autoexigirte por completo y renunciar a tus objetivos.

Juega con la caducidad de tus acciones:

Tienes que entender que está bien desacelerar el paso cuando vas corriendo muy rápido y ya no sientes las piernas, porque es sólo eso, ir más lento para darte más tiempo de llegar a la meta, no arrastrarte hasta ella y acabar desfalleciendo de cansancio a pleno camino, o llegar a la meta sintiéndote exhausto(a) y mal.  

Por lo tanto está bien que cuando tienes una acción en tu vida programada para satisfacer una necesidad a través de un logro, y le pusiste una fecha de caducidad que ahora por cualquier motivo parece irrealizable por más que te pudieras auto explotar, está bien no auto explotarse y simplemente darse más tiempo, puedes cambiar la fecha de caducidad de tu acción y relajarte mientras sigues trabajando duro y poniendo todo tu esfuerzo, no te va a enfermar el hacerlo, no te va a hacer sentir mal, puesto que una acción no necesariamente es como un producto que una vez caducado te enferma, una acción con una fecha de caducidad expirada sólo puede enfermarte si tú lo permites, si tú te niegas a seguir consumiendo la acción y asignar una nueva etiqueta de caducidad. 

Puedes cambiar la fecha de caducidad de la acción que quieras realizar en el momento que quieras y cuántas veces quieras, eso no hará tu producto menos valioso y rico para ti, a no ser que tu mente se empeñe en verle potencial de enfermedad a tu acción sólo por alargarse un poco más claro, así que relájate, date más tiempo, no seas tan impaciente, y sobre todo, sé más amable contigo mismo. 

 

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Reduce las expectativas irrealistas hacia tu persona

¿Qué son las expectativas?

Hemos sido objeto de expectativas ajenas toda la vida, tus padres esperaban que aprendieran a hablar o a caminar cuando eras pequeño(a), tu familia esperaba que te comportaras, la escuela esperaba que sacaras buenas calificaciones, el trabajo esperaba que cumplieras tu función de generar ingresos, la sociedad esperaba que tu aspecto fuera de cierta manera, etc. Podemos decir que prácticamente el ser humano es bombardeado por expectativas en todos los sentidos, expectativas acerca de cómo debemos ser, qué debemos de hacer, y cómo debemos vivir.

Es lógico pensar que si los seres humanos venimos de un ambiente donde otros constantemente están esperando algo de nosotros, entonces aprendamos a hacer lo mismo, y como la sociedad nos enseñó a seguir ciertos criterios y cumplir ciertas expectativas, al final terminamos formulando criterios y expectativas propias sobre nosotros mismos.

Y es que es ese el mecanismo del mundo, para que sobrevivas en este tienes que seguir un conjunto de reglas, de conductas, las cuales sigues en modo automático después de haberlas aprendido de otros, y luego te enseñas a ti mismo(a) a seguir reglas y conductas autoimpuestas, es decir, propias. Podemos concluir que todo lo que haces se basa en expectativas, ya sea ajenas o propias acerca de cómo debes de ser y actuar. 

El riesgo de las expectativas irrealistas:

No es malo que nuestra vida gire en torno a cumplir expectativas, sin embargo, debemos de ser selectivos para decidir qué expectativas seguir y cuáles no. Existen dos tipos de expectativas: Las realistas, que nos llevan a cosas buenas; y las irrealistas, que nos llevan a cosas malas. 

Cuando tienes una expectativa irrealista, sobre cualquier cosa en general, significa que estás esperando demasiado del objeto sobre el cual pones tu expectativa, y es “demasiado” porque se trata de un exceso negativo, es más de lo que debería ser, y por lo tanto lo más probable es que sea irrealizable. 

Sólo piénsalo ¿Qué es lo peor que podría pasar si tienes una expectativa hacia ti mismo(a) que es irrealizable? Seguramente vas a intentar cumplir esa expectativa una y otra vez, de diferentes formas, vas a invertir tiempo y energía en ello, intentarás de todo para lograrlo, y serás paciente contigo mismo(a) durante algún tiempo, pero fallarás múltiples veces en cumplirla y llegará un punto en el que te quebrarás, la frustración se apoderará de ti, al igual que otras emociones negativas como la tristeza o el enojo, tal vez incluso hasta te dé la depresión. 

¿Cómo detectar las expectativas irrealistas?

Para empezar ¿Por qué tenemos expectativas irrealistas sobre nosotros mismos? A veces generamos una expectativa a partir de un simple deseo, es decir, cualquier cosa que queramos esperamos que suceda, y cómo podemos desear literalmente cualquier cosa en la vida, nuestros deseos pueden tener diferentes niveles de realismo. Puedo ser un astronauta y desear viajar al espacio; o simplemente despertarme de buen humor un día y desear tener un unicornio, ¿Cuál de las dos opciones es más probable que suceda, y cuál es simplemente irrealista? 

Es bueno tener expectativas, y no tiene nada de malo que sean originadas en deseos, después de todo, un deseo nos produce emociones y sentimientos que nos mueven, y canalizados en una expectativa nos lleva actuar con el fin de cumplirla, pero es importante saber qué clase de expectativa estás tratando de cumplir, porque no es lo mismo ser un astronauta que quiere ir al espacio, a simplemente querer tener un animal mítico como un unicornio cuya existencia ni siquiera está comprobada científicamente. 

Así que ¿Cómo sabemos cuando una expectativa es irrealista y alberga un gran potencial de frustración? Tal vez deberíamos echar un vistazo a las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos y preguntarnos si fueron generadas a partir de simples deseos o de cosas que no solo deseamos, sino que hemos analizado y dado con un plan coherente para hacer realidad ese deseo. 

También puedes partir de la cuestión ¿Qué tanto te estás exigiendo a ti mismo(a)? ¿Te estás exigiendo a un nivel insano sólo porque quieres cumplir tu deseo? Puede que la razón por la que tu expectativa es irrealista, no es porque te falte capacidad para poderla cumplir, sino porque estableciste una fecha límite imposible, y eso es lo que te está causando tanta frustración. 

¿Cómo convertir una expectativa irrealista en una realista?

Una expectativa irrealista, si bien contiene un alto potencial de frustración y sufrimiento para ti, no significa que sea una expectativa completamente inútil, piensa en esa expectativa como un borrador que puedes corregir, puedes hacer de una expectativa irrealista hacia tu persona, una realista que realmente te traiga cosas buenas. 

Lo único que necesitas es hacer un trabajo introspectivo, pregúntate: ¿Qué ventajas tengo a mi favor para poder cumplir esta expectativa? Y ¿Qué desventajas tengo en mi contra que me dificultan cumplir esta expectativa y qué puedo hacer al respecto? Una vez que tengas claros tanto tus puntos fuertes y débiles, puedes tomarlos en cuenta para realizar un plan de acción que sea realizable para ti para que puedas cumplir con esta nueva expectativa (ahora realista) hacia tu persona.

Conclusión:

Los seres humanos somos motivados por deseos, que convertimos en expectativas aunque no siempre resulten ser realistas, lo cual nos puede causar mucha frustración y sufrimiento, por lo tanto es importante reflexionar acerca de dónde provienen las expectativas que tenemos hacia nuestra persona y si fueron motivadas por deseos realistas o irrealistas, para que, de ser irrealistas, podamos convertirlas en expectativas realistas que sean realizables para nosotros. Cuando tenemos expectativas sobre nosotros mismos tenemos dos opciones: Mantenernos motivados por sueños y simplemente esperar eternamente a que estos se cumplan hasta que simplemente no ocurra y los terminemos olvidando; o sacar provecho de la motivación de los sueños, pero sin olvidar que los sueños se deben convertir en expectativas con un plan de acción que podamos seguir, para por fin ver esos sueños realizados al final. 

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Elementos formales de la imagen

Introducción:

En la comunicación a través de las imágenes podemos encontrar las artes visuales, un fenómeno que podemos definir como la comunicación a través de las imágenes, el cual no sólo cumple con una función comunicativa, sino que también apela al lado emocional y humano de los espectadores, y cómo seguramente tienes interés en la producción artística, hablaremos a continuación sobre algo que te podrá ayudar con eso: La sintaxis de la imagen.

La sintaxis de la imágen nos ayudará a profundizar más en la comunicación visual, ya que constituye los elementos básicos de dicho proceso de comunicación, los cuales vas a aplicar en tu proceso artístico y tu producción en general. La plantearé con la siguiente analogía: Imagina que el arte es igual a la programación, tú eres un programador(a), quien básicamente se dedica a programar cosas, escribes códigos en un lenguaje computacional que se traducen en acciones, en movimiento, programas acciones, tú escribes un código y haces que una máquina se mueva.

Bueno, el arte es exactamente igual, tú como artista programas tus obras con un lenguaje que se traduce en movimiento y acción, la diferencia es que en vez de mover una máquina, mueves a un ser humano cuyas emociones y sentimientos encaminas hacia el mensaje que le quieres transmitir por medio de tu imagen de tu obra. Y para programar tu obra necesitas de ciertos elementos, de los cuales te voy a hablar a continuación.

Elementos formales de la imagen:

Punto:

Consiste en la unidad mínima de una imagen y por lo tanto de la comunicación visual, cuando hay un punto sobre una superficie, este tiene la función de actuar como un elemento visual de referencia o un marcador en el espacio que atrae la mirada, ya sea de forma accidental o intencionada. 

Dentro de otras características generales el punto puede tener una forma circular o de una mancha, también consiste en un elemento que tiene una posición, la cual indica su ubicación en un espacio donde se genera la imagen. El punto también atrae la mirada del espectador hacia su ubicación en la obra, por lo que sirve también para acentuar determinadas áreas de la misma. 

Dos puntos pueden actuar como una herramienta de medición del espacio en el desarrollo de un plan visual, es decir, la producción de una imágen, y mientras más complejo sea ese plan visual, mayor será la cantidad de puntos que necesitará incluir. 

Los puntos pueden ser redondos o con forma de manchas
En el dibujo se pueden hacer figuras a base de puntos

Línea:

La línea consiste en una unión de dos o más puntos acomodados en el espacio, también se puede definir como un punto en movimiento o la historia en movimiento de un punto. Es característica porque nunca es estática, tiene movimiento, propósito y una direccionalidad, es decir: Apunta hacia alguna parte, ya que forma un camino o sendero para el ojo. Mientras que el punto capta la atención de la mirada, la línea marca el camino que debe seguir la mirada dentro del espacio.

También es un elemento visual variado que puede adoptar diferentes formas y direcciones, puede ser vertical, horizontal, diagonal, recta, curva; del mismo modo puede tener diversas calidades de línea, la calidad de línea básicamente se refiere al grosor que tiene. Otra cosa que vale la pena recordar es que la línea es cambiante, puede iniciar siendo vertical y luego volverse horizontal, o ser delgada y luego volverse gruesa.

Líneas
Calidad de línea

Contorno:

Consiste en un elemento descrito por una línea, en artes visuales la línea articula la complejidad del contorno. Básicamente podríamos decir que un contorno es una línea unida por sus dos extremos que delimita una cierta cantidad de espacio tanto dentro como fuera de su límite. Ejemplos de contornos básicos son el cuadrado, el círculo y el triángulo equilátero. Se dice que son básicos porque a partir de estos tres contornos podemos derivar nuevas formas que son simplemente una lista interminable de variaciones y combinaciones de formas naturales (que se encuentran en el medio ambiente) y artificiales (que son generadas por el ser humano). 

En los medios bidimensionales (como el dibujo, la pintura o la fotografía) se dice que los contornos generan figuras, mientras que en los medios tridimensionales (como la escultura o la instalación se dice que los contornos generan formas. En ambos casos, los contornos nos ayudan a delimitar secciones del espacio, las cuales contienen información y comunican las ideas y los sentimientos de forma organizada.

El contorno delimita el espacio

Dirección:

Lo podemos definir de forma sencilla como la trayectoria que sigue un determinado elemento visual, ejemplos de elementos que pueden tener dirección son la línea, la gradación de un color o textura, o las escalas. Es básicamente un recurso que da dinamismo a la imagen, ayuda a dirigir la mirada dentro de la obra y puede dar además una sensación de movimiento o actividad.

Dirección

Figura/Forma:

Este elemento básicamente te dice si estamos hablando de una imagen bidimensional o tridimensional, en el primer caso hablamos de figura cuando la imagen tiene dos dimensiones, por lo que es plana, ejemplos de una imagen con esta característica son: Dibujo, pintura, grabado, fotografía, o ilustración; en el segundo caso hablamos de forma cuando la imagen tiene tres dimensiones, ejemplos de una imagen con esta característica son: Escultura, o instalación. 

Cabe aclarar que cuando hablamos de la figura o la forma no necesariamente estamos hablando de volumen, ya que las imágenes bidimensionales pueden contener volúmenes en forma de ilusiones ópticas, por ejemplo, puedes ver una pintura y darte cuenta de cómo parece tener volumen, no se ve plana como el dibujo de un muñeco de palo, dichos volúmenes se logran gracias al manejo del color, la luz y la sombra.

Figura
Forma

Volumen:

Podemos comprender el volumen como si se tratara de un objeto, en términos científicos podemos definir al objeto como un cuerpo hecho de materia, la cual tiene una composición de partículas que abarcan un determinado espacio en tres dimensiones, con altura, anchura y profundidad. 

El volumen es un elemento que puede estar presente tanto si hablamos de figura como si hablamos de forma, en el caso de la figura el volumen se manifiesta en forma de ilusiones ópticas, ya que la imagen viene en un soporte plano; mientras que en el caso de la forma el volumen se manifiesta tridimensionalmente. Básicamente nos habla sobre el manejo del espacio, y la cantidad del mismo que se contiene dentro de los contornos de las figuras o formas que podemos observar dentro de la imagen.

Volumen en tres dimensiones: 15 cm de altox 10 cm de anchox 6 cm de profundidad
Volumen en dos dimensiones: 60x60 cm

Color:

El color consiste en un elemento diverso y dinámico que se encuentra presente en todas las imágenes que vemos en nuestro día a día, tiene tres dimensiones principales: Matiz/Croma, Saturación/Intensidad, y Valor/Brillo/Acromatismo; se organiza en el círculo cromático donde encontramos los colores primarios (rojo, azul y amarillo), los secundarios (verde, naranja y violeta), y los terciarios (variaciones tonales de los secundarios que se mezclan con un primario). 

Psicológicamente hablando los colores son asociados con diferentes emociones por ejemplo: Los colores saturados se asocian con emociones intensas; los colores brillantes se asocian con la calma; el rojo se asocia con la furia o la sangre; el blanco con la pureza; o el amarillo con la felicidad. Por otra parte, culturalmente hablando los colores también se asocian con conceptos, por lo que para una cultura un color puede significar algo diferente que el significado que tiene en otra cultura, por ejemplo: En algunos países asiáticos el blanco significa muerte, mientras que en países occidentales el blanco significa vida.

Si quieres conocer más sobre el color lee mi entrada Las propiedades del color, el círculo cromático y la teoría del color.

Textura:

La textura es un elemento que apela a nuestro sentido del tacto, cuando se traslada al ámbito visual estamos hablando básicamente de un intercambio de nuestros sentidos, donde en vez de tocar la textura, vemos la textura, y es en el proceso de ver la textura en el cual apelamos al tacto porque la imagen de una textura determinada nos remite a nuestros recuerdos de texturas similares que hemos llegado a tocar. Por ejemplo si tenemos una pintura de un árbol, estamos experimentando una sensación aproximada al tacto, es decir, casi podemos sentir el tacto, pues tal vez no podamos tocar el árbol al momento de ver la pintura, pero podemos recordar las veces en las que hemos tocado un árbol, y por lo tanto nuestro sentido de la vista también apela a nuestro sentido del tacto. 

La textura es un elemento que podemos experimentar tanto por el tacto como por la vista: Todos hemos llegado a utilizar nuestro sentido del tacto, puesto que hemos tocado diferentes objetos, sabemos cómo se siente una pared de cemento y cómo se siente una tela de algodón porque hemos tocado ambos, pero también los hemos visto, por lo que los podríamos reconocer incluso si es sólo por la vista, ya que la vista recurre al tacto. Entonces cuando tú produces una imagen tienes el poder no sólo de transmitir texturas, sino de evocar sensaciones con las mismas.

Hay texturas suaves
Hay texturas afiladas

Dimensión:

La dimensión, también llamada representación volumétrica consiste en las medidas de un objeto visual o artístico, en medios bidimensionales como la pintura las dimensiones son alto por ancho; mientras que en medios tridimensionales como la escultura las dimensiones abarcan la altura, la anchura y la profundidad. 

Este elemento visual básicamente nos habla del tamaño de la obra, también comprende todos los objetos representados dentro de la imágen y puede mostrar un contraste entre los mismos con fines comunicativos o expresivos. Por ejemplo, podemos tener una fotografía con perspectiva forzada que muestre a un pato del tamaño de un edificio, en este caso la información de la imagen podría ser que el pato es tan grande como un edificio, o que el edificio es tan pequeño como el pato, de cualquier forma la imagen estaría configurada para que al espectador le llame la atención el pato.

Dimensión

Escala:

La escala es un elemento que muestra una transición, ya que presenta un aumento o disminución de una o varias características que se encuentran presentes dentro de un objeto. Por ejemplo, podemos tener una escala de dimensión (en la que un objeto se vaya encogiendo o agrandando), o de color (en la que un color vaya aumentando su brillo o saturación), La escala ayuda a mostrar un contraste entre las distintas variaciones de un mismo objeto o de objetos muy parecidos entre sí. 

Escala

Movimiento:

El movimiento como su mismo nombre lo indica nos habla acerca de una acción, de un cambio de posición o estado de un objeto, por ejemplo: La energía cinética, que es la energía de los cuerpos en movimiento nos habla de un objeto que se traslada de un lugar a otro, como una pelota cayendo por una escalera; mientras que el cambio del agua de su estado líquido a sólido donde el agua se solidifica en hielo nos habla de un cambio de estado.

Dentro de las artes visuales el vídeo o la performance son ejemplos de movimiento, ya que vemos cosas o personas cambiar de posición y estado de forma constante; pero, no pasa lo mismo en otras técnicas visuales donde lo único que vemos es un objeto estático, como en una pintura, fotografía o escultura, sin embargo, en este tipo de medios podemos observar movimiento también, sólo que en forma de ilusiones que nos transmiten la sensación de que una acción está siendo realizada.

Energía cinética

Conclusión:

El punto, la línea, el contorno, dirección, figura o forma, volumen, color, textura, dimensión, escala y movimiento son elementos de la sintaxis de la imagen que te pueden ayudar a configurar o programar tus imágenes para que logres dirigir la mirada del espectador dentro de tu obra así como experimentar determinadas sensaciones, emociones o sentimientos, por lo que vale la pena conocerlos más a fondo y aplicarlos. 

Referencias:

D. A. Dondis. La sintaxis de la imagen.

worldenergytrade. Energía cinética. (fotografía). (s.f). Recuperado de: https://www.worldenergytrade.com/images/stories/Glosario/Energia/E/Energia-cinetica.jpg

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Las propiedades del color, el círculo cromático y la teoría del color

¿Qué es el color?

En mi entrada Elementos formales de la imagen hablamos brevemente sobre elementos como punto, línea, dirección, figura, forma, volumen, entre muchos más, hoy toca profundizar sobre el tema del color, un elemento útil y con múltiples cualidades prácticas y expresivas que podemos aplicar en nuestro arte, pero ¿Qué es el color? 

El color, aquello que percibimos con el sentido de la vista y a lo que hemos sido expuestos durante toda la vida, a veces son oscuros, otras brillantes, a veces combinan y otras no, pero siempre hay color en nuestras vidas, pues está en todo lo que nos rodea y observamos, y por supuesto está en el arte, así que si tienes interés en hacer arte, primero deberías aprender todo sobre el color, y de esto se va a tratar la entrada de hoy. 

Las tres dimensiones del color:

  • Matiz: Esta dimensión se refiere al mismo color, o también conocido como croma. Existen más de cien matices o cromas, de los cuales cada uno se diferencia del resto por sus características particulares, los colores son como las huellas dactilares, ninguna es igual a la otra.
    Es por lo anterior que los matices o cromas también necesitaban de una categorización que definiera sus características y las formas en las que se comportan entre sí, lo que nos lleva al conocido círculo cromático. Este círculo divide los colores en: Primarios, secundarios, y terciarios.

Los colores primarios son el amarillo, azul, y rojo, son primarios porque son colores que no se pueden mezclar para crearlos, ya que son los colores más naturales, lo que los convierte en la base de todo, puesto que a partir de estos tres colores se pueden generar más combinaciones que dan origen a más cromas o colores. 

Los colores secundarios por su parte son el verde, que es producido por la combinación de azul y amarillo; el naranja, que es producido por la combinación de rojo y amarillo; y el violeta, que es producido por la combinación de azul y rojo. Cuando hablamos de estos colores, cada uno se despliega en diversos matices, dependiendo de la proporción de cada uno de los colores con los que están formados. 

Por ejemplo, para formar naranja, se puede usar cantidades iguales de rojo y amarillo, lo que genera un naranja más neutro; o se puede usar más rojo que amarillo, lo que genera un naranja más rojizo; o se puede usar más amarillo que rojo, lo que genera un naranja más amarillento. Lo anterior ocurre también con el verde y el violeta, por lo que podemos concluir que existen numerosos matices posibles que podemos obtener de los colores secundarios (verde, naranja y violeta). 

Los colores terciarios son producto de la combinación de un color primario y un secundario, ejemplos de estos son: el verde pistacho, que es producido por la combinación de amarillo y verde; el amarillo huevo, que es producido por la combinación de naranja y amarillo; el rojo violáceo; el azul verdoso; el amarillo anaranjado; el amarillo verdoso; el azul violáceo; o el rojo anaranjado. Básicamente estos son matices de un mismo color, por lo que la lista de colores terciarios es muy numerosa. En conclusión, un matiz o croma es básicamente el color, y no sólo se refiere a los cromas primarios, secundarios y terciarios, sino también a las múltiples variaciones o tonos de cada uno de estos colores. 

  • Intensidad/Saturación: Esta dimensión básicamente responde a la pregunta ¿Qué tan intenso es el color? Nos da un nivel de pureza del mismo con respecto al gris. Cuando hablamos de un color saturado estamos hablando de un color que es simple, explícito y compuesto de matices primarios y secundarios; mientras que cuando hablamos de un color menos saturado, estamos hablando de un color más neutral cromáticamente hablando, ya que se va más hacia lo acromático (es decir: El blanco, lo claro, lo luminoso) Cabe mencionar que los colores están asociados con las emociones, socialmente hemos construido un lenguaje con ellos de modo que tengamos diversas reacciones emocionales a la hora de ver un determinado color, bajo este contexto, los colores más saturados nos generan más emoción ya que nos resultan más expresivos, mientras que los colores menos saturados nos transmiten sentimientos tranquilizadores, ya que nos resultan más sutiles.
  • Valor/Brillo/Acromatismo: Cómo mencioné anteriormente, un color acromático es aquel que se acerca más a los tonos blancuzcos, es más brillante, más luminoso, es por lo anterior que esta dimensión se color en cuestión se conoce como: Valor, brillo, o acromatismo, pero es más comúnmente conocida como brillo.
    Dicha dimensión hace referencia a los valores de las gradaciones tonales que tiene un color, las cuales van de la luz hacia la oscuridad, a mayor valor, o brillo de un color, más luminoso va a ser, mientras que a menor valor o brillo, menos luminoso va a ser. La siguiente imagen, muestra el contraste entre los colores más brillosos con los menos brillosos:

 

La teoría del color:

Como mencioné anteriormente, el círculo cromático no sólo categoriza el tipo de color del cuál estamos hablando, sino que también los habla de la relación que tienen unos colores con otros, lo que nos lleva a los colores análogos y complementarios:

Los colores análogos son aquellos que en el círculo cromático se encuentran uno a un lado del otro, cada par de colores análogos se caracteriza por compartir un mismo tono el cual es un color primario, y se llama color regente o principal por encontrarse entre dos colores, los colores análogos se caracterizan por generar paletas monocromáticas que transmiten una sensación de calma, ejemplos de los colores análogos son: amarillo verdoso y naranja amarillento, que comparten el tono amarillo; el naranja amarillento y el rojo anaranjado, que comparten el tono naranja; el rojo anaranjado y el violeta rojizo, que comparten el tono rojo; el violeta rojizo y el azul viólaceo que comparten el tono violeta; el azul violáceo y el verde azulado que comparten el tono azul; y el verde azulado y el amarillo verdoso que comparten el tono verde. 

Los colores complementarios son aquellos que se encuentran opuestos el uno con el otro dentro del círculo cromático, lo que nos da como resultado las siguientes relaciones complementarias: El violeta es el complementario del amarillo así como el amarillo lo es del violeta; el verde es complementario del rojo, así como el rojo lo es del verde; el naranja es complementario del azul, así como el azul lo es del naranja.

Cuando combinamos dos colores complementarios dentro de una misma imagen, estamos haciendo algo que nos ayuda a generar una armonía visual, ya que son combinaciones de colores que van bien juntos. Por otra parte, podemos generar aún más tonos de un mismo color conociendo dichas combinaciones, ya que la mezcla de un color con un poco de su complementario dan como resultado los colores agrisados, de los cuales hablaremos a continuación: 

Si mezclas amarillo con un poco de violeta (no demasiado, porque cuando agregas demasiado del color complementario te da un café u otro color oscuro diferente al color del cual quieres sacar su tono agrisado), te da como resultado un amarillo ocre; si mezclas rojo con un poco de verde te da como resultado un rojo más escarlata; y si mezclas azul con un poco de naranja, te da un azul acero; y esto no sólo aplica para los primarios, también aplica para los secundarios, por lo que puedes obtener más tonos del naranja, verde y violeta. 

Un día haz la prueba, mezcla en una paleta el tono agrisado de cualquier color primario que tengas a la mano, y pon a un lado de tu mezcla ese color primario original, luego compara las diferencias entre ambos tonos; cabe mencionar que también puedes sacar varios tonos de un mismo color agrisado si juegas con las proporciones del color original y el color complementario, claro está, hay un límite, porque siempre que agregas demasiado se arruina, pero si te quedas dentro del límite aún así podrías obtener varios tonos agrisados.

Los colores agrisados se caracterizan por que son menos saturados o intensos, si haces la prueba que mencioné anteriormente podrás notar que el color primario original es más intenso que el tono agrisado que le sacaste, las siguientes dos imágenes contienen ejemplos de lo anterior. 

En la imagen de la izquierda tienes una carta cromática, en esta cada hilera contiene una secuencia de círculos con varios tonos de agrisamiento de un mismo color primario o secundario; la imagen de la derecha muestra algo similar, salvo que incluye también variaciones de colores agrisados según su nivel de brillo. Es decir, tienes un azul celestre agrisandose hacia abajo, a su derecha tienes los mismos colores pero mezclados con blanco, y lo mismo ocurre con el verde, el amarillo, el naranja, el rojo, el violeta y por último el azul cobalto.

Conociendo cómo sacar diversos tonos agrisados de los colores, y dándoles varios valores puedes comenzar a generar volúmenes: Un volumen es cómo su mismo nombre lo indica un cuerpo en tres dimensiones, tangible, ejemplos de volúmenes son todos los objetos que nos rodean, una mesa, una silla, tú por ejemplo eres un objeto en tres dimensiones; sin embargo, en las imágenes bidimensionales como la pintura no existe el volumen, ya que el soporte para pintar es completamente plano, los volúmenes y la tridimensionalidad son agregados bajo la forma de una ilusión óptica, la cual se crea con la aplicación de la teoría del color. 

Mi profesor de pintura nos dio una regla muy sencilla para seguir en clase, la cual era: Los colores agrisados van atrás, y los saturados al frente, esto significa que los colores agrisados dan una sensación de lejanía al espectador, mientras que los colores saturados dan una de cercanía, entonces, podemos concluir que la generación de un volumen en una imagen bidimensional es simplemente saber mezclar y acomodar colores. 

Hay que saber cómo agrisarlos, jugar con su brillo (tanto en colores agrisados como colores sin agrisar), y luego acomodar cada color en su lugar. Otra cosa que decía mi profesor era que la sombra no es sinónimo de negro, así que para hacer sombras con los colores no necesariamente debes mezclarlos con negro, sino que podrías mejor aplicar la teoría de color para agrisarlos y obtener los valores tonales para dichas sombras. La siguiente secuencia de imágenes muestra un ejemplo de cómo utilizar estos principios sobre el color para la creación de una pintura:

Conclusión:

El color es un elemento aparentemente simple pero bastante complejo una vez que te adentras en el mismo, sin embargo, ofrece un mundo entero de posibilidades, ya que conociendo un poco más sobre el color, cómo mezclarlo, combinarlo, acomodarlo en una imágen y manejarlo en términos generales tienes más posibilidades de explotarlo a su máximo potencial con fines comunicativos y expresivos, así que disfruta los colores y aprovéchalos en tu arte.

Referencias:

A. Dondis. La sintaxis de la imagen. 

24 de febrero del 2020. Brian. Calvo Sánchez. Cuáles son los colores terciarios. mundodeportivo. Recuperado el 6/12/2022 de https://www.mundodeportivo.com/uncomo/artes/articulo/cuales-son-los-colores-terciarios-50231.html

20 de abril del 2020. Brian. Calvo Sánchez. Qué son los colores análogos y ejemplos. mundodeportivo. Recuperado el 6/12/2022 de https://www.mundodeportivo.com/uncomo/artes/articulo/que-son-los-colores-analogos-y-ejemplos-50431.html