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Taller literario

¿Cuáles son los tipos de personajes que existen?

Introducción:

¿Qué son los personajes? Aquellos seres que nos provocan montañas rusas de emociones, individuos a los cuales llegamos a amar y a odiar, dependiendo del momento de la historia donde los vemos. La mayoría de las historias que consumimos por medio de libros, cuentos, películas, videojuegos y otros medios de entretenimiento contienen personajes.

¿Por qué? Porque somos seres humanos, vivimos en un constante intercambio de ideas y emociones, tenemos la tendencia a identificarnos con otros, a sentir empatía, y a tener respuestas emocionales ante otras personas, es por ello que queremos hacerlo también a través de medios de entretenimiento, y es ahí cuando comenzamos a mirar a los personajes de las historias que consumimos como si solo fueran más “personas” en nuestra vida cotidiana. 

El personaje nos llama la atención porque es natural que un ser humano se interese en otro (y esto aplica también para los personajes no humanos físicamente, ya que psicológicamente tienden a estar humanizados, por eso se siguen llamando: personajes); posterior al interés inicial, nos quedamos con el personaje porque desarrollamos interés en este. Dentro de este contexto el reto de los escritores es crear un ser humano, darle una historia, y hacer que un lector desarrolle el suficiente interés en continuar leyéndola. 

Considerando lo anterior es justo afirmar que los personajes constituyen los elementos más importantes dentro de toda la historia, ya que sin ellos, es complicado imaginar una historia para empezar. Los personajes también son clasificables, ya que al igual que las personas, hay diversos tipos, y a continuación te los voy a presentar. 

Tipos de personajes:

Protagonista:

Cómo su mismo nombre lo indica, es el personaje principal, el más importante de todos, tan importante que toda la historia gira en torno al mismo. A la hora de crear al personaje protagonista, es necesario pensar en la perspectiva de la historia misma, la perspectiva es el punto a partir del cual se observa o explica algo, se podría definir en palabras más simples como el punto de vista.

El punto de vista depende del sujeto, su personalidad, y por supuesto su contexto; dichos aspectos son las cosas en las que debes pensar al momento de crear a un personaje protagonista, ya que serán tu punto de partida, y te darán la perspectiva a partir de la cual contarás tu historia.

Tomemos como ejemplo una historia sobre un homicidio, no es lo mismo contarla desde la perspectiva del homicida, que de la víctima, si bien los hechos son los mismos porque al final alguien muere, en la primera opción muestras a un personaje capaz de matar, con motivaciones que podrían ser oscuras; mientras que en el segundo caso, muestras a un personaje que intenta huir de la muerte y salvar su propia vida. 

Entonces si estás comenzando a escribir una historia, puedes comenzar por los hechos y luego con el personaje protagonista: Piensa primero en la historia general que quieras contar, qué es lo primero que quieras que pase, como un homicidio por ejemplo, luego piensa en desde qué punto de vista quieres contar esa historia, y eso te dará una idea de la personalidad que le quieres dar a tu protagonista, después de todo, tu historia girará en torno a este.

Secundario:

Dentro de una historia están los hechos y los personajes, resulta que hay una gran conexión entre ambos, lo segundo corresponde a las necesidades de lo primero, es decir, dependiendo de lo que quieras que pase en tu historia, configuras al personaje para que haga las cosas que necesitas, o mejor dicho, las que la historia necesita.

Como ya lo sabes, el personaje protagónico tiene una meta que cumplir dentro de la historia, es su objetivo principal, ahora pregúntate ¿Cuál es el objetivo principal del personaje secundario dentro de la historia? Generalmente, el secundario ayuda al protagonista a alcanzar su meta, por lo que tendrá objetivos más pequeños que le permitan ayudar al protagonista.

Sin embargo, el personaje no se limita a ser una ayuda o soporte, si bien jerárquicamente le siguen en importancia al protagonista, siguen siendo importantes, por lo que también pueden y tendrán sus objetivos personales. En la creación de todos los personajes, se trabajan los hechos y las personalidades de los personajes de forma simultánea, ambos lados necesitan del otro para continuar, así que pregúntate cuáles son las necesidades de cada uno: ¿Qué necesita la historia de tu personaje? y ¿Qué necesita tu personaje de la historia? Ambas preguntas te ayudarán a plantear los hechos que vas a narrar y las personalidades de tus personajes. 

Antagonista:

Los personajes antagónicos son tan interesantes como los protagonistas o los secundarios, y al igual que estos últimos, los antagonistas también tienen sus objetivos dentro de la historia, así como una función en la misma Comencemos por explicar la función principal del antagonista, esta es: Hacer la historia más interesante todavía, es por lo anterior que no debemos caer en el error de subestimar este tipo de personaje, pues sin ellos no habría una historia que contar en primer lugar, al menos no una que valga la pena. 

¿Por qué digo esto? Porque a los seres humanos nos gusta el drama por naturaleza, somos seres emocionales, exagerados, y dramáticos, tenemos vidas complicadas, y cuando vemos eso en un personaje es más fácil conectar emocionalmente con el mismo e identificarnos, bueno, el antagonista facilita que esto suceda, ya que es gracias a este que conectamos con el protagonista, y en ocasiones, incluso con el antagonista en sí, ya que a veces son personajes muy carismáticos.  

Sólo piénsalo: A nadie le gusta una historia donde el protagonista siempre gane, y obtenga todo lo que quiera y se proponga sin esfuerzo, queremos ver que le cueste, que luche por alcanzar sus objetivos, queremos ver drama, queremos algo que nos emocione, y el antagonista es lo que nos da eso gracias a los objetivos que tiene dentro de la historia. 

¿Y cuáles son esos objetivos? Evitar que el protagonista cumpla los suyos, básicamente actúan como obstáculo, esto porque sus valores, ética, moral y metas entran en conflicto, ya que son opuestos al protagonista, así que una forma de pensar en tu antagonista es cómo en la antítesis de tu protagonista, la forma de complicarle la vida al mismo y traer drama y emoción a la historia. Por último, algo importante a tomar en cuenta, es que si bien el antagonista tiende a confundirse con el villano, en realidad no son lo mismo. 

Villano:

¿Cuál es la diferencia entre el antagonista y el villano? Que no todos los antagonistas son villanos, pero todos los villanos son antagonistas. Lo sé, la primera vez suena confuso, pero se puede entender de una forma más simple: Un villano es solamente un antagonista malo. 

¿Y qué definimos como malvado? Mentalidad, actitudes y comportamientos que cuando se analizan de forma ética o moral o simple y sencillamente desde los valores universales, resultan ser aspectos negativos, y por ende se entienden como malos. Por ejemplo, sabemos que robar, secuestrar, matar, o atentar de algún modo contra los derechos humanos es malo pues va en contra de lo que socialmente hemos construido como bueno, además de que instintivamente nos produce una sensación incómoda y de rechazo. 

Bueno, pues el villano va a ir en contra de esto, va a pensar, decir, y hacer cosas malas, tanto por ser un obstáculo para el protagonista como por gusto. Por ejemplo, digamos que tenemos una historia de misterio que trata de un detective que tiene que resolver un caso de homicidio, no sería lo mismo tener un personaje burócrata que le estorba al detective para que haga su trabajo; a un asesino en serie que deliberadamente sabotea su investigación para salir impune y continuar matando. 

En el primer caso estaríamos hablando de un personaje antagónico no villano, porque sus motivaciones no son hacerle la vida imposible al protagonista, sino sólo seguir trámites y procesos preestablecidos que terminan afectando al protagonista, pero su intención no podría ser considerada malvada, porque es sólo una persona haciendo su trabajo. En cambio, en el segundo caso hablamos de un personaje cuyas motivaciones son querer seguir matando sin recibir castigo alguno, si analizamos esto desde una perspectiva moral y ética, sí puede considerarse malvado, por ende, este antagonista sí sería un villano. La diferencia esencial entre uno y otro es básicamente la siguiente: Mientras que el antagonista no es necesariamente malvado en la historia, el villano sí lo es. 

Ahora con esto, algo importante a considerar es que la construcción de tu villano puede tomar dos caminos: O lo haces cien por ciento malvado, o lo haces humano (y de paso más realista), un humano tiene tanto su lado positivo como negativo, virtudes y defectos, puedes traducir eso en tu villano y hacerlo un personaje malvado en el aspecto en el que obstaculiza al protagonista, pero dotarlo también de su lado amable,

¿Cuál de las dos cosas deberías de hacer? Lo que tú quieras, si quieres un villano completamente malvado podrías encontrar el modo de justificarlo (es decir, explicar congruentemente el origen de su naturaleza malvada), o por el contrario, si quieres que sea un personaje con el que tu lector pueda empatizar o identificarse, puedes seguir el camino de hacerlo malvado, pero no del todo. 

Incidental o Ambiental:

Los personajes incidentales o ambientales son aquellos que básicamente sólo están de fondo, si bien están presentes, no tienen una participación en la historia que genere un peso muy grande en los acontecimientos de la misma. La creación de personajes ambientales es más para añadir contexto al mundo donde ocurre la historia, si por ejemplo hacemos una historia ambientada en la década de los sesentas, hay que preguntarse ¿Cómo pensaba la gente de esa época? ¿Cómo se comportaba? ¿Cómo eran? Y luego escribir sobre personas de los sesentas. 

En base a la respuesta a estas preguntas podemos generar personajes ambientales que sean congruentes con el contexto que estamos planteando, por ejemplo, digamos que es una historia de fantasía ambientada en la época medieval, ¿Qué sabemos sobre el medievo? Que eran tiempos en los que todavía no ocurría la revolución industrial, no existían las tecnologías que hoy existen, por lo que la comunicación, el transporte y el estilo de vida en general era muy diferente al de hoy, esto parecería que sólo nos habla del Worldbuilding (Construcción del mundo de la historia), sin embargo, también es una mina de información para crear a los personajes, lo cual incluye a los ambientales.

Volviendo al ejemplo del medievo, ¿Cómo serían los personajes de esa época, tomando en cuenta lo que sabemos de la misma? Bueno, como la ciencia es relativamente nueva, los personajes desconfiarían de la misma, al no conocerla como actualmente la conocemos, y tendrían un sistema de creencias basado en la religión, y/o las supersticiones.

Lo anterior te ayudará a formular las personalidades de los personaje ambientales, pues a pesar de que sólo se ven superficialmente, contribuyen al entorno que rodea a los personajes más importantes, además, estos ocasionalmente tienen pequeñas interacciones con los mismos, y son estas pequeñas apariciones las que demuestran dichas personalidades, por lo que este tipo de personajes ayudan a explicar cómo es el lugar que se describe, y reforzar la idea del mundo que se está presentando ante el lector. 

Este tipo de personajes también puede funcionar como recursos narrativos o simbólicos, pudiendo representar cosas como figuras de autoridad, fenómenos o eventos, o incluso conceptos abstractos como la imaginación, la vida y la muerte, o cualquier otro que se te pueda ocurrir. 

Evocado:

Son personajes que nunca aparecen en ninguna escena en tiempo presente, sólo son mencionados, como todo personaje, es congruente con su contexto, es decir, pertenece al mundo en el que se plantea; también se parece al personaje ambiental por la poca presencia con la que cuenta dentro de la historia, aunque podría tener incluso más peso que cualquier personaje ambiental si así se desea. 

Estos personajes hacen acto de presencia por medio de menciones de otros personajes, recuerdos, o flashbacks. Un ejemplo de personaje evocado, sería un personaje que ya está muerto y del cual otro personaje se está acordando, o bien un personaje que se menciona constantemente, pero que por algún motivo nunca aparece. 

Si bien puede tener muy pocas menciones, también puede servir como un recurso narrativo o simbólico que ayude a dirigir la historia en una determinada dirección, supongamos que al protagonista se le murió alguien, y debido a que quiere cumplir el último deseo de su ser querido difunto, es que hace todo lo que lo vemos hacer a lo largo de la historia, este sería un caso en el que un personaje al que nunca hemos visto aparecer siquiera, sea la causa de todo lo que suceda dentro de la historia. 

Realmente este tipo de personajes son opcionales, los puedes utilizar si así lo deseas, pero siempre intentando que aportes algo a la historia con los mismos, también puedes hacer que un personaje en específico sea sólo de tipo evocado durante una parte de tu historia para añadir misterio e intriga, y luego incluirlo más adelante como a cualquier otro personaje. 

Paranormal:

Para empezar ¿Qué es lo paranormal? Lo paranormal hace referencia a aquellos fenómenos que no pueden ser explicados por ninguna disciplina científica, no tienen una razón lógica de ser y no son eventos naturales, ni mucho menos normales. Podemos encontrar referencias a cosas, seres, y eventos de este tipo en mitos o leyendas urbanas que tratan sobre fenómenos sobrenaturales. 

Comúnmente tienen una asociación con cosas que son consideradas malignas como la figura del diablo o el infierno, otros ejemplos de este tipo de personajes son: Muertos vivientes, vampiros, demonios, fantasmas, y otros mounstros. Es debido a lo anterior que es un tipo de personaje que se pueden utilizar en la fantasía y el horror, el horror es un género literario que busca generar miedo en el espectador a partir de cosas sobrenaturales o paranormales, cabe mencionar que no es lo mismo que el terror, ya que el terror busca generar miedo, pero a partir de cosas más realistas o humanas. 

Héroe:

El héroe consiste en un tipo de personaje proveniente del género literario épico, dicho género en la antigüedad era parte de la tradición oral, las cuales podían ser o una epopeya o un cantar de gesta. Por un lado, la epopeya era el género más antiguo, solía ser escrito en verso para ser cantados por rapsodas y aedos, quienes narraban historias que hablaban sobre las hazañas de héroes míticos con cualidades sobrehumanas, quienes pasaban por dificultades sobrenaturales, el héroe se distinguía además por ser conocido por adjetivos que resaltaban sus virtudes, así como por tener valores imperantes de su cultura. 

El cantar de gesta por su parte fue parte de la tradición medieval, eran escritos en lenguas romances y germánicas, solían ser cantados por juglares, quienes narraban las hazañas de héroes o caballeros medievales que también contaban con cualidades sobrehumanas superiores a las de los demás mortales, el cantar de gesta además presentaba elementos religiosos del cristianismo. 

Actualmente el género literario épico puede ser novela, cuento o fábula, en esta historia también predomina la presencia de un héroe. Si tuviéramos que definir al personaje del héroe podríamos decir que consiste en  un individuo de ética y moral impecable cuya función consiste en hacer el bien dentro de su historia, así como priorizar el bien común sobre el bien propio, ser abnegado y empático, más que un personaje realista y humanizado (al tener tanto virtudes como defectos) podríamos decir que el héroe es la representación de una idealización del ser humano.

Antihéroe:

Ya que sabemos lo que es un héroe, es momento de pasar al antihéroe, que cómo su mismo nombre lo indica, es muy diferente al héroe, mientras que el héroe es una idealización del ser humano que se centra en engrandecer las virtudes y todos los aspectos positivos del personaje mismo en general, el antihéroe no es una figura idealizada, sino un personaje más realista.

Me explico, como ya mencioné, un personaje realista tiene virtudes y defectos, ya que así es cómo somos los seres humanos, sin embargo, el héroe es algo así como un súper humano al solo tener un lado positivo, por el contrario, el antihéroe tiene tanto su lado positivo como su lado negativo. 

Es por lo anterior que el antihéroe no cumple con todas las características para ser considerado un héroe clásico, por lo tanto su brújula ética y moral es imperfecta, es un personaje que se rige por sus propias reglas en lugar de cumplir con todos los valores universales, se podría decir que es un personaje que está a medio camino entre un héroe y un villano, lo que le da un rol particular dentro de la historia y hace que se preste para ser un personaje que recibe diferentes reacciones por parte de los lectores, ya que tiende a ser controversial. 

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¿Cómo sobrevivir a tus emociones y sentimientos?

¿Cómo tener pensamientos positivos?

Mi realidad tiene una dualidad,

me sabe brillante, tiene una dulce melodía, se siente deliciosa, huele energética;

o suena melancólica, tiene un color amargo, un perfume doloroso, y composición de oscuridad.

Pero no existe el gris, debo elegir, es blanco o negro, energía potencial o cinética,

Atraigo los polos opuestos por necesidad?

  O voy a la oscuridad como abeja a la miel en medio de una atracción magnética?

Me come la indecisión, mientras me derrito en el frío nocturno, con antojo de libertad.

Introducción:

¿Qué es la realidad? Si pudiéramos definir el abstracto fenómeno de la realidad, esta sería una definida composición que explica el qué, cómo, dónde, porqué, y cuándo de todas las cosas que suceden, de todos los eventos a nuestro alrededor a partir del desordenado enigma de nuestra propia mente, en palabras más sencillas: La realidad es cómo nuestro cerebro interpreta las cosas.

Nuestra mente es compleja, pero también binaria, pues tiende a categorizar en dos extremos opuestos, por ejemplo: El bien y el mal, o lo correcto y lo incorrecto. ¿Pero acaso estamos acostumbrados a ver el punto medio entre ambos lados? O solo nos limitamos a pensar las cosas como blanco o negro?

Tristemente estamos acostumbrados a tal limitante, por lo que hoy quiero hablar de esos dos colores opuestos, particularmente el negro, ese lado oscuro de nuestra mente e imaginación en el que cuando nos perdemos, nos ponemos en un modo automático para absorber pura negatividad, pesimismo y melancolía. 

Dicho fenómeno ocurre en momentos de mucho estrés y ansiedad, en los cuales cuando observamos a nuestro alrededor, nuestro cerebro interpreta la información que recibe y la pinta de negro, viéndola como completamente mala; a veces pensamos que sólo estamos siendo realistas y que si tratáramos de ver luz donde solo hay sombra nos estaríamos mintiendo a nosotros mismos.

Lo anterior nos sucede porque tenemos la tendencia a confundir ser realista, con ser pesimista, y por consiguiente nos sumimos en nuestra negatividad donde sólo tenemos pensamientos tristes y desesperanzadores.

¿Por qué deberíamos ser menos negativos?

Podrás preguntarte ¿Qué es lo peor que puede pasar si tenemos pensamientos negativos? Bueno, muy pronto los pensamientos comienzan a contagiar otras cosas dentro de nosotros mismos como si se tratara de una enfermedad, que le causa malestar a nuestras emociones y sentimientos, envolviéndolas con el manto de la negatividad. 

Si eres una persona negativa y pesimista estoy segura de que sufres, sueles estar triste demasiado tiempo, tal vez a veces te preguntas qué hay de malo contigo y te frustras al no saberlo, ni saber cómo cambiar eso de ti que te duele tanto. Déjame decirte que no hay nada de malo contigo, eso que sientes es sólo producto de la perspectiva desde la cual absorbes tu realidad, la cual afortunadamente para ti se puede cambiar para bien.

Pero ¿Cómo dejamos de ser negativos para volvernos más positivos sin perder el enfoque objetivo de la realidad? ¿Cómo nos desprendemos de esa oscuridad que nos atormenta cada día en cada pensamiento, emoción y sentimiento que creamos? ¿Cómo cambiamos nuestra forma de razonar y de actuar para ser más felices?

¿Cómo tener pensamientos más positivos?

1) Ten predisposición a aceptar las situaciones negativas:

Primero que nada tienes que entender que tus circunstancias nunca van a ser perfectas, ¿Recuerdas que nuestra mente es binaria y tendemos a ver sólo blanco y negro en las cosas? Es como cuando decimos que tuvimos un buen día, o un mal día, quizás el cien por ciento de nuestro día no fue del todo bueno o del todo malo, pero cuando lo decimos en voz alta, lo categorizamos como tal, pues nuestra mente se enfoca sólo en lo blanco o lo negro. 

Tenemos que comenzar por cambiar nuestra manera de pensar, cualquier día podrá tener tanto buenos como malos momentos, pero no por eso se va a volver un cien por ciento de uno de los dos extremos, a lo que quiero llegar es que comprendamos que las circunstancias a las que nos enfrentaremos a lo largo de nuestras vidas van a contener tanto ventajas como desventajas, y tenemos que aceptar las desventajas, dejar de decepcionarnos y lamentarnos por cada aspecto negativo que aparece en nuestro día a día.

Cuando tú entiendas que cosas negativas pueden suceder todos los días, a cualquier hora, y dejes de esperar que todo sea positivo, vas a dejar de llevarte malas sorpresas cuando algo no salga bien, puesto que ya lo estabas esperando. Ahora, con esto no quiero decir que debes vivir con paranoia porque cosas malas pueden suceder repentinamente, a lo que me refiero es que no les temas a las desventajas de tu vida cotidiana, sólo acéptalas desde antes de que lleguen y así sufrirás menos cuando lo hagan. 

Tal vez no suena agradable ser consciente de que de un instante a otro algo podría salir mal y debes aceptarlo sin rechistar, pero recuerda que hay una diferencia entre la aceptación y la resignación: Aceptar significa estar en paz con algo; por el contrario, resignarte quiere decir: someterte a algo sin efectuar ningún cambio. 

Puedes aceptar una situación (estar en paz con ella), pero no por eso te resignas a dicha situación, ya que si esta es negativa para ti, tú de todas maneras puedes actuar para que la situación cambie para bien. Supongamos que tienes problemas en la escuela o el trabajo, no te va académica o financieramente, el aceptar la situación no implica que te va a seguir yendo mal, implica que no dejes que eso te estrese y angustie, y una vez sintiéndote en paz, puedes proceder a cambiar, no tienes porqué resignarte.

2) Date cuenta de que sólo estás viendo los aspectos negativos:

Ya que hayas completado el paso anterior de aceptar la situación sin resignarte, debes proceder a ver el color blanco en la imagen, hasta ahora sólo estás viendo el negro, lo malo, lo negativo, ahora comienza a ver lo positivo. Reitero, una situación no puede ser completamente buena o mala, siempre tendrá matices, a veces son difíciles de notar, pero de que están ahí, están ahí. 

Aprende a ver la dualidad que hay en las cosas, no sólo a quedarte con un lado, haz un esfuerzo para ver las ventajas de las malas situaciones, ten en mente que ver los aspectos positivos de cualquier situación te ayuda a notar cómo mejorar dicha situación. Volviendo al ejemplo anterior, imagina que el lado malo es que no tienes suficiente tiempo libre porque tienes que estudiar o trabajar demasiado, tu cerebro binario te dirá que todo es terrible, pero si haces las paces con la situación (sin resignarte) y decides buscar el aspecto positivo con el fin de mejorar la situación, comenzarás a ver todo lo que tienes a tu favor: 

Quizás tus estudios te ayudarán a conseguir tu trabajo soñado, o ese trabajo que tanto te molesta ahora te ayudará a ascender a algo mejor, o quizás puedes descubrir nuevos hábitos para ser más eficiente y resolver el problema de la falta de tiempo libre. El punto es que una vez que empieces a ver lo positivo, puedes usar eso a tu favor para librarte de lo negativo, quizás no se vaya por completo porque hay cosas que no se pueden cambiar, pero hará una gran diferencia, tanto en tu forma de ver las cosas cómo de sentirte y actuar productivamente a tu favor. 

3) Confía más en ti y disfruta el lado positivo:

Finalmente, algo más que puedes hacer para tener pensamientos más positivos y ser una persona más positiva en general, es trabajar en tu auto-confianza. Tu mentalidad definirá qué sueños puedes permitirte tener, y lo que puedes conseguir, y si no la predispones a aspirar a más, tus acciones tampoco lo harán, así que si tienes pensamientos que tienden a lo negativo en lo que respecta a tu persona, detente, porque si crees profundamente una mentira, puedes acabar por hacerla realidad.

Así que no la hagas realidad, no pongas límites a tus sueños y aspiraciones, no veas sólo el color negro en las cosas, aprende a aceptar el negro sin resignarte a quedarte sólo con ese color, comienza a ver el blanco en las cosas y deja volar tu imaginación sobre cómo puedes resolver problemas y situaciones negativas a partir de lo positivo que comiences a ver, ser realista no es sinónimo de negativo(a), pero sobre todo no olvides que debes confiar más en ti, cree que mereces tener pensamientos positivos, y que estos te hagan sentir feliz.

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Ayuda para personas suicidas

¿Crees que no vales lo suficiente para vivir?

Cada vez que alguien se suicida,

una estrella en el cielo se torna gris y se apaga,

su constelación del firmamento se ve esfumada,

y las demás estrellas lloran lágrimas que nadie enjuaga,

mientras en el cielo la oscuridad es esparcida.

Para hacer cualquier cosa en esta vida se necesita tener algo de fe primero, pues la fe es el combustible que nos hace funcionar como ser humanos en nuestro día a día, la fe actúa como la motivación que nos lleva del pensamiento al acto, pero ¿Qué pasa cuando perdemos la fe? ¿Qué pasa cuando los dulces pensamientos que inspiran nuestros actos pierden su color y se vuelven sombríos y amargos? 

Ese momento marca la hora de la muerte de nuestra fe, y cuando este catastrófico evento ocurre y la perdemos, también perdemos todas nuestras motivaciones, se nos acaba el combustible que alimentaba nuestro actuar, y no nos queda más que vacío, somos arrastrados por la melancolía y la monotonía, y de pronto un día sentimos que hace ya bastante tiempo que hemos muerto por dentro. Si te identificaste con lo que acabas de leer, es probable que ya no tengas fe en nada, quizás ya no ves valor en las pequeñas acciones de tu rutina, ni en la simple rutina en sí, tal vez estás tan desesperado o desesperada que lo único que deseas en este momento es morir. 

La fe es de suma importancia, y a veces la damos por hecho de forma errónea cuando la realidad es que su presencia puede ser una variable en la gran constante de la vida, por lo qué plantearé las siguientes cuestiones: ¿Qué pasa cuando dicha variable no está? ¿Cuándo muere tu fe? ¿Si ya no tienes fe en ti, qué es lo que te queda? Porque una cosa es perder la fe en los demás, o en el mundo, pero si pierdes la fe en ti, es como si perdieras la fe en la vida, implica que ya no haya motivación para hacer nada y que todo se convierta en una tortura. 

Quiero aclarar que no te estoy haciendo leer esto solo para tratar de explicarte lo que tú ya sientes, sino para intentar ayudarte a qué dejes de sentirte así, y el primer paso que tienes que dar para conseguirlo es recordar ¿Por qué quieres tu fe de vuelta? Sabemos que sin ella no hay motivación ni productividad en nuestras vidas, pero ¿Qué cosas esperas conseguir una vez que vuelvas a tener fe en ti mismo(a)? Sé que ahora mismo sientes desesperación y te quieres morir, pero te pido que hagas el esfuerzo de recordar algún momento de tu vida en el que no te sentías así, lo primero que recuerdes.

Trata de pensar cosas cómo ¿Cuáles eran tus sueños en la vida? ¿Qué metas tenías? ¿Qué cosas o qué personas te hacían sonreír todos los días? ¿Cuál era el combustible en tu día a día? ¿De dónde provenía tu fe? Debes recordar estas cosas, por más doloroso que sea ahora mismo cuando sientes que nada de eso volverá jamás, porque una vez que las recuerdes, sabrás por qué debes volver a tener fe en ti mismo(a) otra vez.

Recuerda que la fe en uno mismo es lo que marca la diferencia entre el paraíso y el abismo, tanto dentro de nuestras propias cabezas, como en el mundo real. ¿A qué me refiero con esto? Una cosa es cómo te tratas tú a ti mismo(a), y otra muy diferente como te tratan las personas que te rodean, a veces resulta que hay una relación de causa y efecto entre ambas:

 Dicen que si esperamos algo de otras personas, comencemos por dar el ejemplo antes, y es verdad, no podemos quejarnos de que otras personas no nos valoren o tengan fe en nosotros, si nosotros mismos no empezamos a hacerlo, si quieres que te traten diferente, que te traten mejor, empieza por ser más amable contigo. 

Sin embargo, esto no ocurre siempre, pues hay ocasiones en las que son otras personas las que tienen fe en ti cuando tú no la tienes, y si el hecho de que tengas fe en ti mismo(a) puede inspirar a otros a tener fe en ti, ¿No crees que este fenómeno causa-efecto también se podría dar a la inversa?

¿No crees que si otras personas a tu alrededor te aman, te aprecian y tienen fe en ti, tú podrías comenzar a sentir lo mismo hacia tu propia persona? Hay algo que debes saber, y eso es que la depresión tiende a cegar a las personas, es cómo ponerle un filtro a blanco y negro a una cámara, todo lo que capture la cámara con el filtro pondrá una paleta monocromática en las fotos o vídeos, lo mismo ocurre con la depresión, si te sientes deprimido(a) ahora mismo es posible que todo lo veas con un filtro a blanco y negro que no te permite ver los verdaderos colores, que te impide notar todo lo bueno que otras personas sienten por ti.

O tal vez piensas que no has perdido la fe en ti mismo(a), sino en tus circunstancias, tal vez esos problemas parecen demasiado complicados, la vida se vuelve sofocante como si una serpiente se enroscara en tu cuerpo dificultando tu respiración, bueno, te tengo malas noticias: Si perdiste la fe en la vida por tus circunstancias, también perdiste la fe en ti mismo(a), ¿Y eso porqué? Te preguntarás si son dos cosas totalmente distintas, bueno, porque si perdiste la fe por tus circunstancias externas eso significa que no te crees capaz para superarlas, por lo tanto, tampoco tienes fe en ti. 

Nadie es especial, pues todos compartimos el mismo caos, la cualidad de ser imperfectos, de tener vidas imperfectas, estar llenos de problemas, sin embargo, aún con todas esas similitudes, todos somos especiales de alguna forma, y tenemos propósitos que cumplir en este mundo. No somos para nada especiales por nuestras vidas imperfectas, pero no deberíamos decir que odiamos nuestras vidas si podemos decidir la dirección que tomamos, por más difíciles que sean los obstáculos, si no puedes establecer una dirección, ódiala todo lo que quieras, pero no te quedes sin hacer nada al respecto ni hagas algo como terminarla antes de que pueda comenzar tu momento de gloria. 

Recupera la fe en tus circunstancias, en la vida que te tocó, pero lo más importante en ti, ¿Recordaste los sueños que tenías cuando aún tenías tu fe, no? Así que no me digas que no tienes ningún motivo para vivir, porque estos te sobran, es sólo que te ha cegado la tristeza para que los veas, por lo que debes intentar apagar ese filtro a blanco y negro con el que ves las cosas, y comenzar a ver tu realidad de un modo más objetivo y menos pesimista, 

¿De verdad crees que a nadie le importas, qué nadie tiene fe en ti, qué nadie te quiere con vida? Me gustaría pensar que la respuesta a esos cuestionamientos es un no, porque tú si importas, déjame decirte que me importas, y quiero que vivas y seas feliz, no que mueras, y si yo siento eso por ti que no te conozco, imagínate cómo se sienten las personas que tienen la gran fortuna de conocerte. 

¿En serio crees que tus problemas no tienen solución? ¿Estás convencido(a) de qué no eres capaz, o no eres suficiente para resolverlos con todas las capacidades con las que la vida te dotó? ¿Crees que no mereces tener tu fe de vuelta y volver a sentirte con vida una vez más? De nuevo espero que la respuesta sea un no, espero que tú no creas eso. 

Así que por favor recupera la fe en ti mismo(a), no dejes que este filtro a blanco y negro de tu cámara te impida ver todos los colores que hay en tu vida, todas las razones que tienes para quedarte aquí, ese combustible, esa motivación que te ayudaba a levantarte todos los días a vivir que te ha abandonado, se puede recuperar no olvides que es una constante, tal vez algunos días, esté, tal vez otros no, pero si te estiras lo suficiente para alcanzarla estoy segura de que puedes traerla de vuelta hacia ti y mantenerla pegada en tu pecho por el mayor tiempo posible. 

Yo creo firmemente que mereces tu fe de vuelta porque vales lo suficiente para seguir con vida, creo que tienes muchos sueños pendientes que te están esperando, y creo que hay quienes te necesitan a su lado, así que no te puedes ir, no te abandones a ti y a quienes amas, siempre recuerda, que el suicidio no es una opción para ti.

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Autoestima, Autoconfianza, Autoaceptación

Me comparo con los demás ¿Qué debería hacer?

¿Qué es una comparación?

Todos alguna vez en algún momento de nuestras vidas nos hemos comparado con otras personas a nuestro alrededor, ya sea que alguien más nos haga tal comparación y se nos quede en nuestra mente, como un eco que una voz dentro de nuestra cabeza nos lo repite constantemente; o bien que nosotros mismos hagamos la comparación sin ninguna influencia externa.

¿Por qué nos comparamos?

¿Pero cuál es el origen de que nos comparemos con otros? Primero tenemos una carencia, o la idea de una, la definición de una carencia se puede entender metafóricamente como una silueta, una silueta es un dibujo caracterizado por el misterio que transmite, ya que sólo tiene un contorno y un relleno que generalmente es de un color sólido, por lo que no se puede ver el objeto que representa, y la única pista de lo que es, es su figura general. 

La carencia es como una silueta porque sólo podemos ver su figura general, más no su contenido, no entendemos del todo qué es aquello que no tenemos, o porqué lo queremos tanto, de modo que la carencia puede ser tanto algo real, como algo que sólo existe en nuestra mente, casi como un síntoma de ansiedad. 

Una vez que tenemos la carencia molestándonos, volviéndose cada vez más y más significativa en nuestra vida cotidiana, es cuando identificamos a uno o más individuos en donde reconocemos nuestra carencia, sólo que hay una pequeña diferencia que nos separa de ellos, y esta es que ellos no comparten nuestra carencia, sino que nuestra carencia es una posesión más para ellos, y es aquí donde ocurre la comparación y nos preguntamos cosas cómo: ¿Porqué él tiene esto y yo no? o ¿Porqué a él le va bien en esto y a mí no?

El proceso de la comparación:

¿Alguna vez has visto una serie o película de género policíaco? En dicho género, es común ver escenas donde los policías tienen a un sospechoso y le hacen un interrogatorio para que confiese su crimen. Bueno, pues a veces esas cosas suceden con las voces en nuestra cabeza, en dicha escena las voces autodestructivas son los policías, y nosotros, somos los sospechosos a interrogar, somos los acusados de un crimen terrible: nuestras carencias. 

Pondré un caso personal como ejemplo, cuando cuando estaba en la preparatoria solía tener estos interrogatorios en mi mente, me preguntaban cosas como: ¿Por qué a mis amigos les fue bien y yo reprobé? ¿Por qué ellos son buenos estudiantes y yo no? ¿Por qué ellos sí enorgullecen a sus familias y yo no? ¿Por qué ellos son felices y yo no?  

En estos interrogatorios los policías básicamente nos hacen preguntas que implican comparaciones con otras personas, y todas ellas resultan difíciles de asimilar en un principio, pero pronto se vuelve peor, pues el interrogatorio se va tornando más y más agresivo, y aplican la estrategia de responder las preguntas que te hacen en un intento de hacerte confesar, pero no las responden con amabilidad.

No recuerdo con exactitud todas las contestaciones que recibí en mis interrogatorios, pero recuerdo algunas cosas como: “Ellos son listos y tú estás bien tonta”, “Eres muy mala en todo”,  “Eres una idiota”, “Eres una estúpida”, “Eres una inútil”, “No sabes hacer nada bien”,  “Ellos tienen más suerte que tú”, “Ellos son mejores que tú”.

Es esta parte del interrogatorio donde hay más daño, ya que una cosa es compararte con los demás, preguntarte por qué tú careces de algo que ellos no, y otra cosa es obtener respuestas con adjetivos hacia tu persona, palabras ofensivas como: tonta, mala, idiota, estúpida, inútil, todo eso duele. 

¿Y sabes qué es lo peor de todo? El momento en el que te das cuenta de que todas esas comparaciones y ofensas hacia ti, son fenómenos que ocurren en tu propia mente, eres tú quien te está dañando, eres tú las voces en tu cabeza, los policías que te interrogan, acusan e insultan, todo te lo haces a ti. 

¿Qué pasa cuando nos comparamos?

Ya que tenemos claro cuál es el mecanismo mediante el cual nos comparamos con otras personas, es importante pensar en las consecuencias que ocurren durante y después de tales comparaciones, ya que el compararse es un mal hábito que genera un círculo vicioso del cual es muy difícil salir, tal vez nunca salimos de él como seres humanos, y el tener un hábito como este provoca un daño psicológico que puede tener graves implicaciones.

Así que ¿Qué ocurre cuando nos comparamos? Tenemos sentimientos negativos tales como los celos, los cuales ya sabemos de qué tratan, el ¿Por qué él tiene esto y yo no? y la envidia, donde se desea dolorosamente la carencia que para el otro es la posesión. Sin embargo, lo anterior es algo obvio, está claro que sentimos celos y envidia cuando empezamos a compararnos con otras personas, incluso si queremos ocultarlo o evitar el crecimiento de esos sentimientos, son naturales y tienden a surgir en esas circunstancias.

Por lo que considero más importante hablar del efecto desencadenante de los celos y la envidia, cómo son capaces de actuar como si fueran imanes y atraer a otras emociones y sentimientos negativos al cóctel de miseria con el que nos embriagamos. Luego pueden llegar la tristeza, el enojo, la frustración (Lee aquí mi entrada para saber más sobre: “¿Qué es la frustración? ¿Cómo lidiar con la frustración?”), la baja autoestima y autoconfianza, o incluso la depresión.

Y todo este cóctel de sensaciones negativas, terminan actuando como una enfermedad que poco a poco nos consumen y dañan internamente, disminuyendo considerablemente nuestra calidad de vida y creándonos inmunidad a sensaciones positivas tales como la felicidad, por lo que podemos concluir que compararnos con otros, sólo nos hace más infelices.

Si te vas a comparar, hazlo bien:

Entonces, ¿Compararnos con los demás es malo y nunca lo debemos hacer? No necesariamente, porque llegué a hacer una comparación de mí con otras personas, pero con un método diferente y me di cuenta de que la cuestión no es si te comparas o no con otros, sino cómo lo haces. 

A decir verdad, hay beneficios de compararse, si se hace bien claro, pero ¿Cómo escapamos del brutal juicio al que nos sometemos en nuestra cabeza? Aunque parezca difícil de creer, en realidad podemos controlar todo lo que ocurre en el mismo, no debemos olvidar que esas voces, que pronuncian las comparaciones y cosas hirientes que escuchamos, vienen de nuestra propia cabeza, de nosotros mismos, por lo tanto esas voces son nuestras, y podemos controlar lo que dicen. 

Podrá parecer imposible, ya que en este momento estamos en la posición del interrogado, entonces lo que necesitamos hacer es salir de ella, es un simple cambio de papeles donde pasamos de ser la persona interrogada a la que interroga a los policías. 

¿Cómo hacemos eso? Primero, la próxima vez que estés en un interrogatorio, identifica las palabras con las que te contestan, será fácil identificarlas, son básicamente todos los adjetivos que tengan el fin de describirte, y al mismo tiempo de insultarte, palabras como tonta, mala, idiota, estúpida, inútil.

Una vez que las identifiques, rechazalas, piensa que no tienes por qué aceptar un trato así, ni siquiera de las voces de tu propia cabeza, luego identifica cuál fue la comparación que te hicieron antes de contestarte con un insulto, este es el momento de que insistas en la comparación y des el salto de hacer tú las preguntas, y no solo hacerlas, sino también exigir una forma de contestación diferente.

Si por ejemplo la comparación fue ¿Por qué a él le va bien en esto y a mí no? y ya identificaste que te contestaron que eres tonta, mala, idiota, estúpida, inútil; ahora rechaza esa respuesta, automatiza tu mente para no permitir una respuesta nada constructiva y muy destructiva, que no se te olvide que tú no mereces ningún insulto.

Una vez que cambies tu actitud para que esas voces que te están comparando y diciendo por qué los demás no tienen tu misma carencia, vas a lograr que te respondan sin agregar un solo adjetivo o insulto a tu persona, vas a obligar a esas voces a pensar, te vas a obligar a ti a hacer un trabajo de introspección, y una vez que lo hagas, esa crítica destructiva pasará a ser constructiva. 

No te voy a decir que no te compares con otros, está bien compararte con otros, es natural tener una carencia e identificarla como una posesión en una o más personas a tu alrededor, y es normal sentir celos o envidia por ello, pero esos sentimientos negativos necesitan una salida, una que resulte en algo sano para ti. 

Así que si te vas a comparar con los demás, házlo bien, pero no te aceptes ningún adjetivo, ni ningún insulto, asegúrate de que esas comparaciones, te ayuden a entender el origen de tus carencias y a solucionarlo, pero no te permitas el compararte con los demás de un modo que te haga sentir mal, y sólo te cause más y más sentimientos negativos, y te deje con nada más que sufrimiento. 

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¿Cómo sobrevivir a la automutilación?

¿Qué hago si me quiero autolesionar?

¿Qué es la autolesión? También llamada automutilación, la automutilación consiste en una actividad que produce un daño físico en el que es la misma persona que lo hace la que lo recibe, es decir: alguien que se lastima a sí mismo(a). Pero ¿Cómo se da la automutilación? Esta se percibe desde antes de que ocurra, llega por medios como pensamientos y deseos intrusivos sobre hacerse daño, los cuales por más horrible que vaya a sonar, son como antojos, y los antojos son algo que requiere fuerza de voluntad para ignorar, en ello radica la dificultad de ignorar estos pensamientos y deseos una vez que pasan a ser un impulso latente.

Para entender la automutilación es necesario ir más allá de cómo ocurre y entender el porqué: la automutilación es una actividad que como cualquier otra ocurre debido a una motivación, es aquí donde radica la complejidad de entenderla, ya que con lo diversas que pueden ser las motivaciones, más larga es la lista de los posibles porqués de este fenómeno. Tomando en cuenta lo anterior es posible deducir, que no vamos a hablar de la misma automutilación de alguien que sufre de una adicción que la de alguien que perdió a un ser querido.

Para entenderlo mejor supongamos que tenemos un coche y tenemos que ir a un lugar en él, pero no avanza, ¿Qué podemos hacer? Comencemos por identificar el problema: El problema es que el coche no arranca, si solo con esta información procedemos a aplicar una solución como pasarle batería o ponerle gasolina estaríamos tratando de resolver el problema por un método de prueba y error ya que desconocemos la causa del problema, por lo tanto no va a ser lo mismo si le pasamos batería al coche a si le ponemos gasolina, si bien ambas acciones pueden resolverlo, cabe la posibilidad de que perdamos el tiempo tratando de pasarle batería a un coche que no tiene ningún problema con su batería, o por el contrario poniéndole combustible a un coche que ya tiene el tanque lleno. 

Por lo tanto, antes de tratar de aplicar una solución a un problema, deberíamos de intentar identificar la causa principal de ese problema, su raíz, y en base a esto aplicar la solución que corresponda. Lo mismo aplica para el problema de la automutilación, si aplicamos una solución sin conocer el problema estaríamos arriesgando la efectividad de la misma al someterla al fenómeno de la suerte, es decir, te arriesgas a que lo que sea que hagas tal vez funcione, o tal vez no.

¿Y qué pasaría en el caso hipotético de que no funcione? Volvamos al ejemplo del coche, supongamos que le pasamos batería al coche, pero este ya tenía, después de fallar con la batería pasamos a tratar de ponerle gasolina, pero tampoco funciona porque el tanque ya estaba lleno, y así seguimos una y otra vez aplicando todas las soluciones mecánicas que se nos vayan ocurriendo para hacer que el carro avance, ¿Cómo crees que te sentirías después de tantos fracasos consecutivos? 

Para empezar habría sido un desperdicio total de tiempo, esfuerzo (y posiblemente dinero) el tratar de arreglar el coche sin siquiera saber cuál era su problema, tal vez ya se te hizo demasiado tarde para ir al lugar al que tenías que llegar, tal vez hasta descompusiste tu coche más de lo que ya de por sí estaba. Sentirías cosas como frustración, agotamiento, estrés, tristeza y enojo. 

Incluso podríamos atrevernos a decir que el hecho de tratar de resolver un problema por método de prueba y error, así como el lidiar con los errores que impliquen puede tener las mismas consecuencias antes mencionadas a nivel psicológico. Es en el deseo de evitar tales consecuencias en el que radica la importancia de identificar la causa del problema desde el principio en vez de aplicar el arriesgado método de prueba y error. 

Personalmente sé cómo se siente el impulso de querer hacerte daño a ti misma, creía que mis problemas de aquel entonces eran demasiados y no veía una solución existente para ellos, estaba llena de tristeza y autoodio y por alguna motivación que no comprendía me quería cortar. 

Ya perdí la cuenta de cuántas veces me puse unas tijeras en la muñeca y traté de lastimarme, pero no me puedo quejar, hoy puedo decir que soy afortunada porque esos intentos de autodestrucción ya quedaron atrás para mí, porque sólo me quedé en intento y nunca fui capaz de cortarme, y porque ahora soy capaz de entender mejor lo que me pasó como para escribir sobre eso.

Yo intenté el método de prueba y error, traté de hacer todo lo que se me iba ocurriendo para lidiar con mi ansiedad y depresión en la que quería lastimarme, desde aguantarme y esperar a que pasara como si fuera a desaparecer sólo con cerrar los ojos y dejar de ver el problema, hasta hacer un duro proceso de introspección en un intento de descubrir qué estaba mal conmigo. Lo hacía pensando que algún día todo pasaría, que dejaría de intentar hacerme daño para siempre, pero no fue así, pues más adelante me encontraba en el mismo agujero de la depresión volviéndolo a intentar, los intentos de la automutilación llegaron a ser mi círculo vicioso.

Al menos ahora sé que sólo lo intentaba porque las voces en mi cabeza me decían que lo hiciera, y una vez que identifiqué la causa de mi problema (7 años más tarde), comencé a tomar una medicina que hace que ya no escuche nada, y ahora que ya no hay voces para decirme que me haga daño, ya dejé de intentarlo. 

Te preguntarás ¿Por qué me tomó 7 años solucionarlo? Bueno, tal vez sonará tonto, pero las voces me amenazaron con no decirle nada a nadie, y les tuve el miedo suficiente para quedarme callada; y la única ocasión en la que busqué ayuda no la recibí porque esa persona dijo que no necesitaba nada y que estaba bien (y de nuevo tontamente, no se la pedí a nadie más). 

Te cuento esto porque no quiero que seas como yo, no quiero que busques sin éxito mil maneras de dejar de tener intentos de automutilación o frenar la automutilación que ya inició, durante tantos años hasta que te des cuenta de que la solución era tan simple y pudiste haberte librado de todo mucho antes de haber hecho las cosas de diferente manera. Quiero que te olvides del método de prueba y error con el que estás tratando, encuentres la causa principal de tu autodestructivo problema, y entonces lo resuelvas de una vez. 

Claro, ya sé que es más fácil decir las cosas que hacerlas, así que intentaré dejarte con algunos consejos más prácticos sobre cómo hacerlo: Primero trata de buscar la respuesta en ti y en lo que te rodea, ¿El carro no avanza por causas que están dentro del carro, o por factores externos al carro, o por ambas? Sé que anteriormente te dije que culpar a los problemas que me rodeaban y tratar de encontrar la falla en mí de forma introspectiva no me dio resultado, así que ¿Por qué te sugeriría algo que no funciona?

Porque sólo funciona si lo haces bien, y no porque yo lo hiciera mal significa que tú también lo harás mal. Analízate a profundidad a ti y a tus circunstancias, pero no te quedes en los simples sentimientos de impotencia y autocompasión cuando empieces a encontrar posibles causas a tu problema sin siquiera haber identificado aún la causa principal de todo. 

Sentirte impotente significa que no te crees capaz de superar lo que sea que te esté afligiendo, sientes que no eres suficiente, que algo te falta, y es cuando puedes caer en el error de la autocompasión, que es cuando comienzas a pensar que si ciertas cosas fueran diferentes de algún modo podrías resolver el problema, pero como no lo es, pobre de ti. 

Si esperabas que me compadeciera de ti por el infierno por el que estás pasando que te hace tratar de automutilarte o automutilarte, temo que te voy a decepcionar, pues yo no estoy aquí para decirte cuánto lamento tu situación, yo estoy aquí para decirte que dejes de quejarte y de lamentarte por problemas que según tú no tienen solución, te levantes y lo arregles para que puedas ser feliz. 

Si piensas en varias causas posibles para tu problema, y varias soluciones posibles y te pones a hacer las cosas conforme se te vayan ocurriendo, sólo estás aplicando el método de prueba y error, así que retrocede y vuelve a la identificación de la causa principal, es un simple porqué, una simple motivación, así es cómo sabrás que la encontraste. 

Y ya sé lo que estás pensando: “¿Crees que si supiera cuál es la causa de mi problema no lo hubiera resuelto ya en vez de andar aquí leyendo esto?” Bueno, si por algún motivo sigues sin encontrarla, no te rindas e inténtalo de nuevo, lo que me lleva a mi siguiente consejo: Pide ayuda si no puedes solo(a), a veces lo que se necesita para resolver algo es otro punto de vista que vea cosas que nosotros no vemos, además, no es el fin del mundo si lo haces.

Sé que ahora mismo están pasando mil millones de razones por tu cabeza para no pedir ayuda, pues déjame decirte desde el punto de vista de una persona que necesitaba ayuda psiquiátrica a los catorce años y la empezó a recibir a los veintiuno como la procrastinadora que soy, que todo lo que estás pensando no son más que excusas. 

No hay excusa en este mundo que valga más que la posibilidad de que alguien te ayude, y tal vez te pase lo que a mí me pasó, cuando mi papá se rio en mi cara y dijo: “Tú no necesitas nada, tú estás bien”, ¿Sabes qué le diría a mi yo de quince años que se fue con la cabeza baja y no volvió a pedir ayuda por años? Le diría: Deja de avergonzarte por ser una humana con problemas como cualquiera y necesitar ayuda, levántate y molesta a todas las personas a las que tengas que molestar hasta que alguien te quiera ayudar, porque de que alguien te ayuda, alguien te ayuda, no hay forma de que absolutamente todos decidan no ayudarte, vas a encontrar a alguien a quien le importes lo suficiente.  

Y una vez que pediste ayuda a alguien, y ese alguien accedió a ayudarte, explícale tu impulso de hacerte daño a ti mismo(a), dile las cosas que quieres hacerte, que posiblemente intentas o te has hecho, y pídele ayuda para encontrar la causa principal de eso y resolverlo de raíz. 

Voy a ser sincera contigo, independientemente de si pides ayuda o no, tal vez puedas resolver tu problema, en los siete años que escuché voces que me decían que me cortara logré no cortarme sin ayuda de nadie, ¿Resolví el problema de raíz? No, este siguió volviendo de manera intermitente como mis episodios de ansiedad y depresión, pero evité sangrar.

Al final del día es sólo tu decisión si vas a pedir ayuda o no para este problema que tú tienes, o si lo vas a resolver tú solo(a), lo único que te diré, es que el problema se tiene que resolver, no puedes seguir con pensamientos intrusivos e impulsos de hacerte daño, ni puedes seguirte lastimando a ti mismo(a) si ya lo empezaste a hacer, pues el hacerlo no va a cambiar nada para bien, eso no hará que ninguno de tus problemas se resuelvan, no curará ningún sentimiento como la tristeza, la ira, o el odio, ni siquiera bastará para expresarlos, y mucho menos te quitará la ansiedad o la depresión, nunca bastará para saciar el vacío, tal vez lo único que quieres es ser feliz, o de plano desaparecer para ya no sentir porque lo único que sientes es dolor, bueno, pues si lo haces por eso, sólo obtendrás decepción. 

Antes te dije que no me compadecería de ti por el infierno que estás viviendo, bueno, eso lo dije porque cuando tú te autocompadeces, te sientes incapaz e insuficiente para resolver tus problemas, y yo no creo que lo seas, yo creo que a ti no te falta nada para arreglarlos, creo firmemente que eres una maravillosa, hermosa y perfecta creación de ser humano que merece todo lo bueno en este mundo, no mereces la automutilación, las cortadas ni la sangre (aunque posiblemente no lo creas así), tú mereces ser vivir, ser feliz, tú mereces amor, así que ¿Por qué no te amas a ti mismo(a) para empezar y dejas de cargar con esas tijeras con las que te lastimas? 

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Taller literario

¿Qué es la ciencia ficción?

Definiendo el género:

La ciencia ficción es la perfecta combinación de ciencia y fantasía, permite a quien no es científico ni es completamente autor de fantasía, generar algo único en medio de ambos extremos. Para comprender mejor lo que es, comencemos por definir ambos extremos: La ciencia es el producto de un arduo proceso de hipótesis, investigación, experimentación y comprobación para dar con el conocimiento que explica el porqué y el cómo de los fenómenos universales, a veces se queda en simples teorías al no pasar por la fase de comprobación, sin embargo, sigue resultando en información valiosa, que se vuelve objeto de estudio indefinidamente.

La fantasía por otro lado, y es aquí cuando las cosas se vuelven interesantes, es producto de la simple imaginación, básicamente podríamos decir que abarca todo lo que no es la ciencia, no tiene que ser posible o verídico, y de hecho eso es lo que caracteriza al género fantástico, no es real más allá de la mente humana, puede venir de la mitología o de las leyendas urbanas, que cómo sus mismos nombres los indica, carecen de comprobación científica que los avalen como hechos reales, o simplemente de un curioso paraje de la mente del autor.

Mientras que la ciencia se enfoca en la realidad, y se hace con la predominancia del hemisferio izquierdo cerebral, que sigue métodos específicos, reglas, y habla un lenguaje binario que entiende las respuestas como correctas o incorrectas, por no mencionar los años de estudio profesional que implica detrás; con la fantasía ocurre todo lo contrario, no hay respuestas correctas o incorrectas, cualquier cosa que decida la imaginación y caos del creativo hemisferio derecho cerebral está bien.

La ciencia ficción entonces, es la unión de elementos de ambos extremos, de la estricta ciencia, y la desenfrenada fantasía, en una medida particular donde cada historia genera su propio balance de ambas cosas.

¿Cómo se mezclan la ciencia y la fantasía?

Pareciera que hablamos de dos extremos opuestos, pero la razón por la que se complementan es porque la fantasía explicará todo lo que la ciencia incluida en la historia no pueda explicar, y  viceversa: la ciencia explicará todo lo que la fantasía no pueda explicar.

Tipos de ciencia ficción:

¿Entonces cómo es que la ciencia y la ficción, estos dos extremos tan contrarios se atraen como si fueran un enlace iónico que junta energía negativa y positiva de forma funcional? Hay una explicación muy sencilla que de hecho funciona al mismo tiempo como una instrucción, y esa es: “Todo lo que no explica la ciencia, lo explica la fantasía; y todo lo que no explica la fantasía, lo explica la ciencia”. Lo anterior se ejemplifica en los tipos o subgéneros de la ciencia ficción: La ciencia ficción blanda y la ciencia ficción dura.

Veamos a la historia de ciencia ficción como un rompecabezas con piezas de ciencia y piezas de fantasía, pero este rompecabezas tiene una peculiaridad: Tú puedes elegir cuantas piezas poner de cada una. Para la ciencia ficción blanda tendrás más piezas de ciencia que de fantasía, y para la ciencia ficción dura, tendrás más piezas de ciencia que de fantasía.

Tipos de ciencia ficción

¿Cómo saber cuál es tu tipo de ciencia ficción?

Tal vez te estás preguntando, ¿Cómo puedo saber qué subgénero es el indicado para mí? ¿Cómo sé cuál hago mejor? ¿Cómo sé cuál me gustaría más escribir? Y por complejas que puedan ser estas preguntas, son respondidas por una sola pregunta, la cuál es: ¿Qué tanto estoy dispuesto(a) a estudiar, y qué tanto estoy dispuesto(a) a inventarme? Experimenta investigando temas de ciencia que te llamen la atención, estúdialos tan a profundidad como tú quieras, y cuando sientas que ya no entiendes mucho la información, o te aburre o no te llama la atención, procede a seleccionar las partes de ciencia que quieres usar, y completa todo lo demás con algo ficticio.

Crítica en la ciencia ficción y otros subgéneros:

¿Cómo criticar? En la vida cotidiana hay diversos aspectos que impactan de forma negativa y disgustan a la sociedad en general, dichos aspectos abarcan desde los ámbitos: social, político, o económico. Cuando a un escritor(a) le molesta algún tema en particular, es posible introducirlo en su historia para mostrar una visión crítica de determinados problemas. Dos formas diferentes de hacerlo son la utopía y la distopía.

Utopía: Una utopía significa “Mundo ideal”, se caracteriza por mostrar un mundo ficticio perfecto que muestra los problemas humanos del mundo real resueltos, es como decir “Así se vería el mundo si tal problema desapareciera”. Al mostrar esta visión se genera una comparación con el mundo real, criticándole. Las utopías pueden ser más efectivas persuasivamente cuando muestran las soluciones a los problemas criticados en la historia dentro de la utopía y no sólo el resultado en sí.

Distopía: La distopía es todo lo contrario a la utopía, aquí se muestra una situación exagerada, es como decir: “Así se vería el mundo si tal problema empeorara”, tiende al fatalismo, y a la persuasión a solucionar el problema de la vida real que critica por medio del miedo que infunde en los lectores. Sin embargo, al igual que la utopía, puede ser más efectiva persuasivamente si se propone una solución al problema.

Diferencias entre el personaje de ciencia ficción con otros géneros:

Psicológicamente hablando, el personaje de ciencia ficción puede ser similar al tipo de personajes que se utilizarían en otros géneros, sin embargo, lo que diferencia a este último es el proceso que hay detrás, el cual se parece mucho al del Worldbuilding (Construcción del mundo, o del universo en que transcurre la historia).

Cuando hablamos del worldbuilding de un mundo o universo de ciencia ficción, por obvias razones es necesario que contenga elementos tanto de ciencia como de fantasía, es por lo anterior que a la hora de insertar un personaje en dicho mundo, esta misma lógica aplicará para crear al personaje. 

Por ejemplo, si creamos un mundo post apocalíptico donde sólo existe la inteligencia artificial y en vez de humanos hay robots, al estar hablando de personajes robots, tendremos que investigar sobre temas tales como robots, inteligencia artificial o máquinas; posteriormente aplicaremos el mismo método de seleccionar datos científicos y completarlos con fantasía para construir y describir apropiadamente a los personajes robots. 

Dicha descripción deberá responder a cuestiones tales como: ¿Cómo funcionan esos robots? ¿Qué capacidades tienen? ¿Cuáles son sus necesidades básicas? ¿Cómo interactúan con el mundo y encajan con un planeta post apocalíptico de inteligencia artificial? En la ciencia ficción, los personajes deberán tener una profunda conexión con el mundo al que pertenecen y dichas conexiones deberán justificarse. 

Sobre los conflictos:

Los conflictos de la trama generalmente corresponderán con las circunstancias del mundo y de los personajes como mezclas de ciencia y fantasía, y sus resoluciones deberán ser coherentes con el contexto que se va dando a lo largo de la historia. Si volvemos al ejemplo de los robots en el mundo post apocalíptico, digamos que el conflicto es la falta de energía, sin la cual todos los robots morirán, ¿Cómo se resuelve eso? 

No sería apropiado decir que crean energía mágicamente de la nada porque eso es pura fantasía ¿Dónde quedaría la ciencia en esa solución? Sin embargo, si hablamos de algo científico como las energías solares, o eólicas, ya estamos acercándonos a propuestas más científicas, es entonces donde tocaría elegir una solución mágica y una científica que embonen juntas para crear un resolución al conflicto acorde a la historia planteada.

Conclusión:

La ciencia ficción es un género maravilloso que implica un largo proceso parecido al método científico: hay que hacer observación, hipótesis, investigación y teorización para dar con una historia que combine de una forma perfectamente balanceada toda la ciencia que nuestro hemisferio izquierdo cerebral sea capaz de absorber, y toda la locura de la ficción que nuestro hemisferio derecho cerebral se atreva a imaginar, puede ser arduo y tedioso, pero también llevar a lugares impresionantes. 

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Autoestima, Autoconfianza, Autoaceptación

Ser demasiado perfeccionista y autoexigente

En nuestra vida cotidiana es normal que se presenten situaciones en las cuales tengamos como opción relajarnos y estar contentos con lo que hay, o presionarnos un poco para que la situación mejore, pensando que cuando pase todo será mucho más sencillo y estaremos más contentos, quizás este es el origen de actitudes de perfeccionismo y autoexigencia.

Ser perfeccionista significa, como su mismo nombre lo indica tratar de hacer que algo sea perfecto, es no conformarse con lo que hay, y tratar de llevarlo a su máximo potencial, pensando que siempre puede ser mejor; consiste en una actitud o comportamiento que una persona puede tener ya sea hacia otras o hacia sí misma. Ser autoexigente por su parte, guarda un gran parecido con ser perfeccionista, salvo que aquí lo que se tiene es una actitud de demanda hacia la propia persona, quizás no buscando la perfección, pero si buscando más de lo que se tiene.

El perfeccionismo y la autoexigencia pueden resultar muy beneficiosas y ayudar al sujeto a alcanzar sus metas y sueños, sin embargo, son armas de doble filo que podrían tener un gran impacto negativo si no se utilizan bien, y por no utilizarlas bien me refiero a los excesos. Hemos escuchado muchas veces que los excesos son malos, pero generalmente lo escuchamos en referencia a objetos con connotaciones negativas de por sí, tales como alcohol, tabaco, o drogas, pero ¿Y qué hay de las cosas con connotaciones positivas? ¿Se puede tener un exceso de estas? Y de ser así ¿Esos excesos serían malos? La respuesta es sí, por lo que me parece muy irónico que no se genere consciencia sobre este tipo de excesos también, pero nunca es demasiado tarde para darnos cuenta de ello.

En este caso quiero hablar de los excesos de perfeccionismo con uno mismo y la autoexigencia. Primero quisiera establecer un paralelismo entre cómo tratamos a otros y como nos tratamos a nosotros mismos, porque a veces somos mucho menos perfeccionistas y exigentes con los demás de lo que lo somos con nosotros mismos, ¿Alguna vez le diste un buen consejo o ayudaste a alguien que la estaba pasando mal? pero dime ¿Alguna vez lo hiciste contigo? Si hay una gran diferencia entre la cantidad de veces con la que has llegado a ayudar a otros, y las que te has ayudado a ti mismo o a ti misma, así como la efectividad de esa ayuda, definitivamente eres menos perfeccionista y exigente con otros que contigo.

Con lo anterior no quiero decir que debes ser más perfeccionista y exigente con los demás de lo que ya eres, sino que tal vez tienes un exceso de perfeccionismo y autoexigencia contigo. Pero ¿Por qué tratas a los demás con más suavidad de la que te tratas a ti? Por simple amabilidad, quieres ser amable con las personas que te rodean, pero tristemente no eres lo suficientemente amable contigo, y eso es un problema. Tratemos de entender primero qué te produce ese exceso de perfeccionismo y autoexigencia y porqué es tan difícil tratar de actuar diferente mediante la siguiente fórmula que expresa lo que sentimos:

Donde  perfeccionismo a la menos infinito más autoexigencia a la menos infinito, que se traduce en la suma de perfeccionismo más autoexigencia; ambas multiplicadas exponencialmente por un infinito exceso negativo, en palabras más sencillas: perfeccionismo y autoexigencia extremistas (ambas variables tienen valores de excesos negativos porque como se planteó anteriormente, el exceso de perfeccionismo y autoexigencia es una cosa negativa).

Del otro lado de la fórmula tenemos la ecuación É=🙂,  que se traduce en éxito igual a felicidad, y no hay que olvidar que É=🙂 es la equivalencia de perfeccionismo a la menos infinito más autoexigencia a la menos infinito. En resumidas cuentas: La suma del perfeccionismo y la autoexigencia (ambas cosas excesivas) es igual al éxito, que a su vez es igual a felicidad; o al menos eso pensamos, tenemos esos excesos de ambas cosas porque creemos que con ello tendremos éxito en un objetivo o meta concreta, y por ello tendremos felicidad.

Y si ahora que entiendes el significado de la fórmula, te identificaste con esa mentalidad, tengo que decirte una cosa importante: Estás en un error, pues perfeccionismo excesivo, más autoexigencia excesiva no es igual a éxito. ¿En qué me baso para decirlo? Bueno, pensemos lo que pasa por la cabeza de las personas excesivamente perfeccionistas y autoexigentes por un momento:

Un perfeccionista extremista valora más los resultados que el proceso o avances en el mismo, es decir, puede pasar horas, días o semanas trabajando en un proyecto, pero si el resultado del proyecto no le gusta, no le dará ningún valor a su proceso, lo que en consecuencia generará sentimientos de frustración, por no mencionar que es probable que base su autoestima y autoconfianza en los resultados que puede generar en determinados momentos, más no es los progresos que puede conseguir.

Por el otro lado, el autoexigente extremista  no tiene límites: Se exige más allá de sus propias capacidades y destrezas, incluso de forma irrealista, y cuando sus expectativas superan sus capacidades, es decir, espera obtener más de lo que puede conseguir, resiente el mismo efecto que el de un perfeccionista extremista: Frustración, baja autoestima, y baja autoconfianza.

Con lo anterior es posible deducir que el perfeccionismo extremista más la autoexigencia extremista ( no es igual a éxito, así que si corrigiéramos la fórmula tendríamos que hacerla una desigualdad:

Y quizás del otro lado de la fórmula (É=🙂) el Éxito sí puede ser igual a felicidad, pero ¿De dónde viene el éxito cuando perfeccionismo extremista más autoexigencia extremista resulta en sufrimiento? Para ti el éxito es sinónimo de cumplir una meta o un sueño, pero tienes que pensar que a lo largo de tu vida tendrás muchas metas y que cada una significará la búsqueda de un  éxito en una fórmula, cada vez que alcances un  éxito en tu vida, la fórmula se reiniciará para una nueva meta o sueño, y tal vez crees que el perfeccionismo y autoexigencia extremos te ayudaron a conseguirlo, pero pregúntate cómo te hizo sentir eso.

¿Alguna vez te ha pasado que el día en el que finalmente logras cumplir tu más grande sueño, el día que tanto soñaste y del cual pensaste que sería el más feliz de tu vida, de pronto no te hace sentir nada, pues aún te sientes miserable? Esto podría ser un síntoma de que inconscientemente aún te crees la errada fórmula:

Entonces ¿Cómo podríamos corregir la fórmula para tener la ecuación que nos indica la equivalencia a É=🙂? Quitando los exponentes  del lado izquierdo de la fórmula, lo cual resultaría en:

Por lo que el perfeccionismo más la autoexigencia (ambos moderados) sí pueden ser iguales a éxito, el cual es igual a felicidad. Ya deja de creerte la idea de que siento perfeccionista y autoexigente de forma extrema te va a ayudar a conseguir tus objetivos y sueños en la vida y que es el único camino viable para ser feliz, pues la realidad es que un exceso de perfeccionismo y autoexigencia, si es que te ayuda a cumplir una meta, te dará sólo un instante de felicidad que será reemplazado por miseria y sufrimiento.

¿Por qué mejor no tener el perfeccionismo y la autoexigencia de forma moderada en nuestras vidas? ¿Por qué no darnos la oportunidad de darnos algo de crédito por nuestros procesos en vez de sólo basar nuestra autoestima y autoconfianza en nuestros resultados? El día en el que quites esos dos excesos en tu vida, va a ser el día en el que dejarás de desgastarte psicológicamente todos los días, y podrás alcanzar metas y objetivos en la vida sin decir que sólo te sientes miserable.

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Taller literario

Trasfondo de personajes

La importancia de la historia de trasfondo:

Todo personaje tiene un momento específico de aparición en la historia, basta con preguntarse la edad del personaje para ver qué tan largo es el período de tiempo en el que no ha formado parte de la historia, si por ejemplo tiene veinte años, son veinte años que no se ven reflejados en la historia que se presenta.

Y está bien, nadie quiere ver absolutamente toda la vida de un personaje detalle por detalle, de hecho si los libros fueran de tal modo serían exageradamente largos y llenos de detalles aburridos y sin importancia o relevancia en la trama. Ahora supongamos que de esos veinte años de vida del personaje podemos resumir todavía más los acontecimientos para eliminar lo aburrido e irrelevante (algo que sí valdría la pena mostrar dentro de la historia, pero cómo el personaje se introdujo más tarde no fue posible), ¿Qué es eso que nos queda? Eso se llama historia de trasfondo.

La historia de trasfondo tiene dos usos principales: Primero dota al personaje de credibilidad, lo hace realista, [Lee aquí mi entrada para saber más sobre: ¿Cómo crear personajes realistas?], lo cual es importante porque mientras más real le parezca al lector, mayor será su capacidad empática con el personaje y más natural sentirá la historia que le presentamos a través de los personajes; y segundo nos delimita las fronteras dentro de las cuales podremos desenvolver al personaje, cuáles serán sus acciones, bajo qué contextos cambia o evoluciona, y bajo cuales no nos conviene que lo haga porque el lector lo sentiría forzado o antinatural, lo cual es justo lo opuesto de lo que deseamos.

La historia de trasfondo aplica para todos los tipos de personajes, para algunos será más importante que otros, sin embargo, se debe trabajar en ella justo lo necesario con cada personaje, ya que si uno no se siente creíble para el lector, su influencia en la historia tampoco lo será, incluso si no estamos hablando de un personaje tan importante como el protagónico.

¿Cómo se introduce?

Por medio de Flasbacks, o recuerdos en momentos pertinentes de la historia, o mediante menciones breves del narrador o en los diálogos entre personajes.

Fronteras de la historia de trasfondo:

Se podría decir con fines prácticos que todo lo que hace el personaje, se sembró en su historia de trasfondo, y no es una afirmación para concluir deprimentemente que el personaje está sujeto a un determinismo que no nos permite hacer nada con él, si bien implica limitantes, estas limitantes nos dan las fronteras sobre las cuales podemos trabajar con el personaje para que el lector continúe percibiéndolo como alguien creíble. Y dentro de esas fronteras hay múltiples oportunidades.

¿Es lógico? ¿Tiene sentido?

Tenemos que partir de nuestra lógica e intuición para ver cuáles son esas fronteras que nos indica la historia de trasfondo del personaje, dichas fronteras nos dicen en general qué se puede hacer y qué no. A simple vista pareciera confuso y complicado, sin embargo, termina siendo algo más fácil de lo que parece, un ejercicio básico es partir de las preguntas: ¿Es lógico que haga tal cosa? ¿Tiene sentido que pase tal cosa?

Para decidir sobre las acciones del personaje prueba preguntarte estas cosas, tomando en cuenta la historia de trasfondo que le has dado y su personalidad en general. Es importante que busques ser lo más objetivo(a) posible, y no digas que todo tiene lógica y sentido sólo porque de verdad quieres que el personaje haga determinada cosa. Por más importante que te parezca cierta acción, si resulta forzada el lector lo notará.

Por ejemplo, supongamos que en tu historia querías que el personaje 1 matara al personaje 2, pero según la historia de trasfondo el personaje 1 atestiguó el homicidio de otro ser querido, lo que lo influido en formar su carácter empático, y de acuerdo con su personalidad tiene juicios morales que le impiden ser asesino de un homicidio violento de forma intencional. Entonces, tú quieres que el personaje 1 mate al personaje 2, pero eso parece ser imposible,  ¿Qué haces entonces?

Si no ves ninguna lógica en que el personaje 1 mate al personaje 2, entonces no hagas que lo mate solo porque sí, tal vez tú quieres que el personaje 1 haga la acción, pero no será creíble para el lector si lo obligas. En vez de forzar una situación, puedes explorar otras posibilidades para generar el mismo efecto de la acción que inicialmente querías que hiciera el personaje 1.

Puedes plantear otro contexto para la muerte del personaje 2 que no implique homicidio por parte del personaje 1, o si tú dices “Es que es importante que lo mate porque su sentimiento de culpa desencadena otras cosas que quiero que pasen”, está bien, pero plantea otro escenario. Tal vez el personaje 1 se vuelve el asesino del personaje 2 por una situación accidental, o porque realizó una cierta acción por la que indirectamente mata al personaje 2.

O si ninguna de estas opciones te gusta, puedes involucrar a otro personaje que cuya historia de trasfondo y personalidad hayas evaluado como adecuadas para que realice la acción que quieres, tal vez el personaje 1 no mataría al personaje 2, pero el personaje 3 sí lo haría, y en la escena homicida puedes involucrar una situación que vuelva en cierta forma responsable al personaje 1.

Se necesita recordar todo su pasado constantemente y preguntarnos si un personaje con cierta historia y características de personalidad y psicológicas haría o no una acción, si no la haría, no se le obliga, o se busca un escenario alterno que vuelva creíble su acción.  A veces queremos que ciertas cosas pasen en la historia, pero hay que recordar que la historia de trasfondo de cada personaje nos da unas fronteras sobre lo que podría pasar de forma natural, y si de verdad es importante, hay que hacer que pase de esa forma natural, no de la forma forzada. 

Historia de trasfondo para darle personalidad al personaje:

Humaniza al personaje, los personajes realistas y humanizados son más memorables, especialmente cuando son seres no humanos en una historia de ciencia ficción, ya que da algo adicional a la simple apariencia o forma del personaje para que el lector le recuerde. Busca darle personalidad, piensa en el personaje como un ser humano, dale una realidad o forma de ver el mundo, de pensar, creencias, temperamento, de reaccionar ante emociones y sentimientos, virtudes y defectos, todo lo anterior facilita la generación de sentimientos por parte del lector hacia el personaje. No olvides asegurarte de que la personalidad sea congruente y no se sienta plana ni forzada (tomando en cuenta contexto y trasfondo).

La historia de trasfondo en la evolución e involución del personaje:

Evita el personaje plano, a no ser que tengan una participación breve como personajes ambientales o evocados, debes buscar que tengan cambios a lo largo de la historia, ya sea para el bien o el mal propio del personaje. Los seres humanos tienen personalidades y comportamientos cambiantes, y eso se debe reflejar en los personajes, ¿Qué cosas van aprendiendo? ¿De qué forma cambia su forma de pensar o de sentir? El punto de partida de estos cambios son en una parte su historia de trasfondo, pero más importante los contextos a los que se enfrentan durante la historia. 

¿Qué significa que un personaje evolucione? Cuando un personaje cambia para bien, es decir que se desarrolla mediante sus experiencias, aprende y mejora, pero sobre todo lo que caracteriza el hecho de que un personaje evolucione es cuando este cambia para bien en función de poder cumplir con su rol dentro de la historia, si el protagonista por ejemplo presenta un cambio que le ayuda a cumplir su objetivo está evolucionando.

Por el contrario, ¿Qué significa que un personaje involucione? un personaje puede involucionar, es decir cambiar para mal y arruinar algo que lo hubiera llevado al éxito en sus objetivos. La involución de un personaje es provocada por situaciones externas al personaje, es decir cuando se le lleva a su límite y este en vez de superarlo y avanzar sufre de un retroceso que refleja una contradicción con su aprendizaje previo. Al igual que para los seres humanos es posible hacer que un personaje involucione, sin embargo, si lo hace demasiado puede resultar en un círculo vicioso que aburra al lector, por lo que debe tener fines más grandes, es decir, ser una causa de que el personaje eventualmente evolucione o suceda algo importante para el desarrollo de la historia.

Cómo puedes ver en la creación de un personaje, realmente tienes que pensar en todo lo referente a la historia de vida del mismo, incluso desde antes de que comenzara la historia que estás contando ahora mismo, es decir: piensa en la historia de trasfondo, que no es más que su pasado, pero tú puedes hacer del mismo la clave para su futuro. 

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Taller literario

¿Cómo crear personajes realistas?

¿Qué es la realidad?

La realidad es algo sumamente curioso, es producto de una mezcla entre consciencia e inconsciencia que habita dentro de la mente humana, y que cambia según la cabeza en la que se encuentre, es una variable en una fórmula que no siempre se presenta con las mismas características.

La realidad está en la mente de todas las personas, como escritores y lectores, pero también en quienes ni siquiera existen, como los personajes de una historia. Tú tienes una realidad para escribir, los lectores tienen la suya para leer; deberás modelar a tus personajes para que sean leídos, y entregados a los lectores desde la realidad con la que los dotaste. Realidad que tú tienes que encontrar. 

Buscando la realidad del personaje:

Tu personaje tiene una tipología, rol, participación y peso en la historia, pero sobre todo tiene una forma particular de pensar, razonar, actuar, si bien sus comportamientos pueden y van a cambiar a lo largo de la historia, la cuestión es si estos comportamientos se sienten realistas. Una parte de la característica de realista tiene que ver con el peso de la historia de trasfondo y personalidad, y cómo determina la credibilidad de sus acciones [Lee aquí mi entrada para saber más sobre: Trasfondo de personajes].

En esta ocasión hablaremos más sobre la realidad propia del personaje, sus características psicológicas y la relevancia que tienen en la historia. No porque tu personaje sea alguien inventado significa que no es un ser complejo, cada ser humano es complejo por naturaleza, así que tu reto será grabar esa naturaleza en los personajes que inventas.

¿Los personajes no humanos deben ser humanos?

Dotar a los personajes de humanidad es lógicamente complejo, pero vale la pena, ya que es de los aspectos más importantes en la creación y trabajo de personajes, cuando son humanos se vuelven más realistas, es más fácil desarrollar sentimientos hacia ellos, es la razón por la que se puede amar u odiar a un personaje, e incluso cuando en tu repertorio de personajes hay personajes odiables por sus niveles y compuesto de humanidad, esto sigue funcionando, ya que engancha a un lector porque tiene sentimientos hacia tus personajes.

La humanidad en el personaje aplica para todos los géneros literarios, incluso para la fantasía y la ciencia ficción, no importa si tu personaje es una criatura mitológica o un ser mágico, ya que físicamente llamará la atención por no ser humano, pero destacará por serlo psicológicamente. 

Sólo pensemos en el mundo actual, hemos visto miles de imágenes de seres mitológicos, criaturas mágicas y seres no humanos, desde la imagen mental que da la lectura hasta la imagen visual que dan las obras de arte como películas, ilustraciones o incluso disfraces. Si has escuchado el decir: “Ya todo está hecho”, es porque nos encontramos saturados de una misma cosa, lo que en nuestra posición de autor nos presiona más a crear algo que sea memorable y que no pase desapercibido como algo de un montón.

Hemos visto imágenes de demasiadas cosas que pueden ser personajes, pero ¿Todos son memorables? No todos son memorables, porque hay criaturas que se limitan a caracterizarse por su imagen física, y que en cuanto a su personalidad no tienen nada de extraordinario, nosotros en cambio tendemos a recordar más las cosas por las que desarrollamos sentimientos. Pongamos un ejemplo: si por un lado tienes una ilustración muy buena de un dragón, y del otro lado una segunda ilustración de otro dragón, que además cuenta con una personalidad; vas a identificarte más con el dragón que tiene personalidad, que está humanizado, y vas  a recordarlo más que a la simple ilustración del primer dragón.

 Esto se debe a que ya estamos saturados de imágenes, así que tú juzga si vale la pena humanizar personajes no humanos para hacerlos memorables, o correr el riesgo de que sean unos en un millón de los cuales podrían o no acordarse. Recuerda que cualquier cosa puede no ser real, pero sentirse real si está hecha para sentirse así.

El personaje humanizado:

Para que un personaje esté humanizado hay que remontarnos a las características que nos hacen seres humanos: Tenemos emociones y sentimientos, esto pareciera obvio pero no siempre se saben asignar a los personajes en los momentos precisos y de forma congruente, cada ser humano tiene su propia lógica interna para reaccionar a nivel emocional y sentimental a ciertos estímulos externos, y se debe de tomar en cuenta a la hora de describir las experiencias del personaje a lo largo de la historia.

No todas las personas reaccionan igual a un chiste de humor negro ¿o sí? Porque a cada persona la hace sentir de un modo diferente según el peso de sus propias emociones y sentimientos, por lo que hay que dar reacciones humanas y al mismo tiempo congruentes a los personajes ante diferentes situaciones, esto le permite al lector conocer al personaje y ver cómo el personaje está atado a su propia sensibilidad.

En este mismo aspecto vale la pena recordar el momento y contexto de la situación, para los seres humanos la personalidad, ese conjunto de lógica interna de emociones y sentimientos, mentalidad, comportamiento, y estado mental cambia a lo largo del tiempo, la personalidad no es una constante, sino una variable. Supongamos que tu personaje en determinado momento está en riesgo de muerte, su forma de ser cuando escuche a otros hablar sobre la muerte no será la misma a cómo lo era antes de tener esa experiencia mortal. Por lo que hay que tomar en consideración los cambios que puedan surgir en la personalidad del personaje a raíz de las situaciones o estímulos externos.

Otra cosa que caracteriza al ser humano son sus dimensiones, dentro del aspecto del bienestar humano encontramos seis de ellas: Bienestar físico; cultura y educación; familia y pareja, desarrollo social; desarrollo profesional; y bienestar y trascendencia. Del mismo modo, hay seis dimensiones del bienestar psicológico: autoconocimiento y aceptación; relaciones positivas con los demás; dominio del entorno; propósito en la vida; autonomía; y crecimiento personal.

Cada ser humano está en su propio camino, y se encuentra en un lugar diferente en cada dimensión con respecto a la posición de los demás, por lo que estos son doce aspectos importantes a considerar en la creación de un personaje, sólo pregúntate: ¿Dónde se encuentra en tal dimensión en este momento? ¿Cuál es el camino que toma el personaje? ¿Cómo cambia a lo largo de la historia dentro de cada una de sus dimensiones?

Los personajes son maravillas que surgen de la mente humana, así que ¿Porqué no deberían de estar humanizados? El estarlo los vuelve más orgánicos, naturales, realistas, y por ende memorables, así que cuando te pongas a crear a un personaje, enfócate en su mente más que en su apariencia, piensa en la realidad que le estás dando por dentro y lo podrás hacer más memorable de lo que podría ser con una simple caracterización física que se pierda en el montón. 

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¿Cómo sobrevivir a tus emociones y sentimientos?

¿Qué es la frustración? ¿Cómo lidiar con la frustración?

La frustración es la manera más absurda de renunciar a algo, porque es una mezcla entre la decepción y la duda en uno mismo para lograr el propósito, vive tu presente, incluso en los días o noches donde no hayas visto mucha productividad, y cree en ti para alcanzar cualquier sueño, porque sería un desperdicio dejarlo a pleno camino.

Los seres humanos nos caracterizamos por la generación de sueños y metas, también llamados propósitos, pero ¿a qué se refieren estos dos conceptos? Un sueño, es un producto de la imaginación que representa algo que una persona desearía tener, ya sea en tiempo presente o futuro; por su parte la meta o el propósito consiste en un hecho, una circunstancia a la cual se llega mediante una serie de pasos, generalmente inspirados por un sueño.

Los sueños y las metas podrán parecer sinónimos, pero su diferencia radica en que en un sueño no existen los límites: las cosas son más abstractas, existe la fantasía limitada solo por la imaginación, por lo que el sueño tiene una mayor libertad expresiva, puede ser algo alocado; en cambio la meta es una reestructura del sueño que se vuelve más figurativo, es decir: más realizable, ya que la persona se ha vuelto consciente del alcance de sus capacidades y no pone en su meta un hecho que sabe que no puede realizar, por lo que deja la parte de la fantasía en los sueños donde pertenece.

Pero vayamos más allá del proceso por el cual se genera una meta que se busca alcanzar y démosle atención a los resultados de la misma. Y no es por ser pesimista o fatalista, pero la realidad es que no todas las metas se consiguen, y es entonces cuando surge la necesidad de lidiar con algo llamado frustración, y la duda de lo que sigue a continuación.

La frustración es un sentimiento que se detona como consecuencia de encontrarse en una situación que la mente identifica como fracaso, pero ¿Qué es el fracaso? El concepto obviamente varía de persona a persona, dependiendo de qué es importante para la misma, sin embargo todos coincidimos en que se trata de un resultado opuesto al que se quería conseguir, básicamente la meta planteada no logra culminarse como se planeó o se esperaba.

Existen diversas maneras de lidiar con el fracaso, desafortunadamente los seres humanos somos seres sensibles, y por lo tanto autodestructivos, así que es probable que una primera reacción hacia el fracaso sea la experimentación de emociones y sentimientos negativos, ya sea tristeza, enojo, o vergüenza. Sin embargo el peor de todos en mi opinión es la frustración, está suele aparecer después de varios intentos fallidos (o fracasos según nuestra mente) para lograr exactamente la misma meta, en los peores casos ocurre desde la primera vez que las cosas no salieron como se querían.

Y la frustración se vuelve una nube que desata una tormenta que te acompaña a todos lados, te hace pensar constantemente en ese fracaso, el cual empieza a bombardear tu autoestima y autoconfianza, la cabeza se vuelve un sitio sombrío y horrible para pasar el rato, pero es parte de ti así que ¿Cómo te desprendes de lo que hay dentro de tu propia mente?

Lo único que queda es sumirse en la miseria (una alternativa irónicamente natural para el ser humano porque no tienes que hacer nada, las desgracias se encargan de todo por ti), o actuar al respecto y aplacar a esa tormenta que te persigue. Pondré como ejemplo un tipo de vicio llamado laboradicción, o adicción al trabajo, las personas laboradictas, al contrario de lo que cualquiera podría pensar no están enviciadas con su trabajo porque les guste, sino porque la frustración las mantiene en el mismo sitio.

Para que lo entiendas imagina que amas tu trabajo y desarrollas una adicción por él, al principio todo es perfecto, de hecho ni necesitarías a ningún jefe porque ya tienes uno muy efectivo, y está dentro de ti, tu jefe interno es estricto, nunca quiere excusas solo resultados, y es con esos resultados con los que está obsesionado, esto hace que nunca preste atención ni aprecie tus esfuerzos y procesos que te llevan a realizar determinadas tareas, puesto que lo único que le interesa y que va a juzgar con dureza son tus tareas, el cómo resultaron. Pero no solo critica tu trabajo, te critica a ti también, te hace sentir que estás fracasando y te produce un miedo inmenso de nunca salir de ese fracaso, a menos que seas su empleado explotado. Y no hay manera de renunciar, porque ese jefe dentro de ti, eres tú, y tú te explotas a ti mismo o a ti misma porque tu frustración es tal que piensas que si no te explotas no superarás nunca el fracaso.

Es así cómo se siente tener laboradicción, y estoy hablando de esta adicción porque creo que existe la laboradicción y la frustración pura, una persona frustrada, sea cual sea su razón tiene un jefe interno parecido al del laboradicto. Es por eso que creo que la mejor forma de lidiar con la frustración es educando la mentalidad de ese jefe interno que te explota y te hace sentir de ese modo.

La próxima vez que sientas que fracasaste pregúntate primero ¿Qué es el fracaso? eso te dará pistas sobre qué cosas son las que te resultan importantes, después de que lo sepas, recuerda (y esto no significa que lo anterior dejará de ser importante) todas las demás cosas que también son importantes, esto te ayudará a reflexionar desde diferentes enfoques sobre qué otras cosas te resultan valiosas y porqué otro motivo deberías sentir agradecimiento, ya que cuando nos frustramos, esa tormenta que nos sigue a todas partes nos nubla la visión y hace que nos concentremos solo en determinadas cosas, pero esas cosas no lo son todo.

Lo siguiente que quiero que hagas es poner en su lugar a tu jefe interno, debes entender que habrá veces en las que intentarás innumerables veces y solo conseguirás algo muy alejado a tus expectativas, pero tú no dejas de ser una persona valiosa por eso, lo más conveniente y hermoso es que te des algo de crédito por los avances que hay entre intento e intento, porque aunque no lo creas eso te acercará más a tus propósitos, y eso es motivo más que suficiente para celebrar, así que hazle entender eso a tu jefe interno, hazte entender a ti que debes ver y valorar los esfuerzos y procesos que has llevado a cabo para cumplir con esa tarea.

Tal vez hasta ahora has estado pasando por alto la valoración de tu progreso, así que no importa cuán decepcionado o decepcionada estés, dejar de hacer eso. La decepción significa experimentar algo diferente a lo que habíamos imaginado, pero hay que tener en mente que cualquier cosa la podemos volver especial si solo creemos que lo es, es entonces cuando dejamos de perder el tiempo decepcionándonos, así que cree empieza a creer que lo que hiciste fue especial para no perder tu tiempo.

En caso de que no lo supieras existen seis dimensiones clave del bienestar humano: bienestar físico, familia y/o pareja, desarrollo profesional, cultura y educación, desarrollo social, y bienestar y trascendencia. ¿En qué dimensión o dimensiones se enfoca esa meta que tanta frustración te causa? ¿Cuáles estás haciendo de lado? ¿Acaso no sería mejor darte un respiro y cuidar de ti en otros sentidos?

Sé que es difícil habernos entregado a la realización de un propósito y no haber obtenido exactamente lo que queríamos en el momento y forma en que lo habíamos planeado, pero siempre existe un pequeño detalle al cual le podemos ver lo positivo en el instante en el cual nos decepcionamos, y mientras intentemos hacer que sea muy importante para nosotros, la decepción se puede encoger hasta desaparecer.

Cuidar de ti en otros sentidos no significa que vas a abandonar tu meta, y olvidarte de tus sueños, ni que ya fracasaste definitivamente y no hay nada que se pueda hacer al respecto, simplemente significa que eres un ser humano que necesita estar bien para funcionar, y por lo tanto no es sano estar obsesionándote con la misma meta al punto de tener que estar disponible para cumplirla todo el tiempo, puesto que no tienes que hacerlo.

Sé que para tener una meta o propósito tuvo que haber un sueño primero, y el hecho de que te estés frustrando no tiene nada que ver con el fracaso, sino con la importancia que le das, estás frustrándote no porque estés fracasando, sino porque te importa, y mucho. Tu sueño puede y va a volverse realidad simplemente porque te importa y no estás renunciando a él, así que siéntete libre de dejar de lado la frustración, cuidar de ti, y tratar de ser feliz a pesar de todo. No pienses que tienes que ser feliz hasta haber conseguido tu meta, porque cuando la consigas será solo un instante de satisfacción, y no lo vale por una eternidad de trabajo y esfuerzo ¿Por qué no tratar de ser feliz desde antes?

No importa qué tanta frustración sientas, nunca renuncies a nada por eso, porque siempre hay una manera de cumplir todos tus sueños, si bien los sueños son fantasías, cuando se transforman en metas que te importan, la fantasía se podrá convertir en realidad. Los sueños se consiguen mediante caminos que están repletos de pequeños o grandes logros y fracasos, es por eso que la mejor manera de alcanzar los sueños es siempre siendo capaces de dejar a un lado las tres cosas que harán de nuestra travesía un martirio: primero la inconformidad, cuando nuestros esfuerzos no dieron para lo que queríamos o el logro no parece ser lo suficientemente grande hay que valorar lo que aprendimos al intentarlo, aunque el resultado no haya sido tan bueno.

Lo segundo en lo que no debemos caer es en la frustración, pues no importa que hayamos tenido fracasos o nos hayamos sentido inconformes, pues no somos perfectos, no vale la pena perder el tiempo lamentándonos porque el proceso no está saliendo a la perfección, hay que saber lidiar con la decepción y no dejarnos dañar por ella.

Y lo más importante, y que es consecuencia de la frustración es caer en la desesperanza, porque no hay error o imperfección que signifique que nuestro sueño no se puede realizar. Si buscamos los sueños de la mejor forma posible vamos a ser capaces de encontrar el gozo y la felicidad a lo largo de todo el camino, y no sólo cuando el sueño se cumple, porque entonces desperdiciamos mucho tiempo en el sufrimiento solo por un segundo de felicidad en vez de ser felices desde el camino que nos llevó a un sueño.