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¿Cómo sobrevivir a la automutilación?

¿Qué hago si me quiero autolesionar?

¿Qué es la autolesión? También llamada automutilación, la automutilación consiste en una actividad que produce un daño físico en el que es la misma persona que lo hace la que lo recibe, es decir: alguien que se lastima a sí mismo(a). Pero ¿Cómo se da la automutilación? Esta se percibe desde antes de que ocurra, llega por medios como pensamientos y deseos intrusivos sobre hacerse daño, los cuales por más horrible que vaya a sonar, son como antojos, y los antojos son algo que requiere fuerza de voluntad para ignorar, en ello radica la dificultad de ignorar estos pensamientos y deseos una vez que pasan a ser un impulso latente.

Para entender la automutilación es necesario ir más allá de cómo ocurre y entender el porqué: la automutilación es una actividad que como cualquier otra ocurre debido a una motivación, es aquí donde radica la complejidad de entenderla, ya que con lo diversas que pueden ser las motivaciones, más larga es la lista de los posibles porqués de este fenómeno. Tomando en cuenta lo anterior es posible deducir, que no vamos a hablar de la misma automutilación de alguien que sufre de una adicción que la de alguien que perdió a un ser querido.

Para entenderlo mejor supongamos que tenemos un coche y tenemos que ir a un lugar en él, pero no avanza, ¿Qué podemos hacer? Comencemos por identificar el problema: El problema es que el coche no arranca, si solo con esta información procedemos a aplicar una solución como pasarle batería o ponerle gasolina estaríamos tratando de resolver el problema por un método de prueba y error ya que desconocemos la causa del problema, por lo tanto no va a ser lo mismo si le pasamos batería al coche a si le ponemos gasolina, si bien ambas acciones pueden resolverlo, cabe la posibilidad de que perdamos el tiempo tratando de pasarle batería a un coche que no tiene ningún problema con su batería, o por el contrario poniéndole combustible a un coche que ya tiene el tanque lleno. 

Por lo tanto, antes de tratar de aplicar una solución a un problema, deberíamos de intentar identificar la causa principal de ese problema, su raíz, y en base a esto aplicar la solución que corresponda. Lo mismo aplica para el problema de la automutilación, si aplicamos una solución sin conocer el problema estaríamos arriesgando la efectividad de la misma al someterla al fenómeno de la suerte, es decir, te arriesgas a que lo que sea que hagas tal vez funcione, o tal vez no.

¿Y qué pasaría en el caso hipotético de que no funcione? Volvamos al ejemplo del coche, supongamos que le pasamos batería al coche, pero este ya tenía, después de fallar con la batería pasamos a tratar de ponerle gasolina, pero tampoco funciona porque el tanque ya estaba lleno, y así seguimos una y otra vez aplicando todas las soluciones mecánicas que se nos vayan ocurriendo para hacer que el carro avance, ¿Cómo crees que te sentirías después de tantos fracasos consecutivos? 

Para empezar habría sido un desperdicio total de tiempo, esfuerzo (y posiblemente dinero) el tratar de arreglar el coche sin siquiera saber cuál era su problema, tal vez ya se te hizo demasiado tarde para ir al lugar al que tenías que llegar, tal vez hasta descompusiste tu coche más de lo que ya de por sí estaba. Sentirías cosas como frustración, agotamiento, estrés, tristeza y enojo. 

Incluso podríamos atrevernos a decir que el hecho de tratar de resolver un problema por método de prueba y error, así como el lidiar con los errores que impliquen puede tener las mismas consecuencias antes mencionadas a nivel psicológico. Es en el deseo de evitar tales consecuencias en el que radica la importancia de identificar la causa del problema desde el principio en vez de aplicar el arriesgado método de prueba y error. 

Personalmente sé cómo se siente el impulso de querer hacerte daño a ti misma, creía que mis problemas de aquel entonces eran demasiados y no veía una solución existente para ellos, estaba llena de tristeza y autoodio y por alguna motivación que no comprendía me quería cortar. 

Ya perdí la cuenta de cuántas veces me puse unas tijeras en la muñeca y traté de lastimarme, pero no me puedo quejar, hoy puedo decir que soy afortunada porque esos intentos de autodestrucción ya quedaron atrás para mí, porque sólo me quedé en intento y nunca fui capaz de cortarme, y porque ahora soy capaz de entender mejor lo que me pasó como para escribir sobre eso.

Yo intenté el método de prueba y error, traté de hacer todo lo que se me iba ocurriendo para lidiar con mi ansiedad y depresión en la que quería lastimarme, desde aguantarme y esperar a que pasara como si fuera a desaparecer sólo con cerrar los ojos y dejar de ver el problema, hasta hacer un duro proceso de introspección en un intento de descubrir qué estaba mal conmigo. Lo hacía pensando que algún día todo pasaría, que dejaría de intentar hacerme daño para siempre, pero no fue así, pues más adelante me encontraba en el mismo agujero de la depresión volviéndolo a intentar, los intentos de la automutilación llegaron a ser mi círculo vicioso.

Al menos ahora sé que sólo lo intentaba porque las voces en mi cabeza me decían que lo hiciera, y una vez que identifiqué la causa de mi problema (7 años más tarde), comencé a tomar una medicina que hace que ya no escuche nada, y ahora que ya no hay voces para decirme que me haga daño, ya dejé de intentarlo. 

Te preguntarás ¿Por qué me tomó 7 años solucionarlo? Bueno, tal vez sonará tonto, pero las voces me amenazaron con no decirle nada a nadie, y les tuve el miedo suficiente para quedarme callada; y la única ocasión en la que busqué ayuda no la recibí porque esa persona dijo que no necesitaba nada y que estaba bien (y de nuevo tontamente, no se la pedí a nadie más). 

Te cuento esto porque no quiero que seas como yo, no quiero que busques sin éxito mil maneras de dejar de tener intentos de automutilación o frenar la automutilación que ya inició, durante tantos años hasta que te des cuenta de que la solución era tan simple y pudiste haberte librado de todo mucho antes de haber hecho las cosas de diferente manera. Quiero que te olvides del método de prueba y error con el que estás tratando, encuentres la causa principal de tu autodestructivo problema, y entonces lo resuelvas de una vez. 

Claro, ya sé que es más fácil decir las cosas que hacerlas, así que intentaré dejarte con algunos consejos más prácticos sobre cómo hacerlo: Primero trata de buscar la respuesta en ti y en lo que te rodea, ¿El carro no avanza por causas que están dentro del carro, o por factores externos al carro, o por ambas? Sé que anteriormente te dije que culpar a los problemas que me rodeaban y tratar de encontrar la falla en mí de forma introspectiva no me dio resultado, así que ¿Por qué te sugeriría algo que no funciona?

Porque sólo funciona si lo haces bien, y no porque yo lo hiciera mal significa que tú también lo harás mal. Analízate a profundidad a ti y a tus circunstancias, pero no te quedes en los simples sentimientos de impotencia y autocompasión cuando empieces a encontrar posibles causas a tu problema sin siquiera haber identificado aún la causa principal de todo. 

Sentirte impotente significa que no te crees capaz de superar lo que sea que te esté afligiendo, sientes que no eres suficiente, que algo te falta, y es cuando puedes caer en el error de la autocompasión, que es cuando comienzas a pensar que si ciertas cosas fueran diferentes de algún modo podrías resolver el problema, pero como no lo es, pobre de ti. 

Si esperabas que me compadeciera de ti por el infierno por el que estás pasando que te hace tratar de automutilarte o automutilarte, temo que te voy a decepcionar, pues yo no estoy aquí para decirte cuánto lamento tu situación, yo estoy aquí para decirte que dejes de quejarte y de lamentarte por problemas que según tú no tienen solución, te levantes y lo arregles para que puedas ser feliz. 

Si piensas en varias causas posibles para tu problema, y varias soluciones posibles y te pones a hacer las cosas conforme se te vayan ocurriendo, sólo estás aplicando el método de prueba y error, así que retrocede y vuelve a la identificación de la causa principal, es un simple porqué, una simple motivación, así es cómo sabrás que la encontraste. 

Y ya sé lo que estás pensando: “¿Crees que si supiera cuál es la causa de mi problema no lo hubiera resuelto ya en vez de andar aquí leyendo esto?” Bueno, si por algún motivo sigues sin encontrarla, no te rindas e inténtalo de nuevo, lo que me lleva a mi siguiente consejo: Pide ayuda si no puedes solo(a), a veces lo que se necesita para resolver algo es otro punto de vista que vea cosas que nosotros no vemos, además, no es el fin del mundo si lo haces.

Sé que ahora mismo están pasando mil millones de razones por tu cabeza para no pedir ayuda, pues déjame decirte desde el punto de vista de una persona que necesitaba ayuda psiquiátrica a los catorce años y la empezó a recibir a los veintiuno como la procrastinadora que soy, que todo lo que estás pensando no son más que excusas. 

No hay excusa en este mundo que valga más que la posibilidad de que alguien te ayude, y tal vez te pase lo que a mí me pasó, cuando mi papá se rio en mi cara y dijo: “Tú no necesitas nada, tú estás bien”, ¿Sabes qué le diría a mi yo de quince años que se fue con la cabeza baja y no volvió a pedir ayuda por años? Le diría: Deja de avergonzarte por ser una humana con problemas como cualquiera y necesitar ayuda, levántate y molesta a todas las personas a las que tengas que molestar hasta que alguien te quiera ayudar, porque de que alguien te ayuda, alguien te ayuda, no hay forma de que absolutamente todos decidan no ayudarte, vas a encontrar a alguien a quien le importes lo suficiente.  

Y una vez que pediste ayuda a alguien, y ese alguien accedió a ayudarte, explícale tu impulso de hacerte daño a ti mismo(a), dile las cosas que quieres hacerte, que posiblemente intentas o te has hecho, y pídele ayuda para encontrar la causa principal de eso y resolverlo de raíz. 

Voy a ser sincera contigo, independientemente de si pides ayuda o no, tal vez puedas resolver tu problema, en los siete años que escuché voces que me decían que me cortara logré no cortarme sin ayuda de nadie, ¿Resolví el problema de raíz? No, este siguió volviendo de manera intermitente como mis episodios de ansiedad y depresión, pero evité sangrar.

Al final del día es sólo tu decisión si vas a pedir ayuda o no para este problema que tú tienes, o si lo vas a resolver tú solo(a), lo único que te diré, es que el problema se tiene que resolver, no puedes seguir con pensamientos intrusivos e impulsos de hacerte daño, ni puedes seguirte lastimando a ti mismo(a) si ya lo empezaste a hacer, pues el hacerlo no va a cambiar nada para bien, eso no hará que ninguno de tus problemas se resuelvan, no curará ningún sentimiento como la tristeza, la ira, o el odio, ni siquiera bastará para expresarlos, y mucho menos te quitará la ansiedad o la depresión, nunca bastará para saciar el vacío, tal vez lo único que quieres es ser feliz, o de plano desaparecer para ya no sentir porque lo único que sientes es dolor, bueno, pues si lo haces por eso, sólo obtendrás decepción. 

Antes te dije que no me compadecería de ti por el infierno que estás viviendo, bueno, eso lo dije porque cuando tú te autocompadeces, te sientes incapaz e insuficiente para resolver tus problemas, y yo no creo que lo seas, yo creo que a ti no te falta nada para arreglarlos, creo firmemente que eres una maravillosa, hermosa y perfecta creación de ser humano que merece todo lo bueno en este mundo, no mereces la automutilación, las cortadas ni la sangre (aunque posiblemente no lo creas así), tú mereces ser vivir, ser feliz, tú mereces amor, así que ¿Por qué no te amas a ti mismo(a) para empezar y dejas de cargar con esas tijeras con las que te lastimas? 

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Taller literario

¿Qué es la ciencia ficción?

Definiendo el género:

La ciencia ficción es la perfecta combinación de ciencia y fantasía, permite a quien no es científico ni es completamente autor de fantasía, generar algo único en medio de ambos extremos. Para comprender mejor lo que es, comencemos por definir ambos extremos: La ciencia es el producto de un arduo proceso de hipótesis, investigación, experimentación y comprobación para dar con el conocimiento que explica el porqué y el cómo de los fenómenos universales, a veces se queda en simples teorías al no pasar por la fase de comprobación, sin embargo, sigue resultando en información valiosa, que se vuelve objeto de estudio indefinidamente.

La fantasía por otro lado, y es aquí cuando las cosas se vuelven interesantes, es producto de la simple imaginación, básicamente podríamos decir que abarca todo lo que no es la ciencia, no tiene que ser posible o verídico, y de hecho eso es lo que caracteriza al género fantástico, no es real más allá de la mente humana, puede venir de la mitología o de las leyendas urbanas, que cómo sus mismos nombres los indica, carecen de comprobación científica que los avalen como hechos reales, o simplemente de un curioso paraje de la mente del autor.

Mientras que la ciencia se enfoca en la realidad, y se hace con la predominancia del hemisferio izquierdo cerebral, que sigue métodos específicos, reglas, y habla un lenguaje binario que entiende las respuestas como correctas o incorrectas, por no mencionar los años de estudio profesional que implica detrás; con la fantasía ocurre todo lo contrario, no hay respuestas correctas o incorrectas, cualquier cosa que decida la imaginación y caos del creativo hemisferio derecho cerebral está bien.

La ciencia ficción entonces, es la unión de elementos de ambos extremos, de la estricta ciencia, y la desenfrenada fantasía, en una medida particular donde cada historia genera su propio balance de ambas cosas.

¿Cómo se mezclan la ciencia y la fantasía?

Pareciera que hablamos de dos extremos opuestos, pero la razón por la que se complementan es porque la fantasía explicará todo lo que la ciencia incluida en la historia no pueda explicar, y  viceversa: la ciencia explicará todo lo que la fantasía no pueda explicar.

Tipos de ciencia ficción:

¿Entonces cómo es que la ciencia y la ficción, estos dos extremos tan contrarios se atraen como si fueran un enlace iónico que junta energía negativa y positiva de forma funcional? Hay una explicación muy sencilla que de hecho funciona al mismo tiempo como una instrucción, y esa es: “Todo lo que no explica la ciencia, lo explica la fantasía; y todo lo que no explica la fantasía, lo explica la ciencia”. Lo anterior se ejemplifica en los tipos o subgéneros de la ciencia ficción: La ciencia ficción blanda y la ciencia ficción dura.

Veamos a la historia de ciencia ficción como un rompecabezas con piezas de ciencia y piezas de fantasía, pero este rompecabezas tiene una peculiaridad: Tú puedes elegir cuantas piezas poner de cada una. Para la ciencia ficción blanda tendrás más piezas de ciencia que de fantasía, y para la ciencia ficción dura, tendrás más piezas de ciencia que de fantasía.

Tipos de ciencia ficción

¿Cómo saber cuál es tu tipo de ciencia ficción?

Tal vez te estás preguntando, ¿Cómo puedo saber qué subgénero es el indicado para mí? ¿Cómo sé cuál hago mejor? ¿Cómo sé cuál me gustaría más escribir? Y por complejas que puedan ser estas preguntas, son respondidas por una sola pregunta, la cuál es: ¿Qué tanto estoy dispuesto(a) a estudiar, y qué tanto estoy dispuesto(a) a inventarme? Experimenta investigando temas de ciencia que te llamen la atención, estúdialos tan a profundidad como tú quieras, y cuando sientas que ya no entiendes mucho la información, o te aburre o no te llama la atención, procede a seleccionar las partes de ciencia que quieres usar, y completa todo lo demás con algo ficticio.

Crítica en la ciencia ficción y otros subgéneros:

¿Cómo criticar? En la vida cotidiana hay diversos aspectos que impactan de forma negativa y disgustan a la sociedad en general, dichos aspectos abarcan desde los ámbitos: social, político, o económico. Cuando a un escritor(a) le molesta algún tema en particular, es posible introducirlo en su historia para mostrar una visión crítica de determinados problemas. Dos formas diferentes de hacerlo son la utopía y la distopía.

Utopía: Una utopía significa “Mundo ideal”, se caracteriza por mostrar un mundo ficticio perfecto que muestra los problemas humanos del mundo real resueltos, es como decir “Así se vería el mundo si tal problema desapareciera”. Al mostrar esta visión se genera una comparación con el mundo real, criticándole. Las utopías pueden ser más efectivas persuasivamente cuando muestran las soluciones a los problemas criticados en la historia dentro de la utopía y no sólo el resultado en sí.

Distopía: La distopía es todo lo contrario a la utopía, aquí se muestra una situación exagerada, es como decir: “Así se vería el mundo si tal problema empeorara”, tiende al fatalismo, y a la persuasión a solucionar el problema de la vida real que critica por medio del miedo que infunde en los lectores. Sin embargo, al igual que la utopía, puede ser más efectiva persuasivamente si se propone una solución al problema.

Diferencias entre el personaje de ciencia ficción con otros géneros:

Psicológicamente hablando, el personaje de ciencia ficción puede ser similar al tipo de personajes que se utilizarían en otros géneros, sin embargo, lo que diferencia a este último es el proceso que hay detrás, el cual se parece mucho al del Worldbuilding (Construcción del mundo, o del universo en que transcurre la historia).

Cuando hablamos del worldbuilding de un mundo o universo de ciencia ficción, por obvias razones es necesario que contenga elementos tanto de ciencia como de fantasía, es por lo anterior que a la hora de insertar un personaje en dicho mundo, esta misma lógica aplicará para crear al personaje. 

Por ejemplo, si creamos un mundo post apocalíptico donde sólo existe la inteligencia artificial y en vez de humanos hay robots, al estar hablando de personajes robots, tendremos que investigar sobre temas tales como robots, inteligencia artificial o máquinas; posteriormente aplicaremos el mismo método de seleccionar datos científicos y completarlos con fantasía para construir y describir apropiadamente a los personajes robots. 

Dicha descripción deberá responder a cuestiones tales como: ¿Cómo funcionan esos robots? ¿Qué capacidades tienen? ¿Cuáles son sus necesidades básicas? ¿Cómo interactúan con el mundo y encajan con un planeta post apocalíptico de inteligencia artificial? En la ciencia ficción, los personajes deberán tener una profunda conexión con el mundo al que pertenecen y dichas conexiones deberán justificarse. 

Sobre los conflictos:

Los conflictos de la trama generalmente corresponderán con las circunstancias del mundo y de los personajes como mezclas de ciencia y fantasía, y sus resoluciones deberán ser coherentes con el contexto que se va dando a lo largo de la historia. Si volvemos al ejemplo de los robots en el mundo post apocalíptico, digamos que el conflicto es la falta de energía, sin la cual todos los robots morirán, ¿Cómo se resuelve eso? 

No sería apropiado decir que crean energía mágicamente de la nada porque eso es pura fantasía ¿Dónde quedaría la ciencia en esa solución? Sin embargo, si hablamos de algo científico como las energías solares, o eólicas, ya estamos acercándonos a propuestas más científicas, es entonces donde tocaría elegir una solución mágica y una científica que embonen juntas para crear un resolución al conflicto acorde a la historia planteada.

Conclusión:

La ciencia ficción es un género maravilloso que implica un largo proceso parecido al método científico: hay que hacer observación, hipótesis, investigación y teorización para dar con una historia que combine de una forma perfectamente balanceada toda la ciencia que nuestro hemisferio izquierdo cerebral sea capaz de absorber, y toda la locura de la ficción que nuestro hemisferio derecho cerebral se atreva a imaginar, puede ser arduo y tedioso, pero también llevar a lugares impresionantes. 

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Autoestima, Autoconfianza, Autoaceptación

Ser demasiado perfeccionista y autoexigente

En nuestra vida cotidiana es normal que se presenten situaciones en las cuales tengamos como opción relajarnos y estar contentos con lo que hay, o presionarnos un poco para que la situación mejore, pensando que cuando pase todo será mucho más sencillo y estaremos más contentos, quizás este es el origen de actitudes de perfeccionismo y autoexigencia.

Ser perfeccionista significa, como su mismo nombre lo indica tratar de hacer que algo sea perfecto, es no conformarse con lo que hay, y tratar de llevarlo a su máximo potencial, pensando que siempre puede ser mejor; consiste en una actitud o comportamiento que una persona puede tener ya sea hacia otras o hacia sí misma. Ser autoexigente por su parte, guarda un gran parecido con ser perfeccionista, salvo que aquí lo que se tiene es una actitud de demanda hacia la propia persona, quizás no buscando la perfección, pero si buscando más de lo que se tiene.

El perfeccionismo y la autoexigencia pueden resultar muy beneficiosas y ayudar al sujeto a alcanzar sus metas y sueños, sin embargo, son armas de doble filo que podrían tener un gran impacto negativo si no se utilizan bien, y por no utilizarlas bien me refiero a los excesos. Hemos escuchado muchas veces que los excesos son malos, pero generalmente lo escuchamos en referencia a objetos con connotaciones negativas de por sí, tales como alcohol, tabaco, o drogas, pero ¿Y qué hay de las cosas con connotaciones positivas? ¿Se puede tener un exceso de estas? Y de ser así ¿Esos excesos serían malos? La respuesta es sí, por lo que me parece muy irónico que no se genere consciencia sobre este tipo de excesos también, pero nunca es demasiado tarde para darnos cuenta de ello.

En este caso quiero hablar de los excesos de perfeccionismo con uno mismo y la autoexigencia. Primero quisiera establecer un paralelismo entre cómo tratamos a otros y como nos tratamos a nosotros mismos, porque a veces somos mucho menos perfeccionistas y exigentes con los demás de lo que lo somos con nosotros mismos, ¿Alguna vez le diste un buen consejo o ayudaste a alguien que la estaba pasando mal? pero dime ¿Alguna vez lo hiciste contigo? Si hay una gran diferencia entre la cantidad de veces con la que has llegado a ayudar a otros, y las que te has ayudado a ti mismo o a ti misma, así como la efectividad de esa ayuda, definitivamente eres menos perfeccionista y exigente con otros que contigo.

Con lo anterior no quiero decir que debes ser más perfeccionista y exigente con los demás de lo que ya eres, sino que tal vez tienes un exceso de perfeccionismo y autoexigencia contigo. Pero ¿Por qué tratas a los demás con más suavidad de la que te tratas a ti? Por simple amabilidad, quieres ser amable con las personas que te rodean, pero tristemente no eres lo suficientemente amable contigo, y eso es un problema. Tratemos de entender primero qué te produce ese exceso de perfeccionismo y autoexigencia y porqué es tan difícil tratar de actuar diferente mediante la siguiente fórmula que expresa lo que sentimos:

Donde  perfeccionismo a la menos infinito más autoexigencia a la menos infinito, que se traduce en la suma de perfeccionismo más autoexigencia; ambas multiplicadas exponencialmente por un infinito exceso negativo, en palabras más sencillas: perfeccionismo y autoexigencia extremistas (ambas variables tienen valores de excesos negativos porque como se planteó anteriormente, el exceso de perfeccionismo y autoexigencia es una cosa negativa).

Del otro lado de la fórmula tenemos la ecuación É=🙂,  que se traduce en éxito igual a felicidad, y no hay que olvidar que É=🙂 es la equivalencia de perfeccionismo a la menos infinito más autoexigencia a la menos infinito. En resumidas cuentas: La suma del perfeccionismo y la autoexigencia (ambas cosas excesivas) es igual al éxito, que a su vez es igual a felicidad; o al menos eso pensamos, tenemos esos excesos de ambas cosas porque creemos que con ello tendremos éxito en un objetivo o meta concreta, y por ello tendremos felicidad.

Y si ahora que entiendes el significado de la fórmula, te identificaste con esa mentalidad, tengo que decirte una cosa importante: Estás en un error, pues perfeccionismo excesivo, más autoexigencia excesiva no es igual a éxito. ¿En qué me baso para decirlo? Bueno, pensemos lo que pasa por la cabeza de las personas excesivamente perfeccionistas y autoexigentes por un momento:

Un perfeccionista extremista valora más los resultados que el proceso o avances en el mismo, es decir, puede pasar horas, días o semanas trabajando en un proyecto, pero si el resultado del proyecto no le gusta, no le dará ningún valor a su proceso, lo que en consecuencia generará sentimientos de frustración, por no mencionar que es probable que base su autoestima y autoconfianza en los resultados que puede generar en determinados momentos, más no es los progresos que puede conseguir.

Por el otro lado, el autoexigente extremista  no tiene límites: Se exige más allá de sus propias capacidades y destrezas, incluso de forma irrealista, y cuando sus expectativas superan sus capacidades, es decir, espera obtener más de lo que puede conseguir, resiente el mismo efecto que el de un perfeccionista extremista: Frustración, baja autoestima, y baja autoconfianza.

Con lo anterior es posible deducir que el perfeccionismo extremista más la autoexigencia extremista ( no es igual a éxito, así que si corrigiéramos la fórmula tendríamos que hacerla una desigualdad:

Y quizás del otro lado de la fórmula (É=🙂) el Éxito sí puede ser igual a felicidad, pero ¿De dónde viene el éxito cuando perfeccionismo extremista más autoexigencia extremista resulta en sufrimiento? Para ti el éxito es sinónimo de cumplir una meta o un sueño, pero tienes que pensar que a lo largo de tu vida tendrás muchas metas y que cada una significará la búsqueda de un  éxito en una fórmula, cada vez que alcances un  éxito en tu vida, la fórmula se reiniciará para una nueva meta o sueño, y tal vez crees que el perfeccionismo y autoexigencia extremos te ayudaron a conseguirlo, pero pregúntate cómo te hizo sentir eso.

¿Alguna vez te ha pasado que el día en el que finalmente logras cumplir tu más grande sueño, el día que tanto soñaste y del cual pensaste que sería el más feliz de tu vida, de pronto no te hace sentir nada, pues aún te sientes miserable? Esto podría ser un síntoma de que inconscientemente aún te crees la errada fórmula:

Entonces ¿Cómo podríamos corregir la fórmula para tener la ecuación que nos indica la equivalencia a É=🙂? Quitando los exponentes  del lado izquierdo de la fórmula, lo cual resultaría en:

Por lo que el perfeccionismo más la autoexigencia (ambos moderados) sí pueden ser iguales a éxito, el cual es igual a felicidad. Ya deja de creerte la idea de que siento perfeccionista y autoexigente de forma extrema te va a ayudar a conseguir tus objetivos y sueños en la vida y que es el único camino viable para ser feliz, pues la realidad es que un exceso de perfeccionismo y autoexigencia, si es que te ayuda a cumplir una meta, te dará sólo un instante de felicidad que será reemplazado por miseria y sufrimiento.

¿Por qué mejor no tener el perfeccionismo y la autoexigencia de forma moderada en nuestras vidas? ¿Por qué no darnos la oportunidad de darnos algo de crédito por nuestros procesos en vez de sólo basar nuestra autoestima y autoconfianza en nuestros resultados? El día en el que quites esos dos excesos en tu vida, va a ser el día en el que dejarás de desgastarte psicológicamente todos los días, y podrás alcanzar metas y objetivos en la vida sin decir que sólo te sientes miserable.

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Taller literario

Trasfondo de personajes

La importancia de la historia de trasfondo:

Todo personaje tiene un momento específico de aparición en la historia, basta con preguntarse la edad del personaje para ver qué tan largo es el período de tiempo en el que no ha formado parte de la historia, si por ejemplo tiene veinte años, son veinte años que no se ven reflejados en la historia que se presenta.

Y está bien, nadie quiere ver absolutamente toda la vida de un personaje detalle por detalle, de hecho si los libros fueran de tal modo serían exageradamente largos y llenos de detalles aburridos y sin importancia o relevancia en la trama. Ahora supongamos que de esos veinte años de vida del personaje podemos resumir todavía más los acontecimientos para eliminar lo aburrido e irrelevante (algo que sí valdría la pena mostrar dentro de la historia, pero cómo el personaje se introdujo más tarde no fue posible), ¿Qué es eso que nos queda? Eso se llama historia de trasfondo.

La historia de trasfondo tiene dos usos principales: Primero dota al personaje de credibilidad, lo hace realista, [Lee aquí mi entrada para saber más sobre: ¿Cómo crear personajes realistas?], lo cual es importante porque mientras más real le parezca al lector, mayor será su capacidad empática con el personaje y más natural sentirá la historia que le presentamos a través de los personajes; y segundo nos delimita las fronteras dentro de las cuales podremos desenvolver al personaje, cuáles serán sus acciones, bajo qué contextos cambia o evoluciona, y bajo cuales no nos conviene que lo haga porque el lector lo sentiría forzado o antinatural, lo cual es justo lo opuesto de lo que deseamos.

La historia de trasfondo aplica para todos los tipos de personajes, para algunos será más importante que otros, sin embargo, se debe trabajar en ella justo lo necesario con cada personaje, ya que si uno no se siente creíble para el lector, su influencia en la historia tampoco lo será, incluso si no estamos hablando de un personaje tan importante como el protagónico.

¿Cómo se introduce?

Por medio de Flasbacks, o recuerdos en momentos pertinentes de la historia, o mediante menciones breves del narrador o en los diálogos entre personajes.

Fronteras de la historia de trasfondo:

Se podría decir con fines prácticos que todo lo que hace el personaje, se sembró en su historia de trasfondo, y no es una afirmación para concluir deprimentemente que el personaje está sujeto a un determinismo que no nos permite hacer nada con él, si bien implica limitantes, estas limitantes nos dan las fronteras sobre las cuales podemos trabajar con el personaje para que el lector continúe percibiéndolo como alguien creíble. Y dentro de esas fronteras hay múltiples oportunidades.

¿Es lógico? ¿Tiene sentido?

Tenemos que partir de nuestra lógica e intuición para ver cuáles son esas fronteras que nos indica la historia de trasfondo del personaje, dichas fronteras nos dicen en general qué se puede hacer y qué no. A simple vista pareciera confuso y complicado, sin embargo, termina siendo algo más fácil de lo que parece, un ejercicio básico es partir de las preguntas: ¿Es lógico que haga tal cosa? ¿Tiene sentido que pase tal cosa?

Para decidir sobre las acciones del personaje prueba preguntarte estas cosas, tomando en cuenta la historia de trasfondo que le has dado y su personalidad en general. Es importante que busques ser lo más objetivo(a) posible, y no digas que todo tiene lógica y sentido sólo porque de verdad quieres que el personaje haga determinada cosa. Por más importante que te parezca cierta acción, si resulta forzada el lector lo notará.

Por ejemplo, supongamos que en tu historia querías que el personaje 1 matara al personaje 2, pero según la historia de trasfondo el personaje 1 atestiguó el homicidio de otro ser querido, lo que lo influido en formar su carácter empático, y de acuerdo con su personalidad tiene juicios morales que le impiden ser asesino de un homicidio violento de forma intencional. Entonces, tú quieres que el personaje 1 mate al personaje 2, pero eso parece ser imposible,  ¿Qué haces entonces?

Si no ves ninguna lógica en que el personaje 1 mate al personaje 2, entonces no hagas que lo mate solo porque sí, tal vez tú quieres que el personaje 1 haga la acción, pero no será creíble para el lector si lo obligas. En vez de forzar una situación, puedes explorar otras posibilidades para generar el mismo efecto de la acción que inicialmente querías que hiciera el personaje 1.

Puedes plantear otro contexto para la muerte del personaje 2 que no implique homicidio por parte del personaje 1, o si tú dices “Es que es importante que lo mate porque su sentimiento de culpa desencadena otras cosas que quiero que pasen”, está bien, pero plantea otro escenario. Tal vez el personaje 1 se vuelve el asesino del personaje 2 por una situación accidental, o porque realizó una cierta acción por la que indirectamente mata al personaje 2.

O si ninguna de estas opciones te gusta, puedes involucrar a otro personaje que cuya historia de trasfondo y personalidad hayas evaluado como adecuadas para que realice la acción que quieres, tal vez el personaje 1 no mataría al personaje 2, pero el personaje 3 sí lo haría, y en la escena homicida puedes involucrar una situación que vuelva en cierta forma responsable al personaje 1.

Se necesita recordar todo su pasado constantemente y preguntarnos si un personaje con cierta historia y características de personalidad y psicológicas haría o no una acción, si no la haría, no se le obliga, o se busca un escenario alterno que vuelva creíble su acción.  A veces queremos que ciertas cosas pasen en la historia, pero hay que recordar que la historia de trasfondo de cada personaje nos da unas fronteras sobre lo que podría pasar de forma natural, y si de verdad es importante, hay que hacer que pase de esa forma natural, no de la forma forzada. 

Historia de trasfondo para darle personalidad al personaje:

Humaniza al personaje, los personajes realistas y humanizados son más memorables, especialmente cuando son seres no humanos en una historia de ciencia ficción, ya que da algo adicional a la simple apariencia o forma del personaje para que el lector le recuerde. Busca darle personalidad, piensa en el personaje como un ser humano, dale una realidad o forma de ver el mundo, de pensar, creencias, temperamento, de reaccionar ante emociones y sentimientos, virtudes y defectos, todo lo anterior facilita la generación de sentimientos por parte del lector hacia el personaje. No olvides asegurarte de que la personalidad sea congruente y no se sienta plana ni forzada (tomando en cuenta contexto y trasfondo).

La historia de trasfondo en la evolución e involución del personaje:

Evita el personaje plano, a no ser que tengan una participación breve como personajes ambientales o evocados, debes buscar que tengan cambios a lo largo de la historia, ya sea para el bien o el mal propio del personaje. Los seres humanos tienen personalidades y comportamientos cambiantes, y eso se debe reflejar en los personajes, ¿Qué cosas van aprendiendo? ¿De qué forma cambia su forma de pensar o de sentir? El punto de partida de estos cambios son en una parte su historia de trasfondo, pero más importante los contextos a los que se enfrentan durante la historia. 

¿Qué significa que un personaje evolucione? Cuando un personaje cambia para bien, es decir que se desarrolla mediante sus experiencias, aprende y mejora, pero sobre todo lo que caracteriza el hecho de que un personaje evolucione es cuando este cambia para bien en función de poder cumplir con su rol dentro de la historia, si el protagonista por ejemplo presenta un cambio que le ayuda a cumplir su objetivo está evolucionando.

Por el contrario, ¿Qué significa que un personaje involucione? un personaje puede involucionar, es decir cambiar para mal y arruinar algo que lo hubiera llevado al éxito en sus objetivos. La involución de un personaje es provocada por situaciones externas al personaje, es decir cuando se le lleva a su límite y este en vez de superarlo y avanzar sufre de un retroceso que refleja una contradicción con su aprendizaje previo. Al igual que para los seres humanos es posible hacer que un personaje involucione, sin embargo, si lo hace demasiado puede resultar en un círculo vicioso que aburra al lector, por lo que debe tener fines más grandes, es decir, ser una causa de que el personaje eventualmente evolucione o suceda algo importante para el desarrollo de la historia.

Cómo puedes ver en la creación de un personaje, realmente tienes que pensar en todo lo referente a la historia de vida del mismo, incluso desde antes de que comenzara la historia que estás contando ahora mismo, es decir: piensa en la historia de trasfondo, que no es más que su pasado, pero tú puedes hacer del mismo la clave para su futuro. 

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Taller literario

¿Cómo crear personajes realistas?

¿Qué es la realidad?

La realidad es algo sumamente curioso, es producto de una mezcla entre consciencia e inconsciencia que habita dentro de la mente humana, y que cambia según la cabeza en la que se encuentre, es una variable en una fórmula que no siempre se presenta con las mismas características.

La realidad está en la mente de todas las personas, como escritores y lectores, pero también en quienes ni siquiera existen, como los personajes de una historia. Tú tienes una realidad para escribir, los lectores tienen la suya para leer; deberás modelar a tus personajes para que sean leídos, y entregados a los lectores desde la realidad con la que los dotaste. Realidad que tú tienes que encontrar. 

Buscando la realidad del personaje:

Tu personaje tiene una tipología, rol, participación y peso en la historia, pero sobre todo tiene una forma particular de pensar, razonar, actuar, si bien sus comportamientos pueden y van a cambiar a lo largo de la historia, la cuestión es si estos comportamientos se sienten realistas. Una parte de la característica de realista tiene que ver con el peso de la historia de trasfondo y personalidad, y cómo determina la credibilidad de sus acciones [Lee aquí mi entrada para saber más sobre: Trasfondo de personajes].

En esta ocasión hablaremos más sobre la realidad propia del personaje, sus características psicológicas y la relevancia que tienen en la historia. No porque tu personaje sea alguien inventado significa que no es un ser complejo, cada ser humano es complejo por naturaleza, así que tu reto será grabar esa naturaleza en los personajes que inventas.

¿Los personajes no humanos deben ser humanos?

Dotar a los personajes de humanidad es lógicamente complejo, pero vale la pena, ya que es de los aspectos más importantes en la creación y trabajo de personajes, cuando son humanos se vuelven más realistas, es más fácil desarrollar sentimientos hacia ellos, es la razón por la que se puede amar u odiar a un personaje, e incluso cuando en tu repertorio de personajes hay personajes odiables por sus niveles y compuesto de humanidad, esto sigue funcionando, ya que engancha a un lector porque tiene sentimientos hacia tus personajes.

La humanidad en el personaje aplica para todos los géneros literarios, incluso para la fantasía y la ciencia ficción, no importa si tu personaje es una criatura mitológica o un ser mágico, ya que físicamente llamará la atención por no ser humano, pero destacará por serlo psicológicamente. 

Sólo pensemos en el mundo actual, hemos visto miles de imágenes de seres mitológicos, criaturas mágicas y seres no humanos, desde la imagen mental que da la lectura hasta la imagen visual que dan las obras de arte como películas, ilustraciones o incluso disfraces. Si has escuchado el decir: “Ya todo está hecho”, es porque nos encontramos saturados de una misma cosa, lo que en nuestra posición de autor nos presiona más a crear algo que sea memorable y que no pase desapercibido como algo de un montón.

Hemos visto imágenes de demasiadas cosas que pueden ser personajes, pero ¿Todos son memorables? No todos son memorables, porque hay criaturas que se limitan a caracterizarse por su imagen física, y que en cuanto a su personalidad no tienen nada de extraordinario, nosotros en cambio tendemos a recordar más las cosas por las que desarrollamos sentimientos. Pongamos un ejemplo: si por un lado tienes una ilustración muy buena de un dragón, y del otro lado una segunda ilustración de otro dragón, que además cuenta con una personalidad; vas a identificarte más con el dragón que tiene personalidad, que está humanizado, y vas  a recordarlo más que a la simple ilustración del primer dragón.

 Esto se debe a que ya estamos saturados de imágenes, así que tú juzga si vale la pena humanizar personajes no humanos para hacerlos memorables, o correr el riesgo de que sean unos en un millón de los cuales podrían o no acordarse. Recuerda que cualquier cosa puede no ser real, pero sentirse real si está hecha para sentirse así.

El personaje humanizado:

Para que un personaje esté humanizado hay que remontarnos a las características que nos hacen seres humanos: Tenemos emociones y sentimientos, esto pareciera obvio pero no siempre se saben asignar a los personajes en los momentos precisos y de forma congruente, cada ser humano tiene su propia lógica interna para reaccionar a nivel emocional y sentimental a ciertos estímulos externos, y se debe de tomar en cuenta a la hora de describir las experiencias del personaje a lo largo de la historia.

No todas las personas reaccionan igual a un chiste de humor negro ¿o sí? Porque a cada persona la hace sentir de un modo diferente según el peso de sus propias emociones y sentimientos, por lo que hay que dar reacciones humanas y al mismo tiempo congruentes a los personajes ante diferentes situaciones, esto le permite al lector conocer al personaje y ver cómo el personaje está atado a su propia sensibilidad.

En este mismo aspecto vale la pena recordar el momento y contexto de la situación, para los seres humanos la personalidad, ese conjunto de lógica interna de emociones y sentimientos, mentalidad, comportamiento, y estado mental cambia a lo largo del tiempo, la personalidad no es una constante, sino una variable. Supongamos que tu personaje en determinado momento está en riesgo de muerte, su forma de ser cuando escuche a otros hablar sobre la muerte no será la misma a cómo lo era antes de tener esa experiencia mortal. Por lo que hay que tomar en consideración los cambios que puedan surgir en la personalidad del personaje a raíz de las situaciones o estímulos externos.

Otra cosa que caracteriza al ser humano son sus dimensiones, dentro del aspecto del bienestar humano encontramos seis de ellas: Bienestar físico; cultura y educación; familia y pareja, desarrollo social; desarrollo profesional; y bienestar y trascendencia. Del mismo modo, hay seis dimensiones del bienestar psicológico: autoconocimiento y aceptación; relaciones positivas con los demás; dominio del entorno; propósito en la vida; autonomía; y crecimiento personal.

Cada ser humano está en su propio camino, y se encuentra en un lugar diferente en cada dimensión con respecto a la posición de los demás, por lo que estos son doce aspectos importantes a considerar en la creación de un personaje, sólo pregúntate: ¿Dónde se encuentra en tal dimensión en este momento? ¿Cuál es el camino que toma el personaje? ¿Cómo cambia a lo largo de la historia dentro de cada una de sus dimensiones?

Los personajes son maravillas que surgen de la mente humana, así que ¿Porqué no deberían de estar humanizados? El estarlo los vuelve más orgánicos, naturales, realistas, y por ende memorables, así que cuando te pongas a crear a un personaje, enfócate en su mente más que en su apariencia, piensa en la realidad que le estás dando por dentro y lo podrás hacer más memorable de lo que podría ser con una simple caracterización física que se pierda en el montón.