Iré directo al punto y simplemente lo diré: la fotografía de arriba está horrible, y siento de antemano que la hayas tenido que ver, pero era necesaria para explicar lo que ocurre detrás del deseo suicida, y las motivaciones para no pedir ayuda en momentos donde se tienen ganas de hacer cosas tan horribles como estas.
Comenzaré por describir lo que hay en la imagen: primero hay un trapo verde sobre el piso, el cual está en mal estado, tiene manchas de pintura, y hasta le falta un pedazo; luego está un brazo apoyado sobre el trapo, hay pintura roja encima, principalmente en la muñeca, esta también chorreó un poco sobre el trapo y el piso; hay unas tijeras naranjas formando una cruz sobre la muñeca, estas también están manchadas de pintura; hay un pequeño frasco de pintura roja abierto, tirado a lado del brazo, y en el extremo opuesto está su tapa; y finalmente hay una iluminación que indica que la foto fue tomada en la penumbra.
Continuemos con un análisis de los signos: comenzando por el trapo, no es lo mismo que se hubiera colocado un trapo limpio y entero al manchado y roto como este que se colocó, el hecho de que sea un trapo viejo representa desgaste, el cual hace alusión a lo desgastada que se siente la persona; la pintura roja derramada encima de la muñeca representa la sangre; sabemos que es sangre por las tijeras encima de esta, que están abiertas como si se acabaran de utilizar, estas además son de un naranja cálido, tan cálido como la promesa de dejar de sufrir, forman además una cruz sobre la zona que cortaron; y la presencia del frasco abierto de la pintura y de su tapa indican que la sangre representada no es real, es solo pintura, además de hablar de una persona tan melancólica que ni siquiera se molestó en retirar el frasco vacío para tomar la foto; la iluminación oscura indica una sensación de desesperanza y de vacío. Toda la imagen en sí representa un suicidio.
Es bastante obvio que la imagen habla del suicidio, pero ¿por qué analizarla? Está es una fotografía tomada por mí hace tan solo unos días, no entraré en detalles sobre porqué me sentía así, y simplemente me limitaré a decir que me sentía muy mal, tomé las tijeras una mañana queriéndome cortar, queriéndome morir, pero no pude dejar de temblar así que hice lo único que se me ocurrió en los siguientes tres segundos, que fue realizar esta composición impulsivamente, tomar una foto y publicarla.
Aquello es raro de mí, porque suelo ser de la clase de persona que se guarda las cosas y no dice nada por vergüenza y para no preocupar a nadie, pero ese día ya no me importaba mi dignidad, ni nada más, así que sólo lo hice. Miré la imagen del suicidio que imaginaba cometer y me puse a llorar, no me gustaba el color rojo sobre mi piel, tampoco me gustaba la idea de estar muerta. Contuve mis impulsos autodestructivos y traté de hacer mis actividades como normalmente hacía, al día siguiente a esa hora ya estaba tranquila y ni siquiera recordaba porqué me quería morir horas antes.
Pero no me pondré a hablar de mis cambios de ánimo o de mis episodios depresivos, prefiero hablar sobre lo qué pasó después con la foto. La publiqué en Instagram y en Facebook simultáneamente, no sé cuánto tiempo estuvo en esta última, pero el día después de subirla casi a las seis de la tarde me percaté de que se tardaban mucho en llegar las notificaciones de Messenger, de hecho parecían simples mensajes enviados al celular, lo intenté varias veces pero no me permitía abrirlos, así que entré a Facebook a ver qué pasaba y lo primero que vi fue un mensaje que decía que mi publicación había sido eliminada por infringir las normas de la comunidad, lo que me hizo pensar: <<ah, bueno, al parecer no puedo decir que me quiero morir>>
Minutos después, tras reiniciar mi sesión firmar las políticas de la plataforma finalmente pude abrir Messenger y llegar tarde a mis compromisos porque me habían censurado, claro que esa era una explicación que no podía darle a nadie. Hasta el momento la publicación no ha sido eliminada todavía de mi Instagram, y aunque pensé en eliminarla cuando se me pasó mi episodio depresivo, decidí dejarla, creo que el no tratar de ocultar algo que sentí es negar mi propia auto censura.
Y hablando de la censura, este es un fenómeno en el que me quedé pensando después del incidente de la foto. Comprendo que las redes sociales tienen ciertas políticas si bien la mayoría de las personas no las leemos, o si lo hacemos las olvidamos, nos guste o no las aceptamos con el simple hecho de usar determinada red social.
En el caso de Facebook, esta está programada para rechazar cualquier contenido que haga alusión a la automutilación o al suicidio, supongo que lo hace porque no quieren que se promuevan este tipo de conductas autodestructivas, lo cual entiendo perfectamente y estoy de acuerdo con la idea. Lo que me resulta curioso es que parece que está programada para censurar indiscriminadamente del contenido, es decir: no está programada para tomar en cuenta los contextos de los contenidos publicados.
La fotografía la titulé: “Mi deseo suicida”, lo cual indica que ese deseo era solo mío y de nadie más, en ningún momento estaba planteándolo como un ejemplo a seguir, hubiera sido muy diferente que el título rezara algo como “Córtate” o “Suicídate”, el espectador de la fotografía no se veía involucrado en ningún momento, ni a partir de la imagen ni a partir del texto escrito.
Quiero aclarar que no escribo esto para quejarme, pues comprendo que infringí las normas de Facebook y fue esa la razón de que me censuraran, no tengo interés en tratar de mantener publicada la foto ni nada por el estilo, solo lo digo porque la programación de la plataforma tiene su propio contexto, y yo por mí parte también tengo el mío.
Creo que es obvio que cuando me sentí tan mal como para tomar una foto cómo esa sobre lo que quería hacer, no estaba en mis cinco sentidos, no podía razonar adecuadamente, así que es lógico pensar que lo último que se me iba a ocurrir era la posibilidad de que se me censurara por ello.
Esta censura me lleva a pensar en cómo tenemos una censura general hacia el suicidio como sociedad, hacemos de este tema un tabú, y es precisamente esta actitud la que conlleva a los mismos suicidas a no solo ser censurados por lo que sienten, sino a censurarse también a sí mismos, y por ende no pedir ayuda cuando la necesitan.
Por poner un ejemplo: no es igual de sencillo decir a la hora de la comida: “¿Me pasas la sal?”, que pedir ayuda porque te quieres suicidar. Cuando decimos “¿Me pasas la sal?”, a pesar de que admitimos que no la alcanzamos nosotros mismos y que necesitamos de alguien más, no lo vemos como motivo de vergüenza, o como que estamos molestando al otro; ni siquiera esperamos un “no” como respuesta, debido a que el pasar la sal en la mesa, o cualquier otra cosa cuando alguien te lo pide, se considera educación básica, no es algo a lo que se acostumbre responder negativamente para que la otra persona alcance la sal por sí misma, ni mucho menos agredirla por no alcanzarla; sin embargo, no pasa lo mismo con el tema del suicidio.
No consideramos como “educación básica”, el ayudar a alguien cuando pide ayuda por quererse suicidar, ni tampoco el no burlarse o agredir de alguna manera a la persona que está pidiendo ayuda por eso, es por esta cuestión (además de la falta de conocimiento sobre el tema, que no es algo que todos saben del mismo modo en el que saben pasar un salero), que existe la posibilidad de obtener un “no” como respuesta.
Y podríamos pensar que si una persona no te ayuda, simplemente se lo pides a alguien más, sin embargo, para un suicida no es tan fácil como preguntar entre tus compañeros de clase quién entendió la lección para que le la explique, no, para un suicida pedir ayuda es aceptar su vulnerabilidad, su incapacidad para ayudarse a sí mismo o a sí misma, arriesgarse a un “no” como respuesta e incluso a agresiones por admitir que quiere dejar de vivir, lo que produce una gran ansiedad. Además de que cuando un suicida a pesar de estos obstáculos pide ayuda, si recibe una respuesta negativa esto le afectará al punto de que tal vez se predisponga a no volver a pedir ayuda para no recibir ese mismo trato de nuevo.
Si como sociedad ya de por sí tenemos una visión estereotípica de los suicidas, y a eso le sumamos el que no consideramos educación básica ayudarlos cuando lo piden, e incluso nos sentimos con el derecho de atacarlos por cómo se sienten, lo único que estamos haciendo es contribuir a una cultura visual de censurar a los suicidas y motivarlos a ellos mismos a que se auto censuren.
Las redes sociales son simples plataformas que siguen una programación y no comprenden de contextos, pero nosotros somos seres humanos, la única programación que tenemos es la de nuestra cultura visual sobre los suicidas, es decir: la forma en la que los vemos, con todos nuestros prejuicios y estereotipos, sin embargo, no todo está perdido, está cultura visual se puede cambiar con pequeñas acciones, y es mucho más fácil y factible que esperar a que una plataforma como Facebook cambie sus políticas.
Nosotros como humanos, en comparación a una simple plataforma, deberíamos de ser capaces de actuar de una mejor manera ante alguien que se siente mal y quiere suicidarse, una plataforma podrá decirle al suicida que está mal que comparte contenido donde solo dice que quiere morir, pero el resto de la sociedad no tendríamos porqué reaccionar de la misma manera. Nosotros debemos y somos capaces de ser mejores y actuar en contra de la censura de los suicidas.
Así que he aquí un poco de educación básica si alguien te dice que se quiere suicidar e incluso te pide ayuda por eso: Tienes que ser consciente de que esa persona está haciendo un gran esfuerzo en pedirte ayuda, si no tienes tiempo para ella, probablemente no buscará a alguien más que sí lo tenga, así que deberías ayudarle igual que si te estuviera pidiendo un salero en la mesa; no le insultes, no le hagas sentir mal, aunque no sepas mucho sobre el suicidio, simplemente trata de entender sus situación y por qué se siente así para que le puedas ayudar a resolverlo, pero sobre todo haz que se sienta bien abriéndose contigo, porque mientras más confianza sienta en decir lo que siente y no auto censurarse, más posibilidades tendrás de entenderle, y por ende de ayudarle.