¿Qué son los prejuicios?
El prejuicio es una manifestación de la superficialidad humana, y es que nos guste o no, todos somos superficiales hasta cierto punto, nos dejamos llevar por las apariencias y primeras impresiones que tenemos sobre las cosas que nos encontramos en nuestro día a día. Para comprender mejor la influencia que dicho fenómeno tiene en nosotros, vale la pena analizar el mecanismo mediante el cual concebimos el prejuicio y reaccionamos ante este:
Para empezar partimos de nuestro sistema de creencias, pero ¿Qué es un sistema de creencias? Se trata de una red de ideas preestablecidas, las cuales componen nuestra mentalidad, cabe mencionar que existen dos tipos de sistemas de creencias: El individual, y el colectivo.
Comencemos por el sistema de creencias individual, este es un conjunto de ideas determinadas que provienen del sujeto, es decir, son creencias personales, conclusiones alcanzadas de forma individual; por el contrario, el sistema de creencias colectivo, es aquel que proviene de un conjunto de personas, o de una sociedad, por lo tanto son conclusiones compartidas, ideas transmitidas y aprendidas de un individuo a otro.
Tanto en los sistemas de creencias individuales como colectivos puede darse un fenómeno llamado prejuicio, el prejuicio es una de las ideas de nuestro sistema de creencias, la cual es superficial y banal, puesto que no analiza, y no pretende profundizar en aquello a lo cual se refiere, ya que no le interesa entenderlo. En palabras más sencillas, tener un prejuicio, es juzgar sin antes conocer.
¿Cómo reaccionamos a los prejuicios?
Anteriormente mencioné que todos somos superficiales, y si todos somos superficiales, entonces todos tenemos nuestros prejuicios, y si es tan normal ¿Cuál es el problema de tenerlos? Bueno, ya que normal no es sinónimo de positivo, la respuesta a esa pregunta es que el prejuicio nos conduce a la ignorancia y a actuar de formas en las que normalmente no actuaríamos de tener conocimiento, lo cual no suele resultar muy bien.
Hay que considerar que tener prejuicios limita nuestra capacidad de ver la realidad, es como tener una manzana, pero verla como una naranja, tal percepción se vuelve un problema porque implica la confusión de dos frutas que son completamente diferentes en todas sus características: Apariencia, textura, olor, y sabor.
Claro que los prejuicios pueden causar problemas mucho más grandes que el de la confusión de dos frutas, ya que los prejuicios pueden ser ideas acerca de temas más serios y/o sensibles, capaces de llevarnos a actuar de formas más problemáticas que nos afecten negativamente a nosotros mismos, o en los peores casos, a las demás personas.
El peligro de los prejuicios sobre el suicidio:
Ya que los prejuicios son producto de un sistema de creencias colectivo o individual, dichos prejuicios pueden abordar prácticamente cualquier tema existente, es decir, podemos tener prejuicios sobre cualquier cosa, y una de esas cosas es el suicidio. Ejemplos de tales prejuicios sería ver a un suicida y tener pensamientos como: Sólo quiere llamar la atención, es una persona débil, cobarde, o exagerada, entre muchas otras. Y cómo con todos los demás prejuicios, tener esta clase de pensamientos nos aíslan en la sombra de la ignorancia, privándonos de ver la realidad.
Te preguntarás ¿Cuál es el riesgo de ser ignorantes en este tema? En entradas previas he mencionado que el conocer la causa de un problema puede ser la llave que abra la puerta a su solución, entonces si aplicamos esa lógica, el saber por qué una persona se quiere suicidar, puede ser esencial para descifrar la mejor manera de ayudarle a continuar con su vida.
Por lo tanto, el vivir en la ignorancia por prejuicios que tenemos acerca del suicidio, resultará en un impedimento para serle de ayuda a ese ser querido que presenta pensamientos o conductas suicidas, ya que no podremos saber cómo ayudarle, lo cual podría llevar a la persona suicida a tener que superar aquello por lo que está pasando completamente sola, sin ayuda de nadie; o en el peor de los casos, a no poder superarlo por su cuenta y cometer suicidio sólo porque nuestra mentalidad estaba indispuesta a ser de ayuda.
¿Cómo superar el prejuicio colectivo sobre el suicidio?:
Ya tenemos claro qué es un prejuicio, cómo afecta negativamente nuestra actuar y por qué implica un riesgo el tener prejuicios sobre el suicidio, pero ¿Cómo superamos tales prejuicios? ¿Cómo nos desapegamos de esas ideas tan enraizadas en nuestro sistema de creencias que confundimos con la realidad?
Bueno, lo primero que tenemos que hacer, es reflexionar ¿De dónde vienen estas formas de pensar? ¿Es algo que alguien me inculcó en algún momento de mi vida? ¿De qué lugar lo aprendí? ¿Desde hace cuanto lo pienso? Tómate tu tiempo para responder a estas preguntas, ya que implica recurrir a muchos recuerdos y analizarlos a profundidad, y si logras descubrir que en todos estos prejuicios hubo influencias externas a tu persona, entonces estamos hablando de un prejuicio colectivo.
¿Esto qué significa? Que lo aprendiste de la sociedad, pero viendo el lado positivo, podemos concluir que no eres la única persona que es afectada por esto, no estás solo(a), hay más personas cómo tú allá afuera que han sido contagiadas con estos prejuicios erróneos sobre el suicidio, lo importante es que te diste cuenta de que lo que pensabas era un prejuicio, y no era cierto, así que a partir de ahora puedes elegir tener creencias no superficiales que te facilitarán ayudar a ese ser querido que es suicida.
Y si así lo deseas, incluso puedes crear un efecto dominó, en el que ayudes a otras personas a desprenderse también de estos mismos prejuicios, con lo que cada vez más personas potencializarán sus capacidades de ayudar a suicidas, promoviendo así el cambio y trabajando de forma colectiva por la generación de una sociedad donde más personas dejen de ser suicidas y puedan seguir adelante con sus vidas.
¿Cómo superar el prejuicio individual sobre el suicidio?:
Por el contrario, si te diste cuenta de que tal vez esas ideas que tienes sobre el suicidio, no las aprendiste de la socidad, sino que tal vez son creencias que tú mismo(a) formulaste, no te preocupes, también se pueden corregir, tendrás que hacer un proceso de introspección para darte cuenta de porqué piensas eso, pregúntate ¿Desde hace cuándo comencé a pensar así? ¿Cuáles eran los argumentos con los que justificaba esa mentalidad? y sobre todo ¿De verdad lo pienso? ¿Ahora lo sigo pensando?
Si reflexionas lo suficiente podrás ser consciente de cómo esos prejuicios eran creencias equivocadas, y que a partir de ahora puedes hacer de lado esta superficialidad para profundizar en el tema, comprenderlo mejor, y formular nuevas formas de pensar para tu sistema de creencias.
Conclusión:
Todos dicen que el suicidio es un tema complicado y complejo, pero puede ser más simple de lo que parece, ya que parte de una única motivación: El ya no querer vivir, desafortunadamente, tenemos prejuicios sobre este fenómeno y las personas que lo sufren, adoptamos ideas preconcebidas que nosotros mismos nos inventamos o que aprendimos de otros; sin embargo, podemos comenzar a profundizar en lo que vemos, no quedarnos sólo con la superficie, con la distorsión de la realidad, con la idea de que la manzana en realidad es una naranja, y una vez que lo hagamos, podremos entender las motivaciones que hay detrás del suicidio, y cómo ayudar a otras personas para evitar que cometan el peor error de sus vidas.