Cada vez que alguien se suicida,
una estrella en el cielo se torna gris y se apaga,
su constelación del firmamento se ve esfumada,
y las demás estrellas lloran lágrimas que nadie enjuaga,
mientras en el cielo la oscuridad es esparcida.
Para hacer cualquier cosa en esta vida se necesita tener algo de fe primero, pues la fe es el combustible que nos hace funcionar como ser humanos en nuestro día a día, la fe actúa como la motivación que nos lleva del pensamiento al acto, pero ¿Qué pasa cuando perdemos la fe? ¿Qué pasa cuando los dulces pensamientos que inspiran nuestros actos pierden su color y se vuelven sombríos y amargos?
Ese momento marca la hora de la muerte de nuestra fe, y cuando este catastrófico evento ocurre y la perdemos, también perdemos todas nuestras motivaciones, se nos acaba el combustible que alimentaba nuestro actuar, y no nos queda más que vacío, somos arrastrados por la melancolía y la monotonía, y de pronto un día sentimos que hace ya bastante tiempo que hemos muerto por dentro. Si te identificaste con lo que acabas de leer, es probable que ya no tengas fe en nada, quizás ya no ves valor en las pequeñas acciones de tu rutina, ni en la simple rutina en sí, tal vez estás tan desesperado o desesperada que lo único que deseas en este momento es morir.
La fe es de suma importancia, y a veces la damos por hecho de forma errónea cuando la realidad es que su presencia puede ser una variable en la gran constante de la vida, por lo qué plantearé las siguientes cuestiones: ¿Qué pasa cuando dicha variable no está? ¿Cuándo muere tu fe? ¿Si ya no tienes fe en ti, qué es lo que te queda? Porque una cosa es perder la fe en los demás, o en el mundo, pero si pierdes la fe en ti, es como si perdieras la fe en la vida, implica que ya no haya motivación para hacer nada y que todo se convierta en una tortura.
Quiero aclarar que no te estoy haciendo leer esto solo para tratar de explicarte lo que tú ya sientes, sino para intentar ayudarte a qué dejes de sentirte así, y el primer paso que tienes que dar para conseguirlo es recordar ¿Por qué quieres tu fe de vuelta? Sabemos que sin ella no hay motivación ni productividad en nuestras vidas, pero ¿Qué cosas esperas conseguir una vez que vuelvas a tener fe en ti mismo(a)? Sé que ahora mismo sientes desesperación y te quieres morir, pero te pido que hagas el esfuerzo de recordar algún momento de tu vida en el que no te sentías así, lo primero que recuerdes.
Trata de pensar cosas cómo ¿Cuáles eran tus sueños en la vida? ¿Qué metas tenías? ¿Qué cosas o qué personas te hacían sonreír todos los días? ¿Cuál era el combustible en tu día a día? ¿De dónde provenía tu fe? Debes recordar estas cosas, por más doloroso que sea ahora mismo cuando sientes que nada de eso volverá jamás, porque una vez que las recuerdes, sabrás por qué debes volver a tener fe en ti mismo(a) otra vez.
Recuerda que la fe en uno mismo es lo que marca la diferencia entre el paraíso y el abismo, tanto dentro de nuestras propias cabezas, como en el mundo real. ¿A qué me refiero con esto? Una cosa es cómo te tratas tú a ti mismo(a), y otra muy diferente como te tratan las personas que te rodean, a veces resulta que hay una relación de causa y efecto entre ambas:
Dicen que si esperamos algo de otras personas, comencemos por dar el ejemplo antes, y es verdad, no podemos quejarnos de que otras personas no nos valoren o tengan fe en nosotros, si nosotros mismos no empezamos a hacerlo, si quieres que te traten diferente, que te traten mejor, empieza por ser más amable contigo.
Sin embargo, esto no ocurre siempre, pues hay ocasiones en las que son otras personas las que tienen fe en ti cuando tú no la tienes, y si el hecho de que tengas fe en ti mismo(a) puede inspirar a otros a tener fe en ti, ¿No crees que este fenómeno causa-efecto también se podría dar a la inversa?
¿No crees que si otras personas a tu alrededor te aman, te aprecian y tienen fe en ti, tú podrías comenzar a sentir lo mismo hacia tu propia persona? Hay algo que debes saber, y eso es que la depresión tiende a cegar a las personas, es cómo ponerle un filtro a blanco y negro a una cámara, todo lo que capture la cámara con el filtro pondrá una paleta monocromática en las fotos o vídeos, lo mismo ocurre con la depresión, si te sientes deprimido(a) ahora mismo es posible que todo lo veas con un filtro a blanco y negro que no te permite ver los verdaderos colores, que te impide notar todo lo bueno que otras personas sienten por ti.
O tal vez piensas que no has perdido la fe en ti mismo(a), sino en tus circunstancias, tal vez esos problemas parecen demasiado complicados, la vida se vuelve sofocante como si una serpiente se enroscara en tu cuerpo dificultando tu respiración, bueno, te tengo malas noticias: Si perdiste la fe en la vida por tus circunstancias, también perdiste la fe en ti mismo(a), ¿Y eso porqué? Te preguntarás si son dos cosas totalmente distintas, bueno, porque si perdiste la fe por tus circunstancias externas eso significa que no te crees capaz para superarlas, por lo tanto, tampoco tienes fe en ti.
Nadie es especial, pues todos compartimos el mismo caos, la cualidad de ser imperfectos, de tener vidas imperfectas, estar llenos de problemas, sin embargo, aún con todas esas similitudes, todos somos especiales de alguna forma, y tenemos propósitos que cumplir en este mundo. No somos para nada especiales por nuestras vidas imperfectas, pero no deberíamos decir que odiamos nuestras vidas si podemos decidir la dirección que tomamos, por más difíciles que sean los obstáculos, si no puedes establecer una dirección, ódiala todo lo que quieras, pero no te quedes sin hacer nada al respecto ni hagas algo como terminarla antes de que pueda comenzar tu momento de gloria.
Recupera la fe en tus circunstancias, en la vida que te tocó, pero lo más importante en ti, ¿Recordaste los sueños que tenías cuando aún tenías tu fe, no? Así que no me digas que no tienes ningún motivo para vivir, porque estos te sobran, es sólo que te ha cegado la tristeza para que los veas, por lo que debes intentar apagar ese filtro a blanco y negro con el que ves las cosas, y comenzar a ver tu realidad de un modo más objetivo y menos pesimista,
¿De verdad crees que a nadie le importas, qué nadie tiene fe en ti, qué nadie te quiere con vida? Me gustaría pensar que la respuesta a esos cuestionamientos es un no, porque tú si importas, déjame decirte que me importas, y quiero que vivas y seas feliz, no que mueras, y si yo siento eso por ti que no te conozco, imagínate cómo se sienten las personas que tienen la gran fortuna de conocerte.
¿En serio crees que tus problemas no tienen solución? ¿Estás convencido(a) de qué no eres capaz, o no eres suficiente para resolverlos con todas las capacidades con las que la vida te dotó? ¿Crees que no mereces tener tu fe de vuelta y volver a sentirte con vida una vez más? De nuevo espero que la respuesta sea un no, espero que tú no creas eso.
Así que por favor recupera la fe en ti mismo(a), no dejes que este filtro a blanco y negro de tu cámara te impida ver todos los colores que hay en tu vida, todas las razones que tienes para quedarte aquí, ese combustible, esa motivación que te ayudaba a levantarte todos los días a vivir que te ha abandonado, se puede recuperar no olvides que es una constante, tal vez algunos días, esté, tal vez otros no, pero si te estiras lo suficiente para alcanzarla estoy segura de que puedes traerla de vuelta hacia ti y mantenerla pegada en tu pecho por el mayor tiempo posible.
Yo creo firmemente que mereces tu fe de vuelta porque vales lo suficiente para seguir con vida, creo que tienes muchos sueños pendientes que te están esperando, y creo que hay quienes te necesitan a su lado, así que no te puedes ir, no te abandones a ti y a quienes amas, siempre recuerda, que el suicidio no es una opción para ti.