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¿Cómo mezclar colores para pintar? Parte 2

Introducción:

Anteriormente en mi entrada ¿Cómo mezclar colores? Parte 1 hablamos sobre aspectos básicos del color, te di una lista de materiales y recomendaciones para una sesión de trabajo con pintura, y también aprendimos cuáles son los colores primarios, secundarios y terciarios, y cómo los colores existen en diferentes tonos o matices, y pueden ser brillantes o saturados, dependiendo de la cantidad de blanco que tengan y su intensidad. Y lo más importantes es que tuviste la oportunidad de hacer tus primeras mezclas de color.
En la entrada del día de hoy haremos mezclas un poco más avanzadas, por lo que aprenderemos más del círculo cromático, la teoría del color, y cómo podemos hacer mezclas de colores más complejas e interesantes. Al final de esta entrada te dejaré un vídeo tutorial sobre el tema que preparé para ti, ahora sin más que agregar comencemos.

Colores agrisados:

Los colores se pueden agrisar, es decir, que cuando a un color se le agrega un poco de su color complementario. Pero ¿Qué son los colores complementarios? Bueno, el círculo cromático nos explica cuáles son los diferentes colores que existen y cómo se mezclan. En el centro están los primarios que ya vimos al inicio (amarillo, rojo, azul), luego siguen los secundarios que se obtienen mezclando los primarios (verde, naranja, violeta), y por último los terciarios amarillo huevo, rojo violáceo, azul verdoso, amarillo anaranjado, amarillo verdoso, azul violáceo, rojo anaranjado).
Si trazamos líneas rectas con una regla podremos descubrir que hay colores que están justo enfrente de otros, por ejemplo, el amarillo y el violeta, entonces se dice que el amarillo es el complementario del violeta y viceversa (el violeta es complementario del amarillo).
Cuando mezclas dos colores complementarios en las proporciones correctas puedes agrisar el color o volverlo más oscuro, retomando el ejemplo del amarillo y el violeta, si quieres un amarillo más oscuro u ocre al amarillo le tienes que añadir un poco de violeta.
Los tonos agrisados, si bien no tienen mucha saturación o brillo, son valiosos porque sirven para hacer sombras y darle tridimensionalidad a la pintura. Por cierto, si haces un color agrisado y lo mezclas con diferentes proporciones de blanco puedes obtener tonos muy interesantes.

¿Cuáles son los colores complementarios de cada color?

Amarillo + Violeta
Rojo + Verde
Azul + Naranja

Para concluir, te daré las fórmulas para mezclar diferentes colores:

Colores secundarios:

Amarillo + Rojo = Naranja
Azul + Amarillo = Verde
Azul + Rojo = Violeta

Colores terciarios:

Amarillo + Naranja = Amarillo huevo
Amarillo + Verde = Verde pistache
Amarillo + Violeta = Amarillo ocre
Azul + Naranja = Azul celeste
Azul + Verde = Turquesa
Azul + Violeta = Azul púrpura
Rojo + Naranja = Rojo anaranjado
Rojo + Verde = Marrón
Rojo + Violeta = Rojo granate

Colores agrisados:

Nota importante: Estos colores se obtienen añadiendo más del primer color y una mínima parte del segundo color de cada fórmula:
Amarillo + Violeta = Amarillo ocre
Violeta + Amarillo = Púrpura / Lavanda
Azul + Naranja = Azul grisáceo
Naranja + Azul = Marrón apagado
Rojo + Verde = Rojo oscuro
Verde + Rojo = Verde oliva

Para concluir:

Hemos terminado de estudiar el color, ahora eres capaz de mezclar prácticamente el color que tú quieras ¡Bien hecho! Espero que te hayas divertido jugando con los colores, recuerda que el color es una maravilla de la naturaleza, y también una parte muy importante de la pintura, el arte y la expresión en general.
Ahora que sabes cómo mezclar colores estás listo para comenzar a pintar. Próximamente te enseñaré a aterrizar la idea de tu pintura y te daré algunos consejos útiles para que comiences a pintar. ¡Nos vemos pronto!

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¿Cómo mezclar colores para pintar? Parte 1

Para comenzar:

El día de hoy vamos a aprender sobre los colores y cómo mezclarlos para crear tus pinturas, al final de esta entrada te dejaré un vídeo tutorial sobre el tema que preparé para ti, antes de enseñarte sobre el color asegúrate de reunir los materiales necesarios y tomar en cuenta estos pasos para una sesión de trabajo artístico.

Materiales:

  • Pintura acrílica roja.
  • Pintura acrílica amarilla.
  • Pintura acrílica azul.
  • Pintura acrílica blanca.
  • Una espátula de plástico o palito de paleta.
  • Una paleta o godete de plástico para pintura (Yo tengo una paleta de vidrio, pero puedes usar otra superficie plana como un plato de plástico o de unicel).
  • Un block de dibujo u hojas de cartulina (Si optas por la cartulina sólo recórtala en partes más pequeñas y obtendrás tu papel)
  • Un pincel.
  • Un recipiente con agua.
  • Un trapo.

Procedimiento:

  • Prepara tu espacio de trabajo: Coloca tu material en una mesa bien iluminada (Para evitar mancharla puedes colocar revistas o periódico para formar un mantel).
  • Con ayuda de tu espátula o palito de madera vacía pequeñas cantidades de pintura en tu paleta y realiza tus mezclas, te recomiendo que limpies tu espátula o palito constantemente para evitar manchar la pintura dentro de tus botes con colores distintos.
  • Cuando tus mezclas estén listas, utiliza tu pincel para pintar con ellas en una hoja de tu block o de cartulina.
  • Dejar secar.
  • Lavar materiales con agua y jabón y limpiar tu espacio de trabajo.

Introducción:

Todos estamos familiarizados con los colores, pues son algo que percibimos por medio de nuestro sentido de la vista todos los días, que está presente en los seres vivos y los objetos que nos rodean constantemente. El color adquiere tal importancia en nuestras vidas que incluso tenemos nuestra selección de colores favoritos. Los colores tienen sus características y tipos. Estos se dividen en primarios, secundarios y terciarios.

Los colores primarios:

Son el amarillo, azul, y rojo, son primarios porque son colores que no se pueden mezclar para crearlos, ya que son los colores más naturales, lo que los convierte en la base de todo, puesto que a partir de estos tres colores se pueden generar más combinaciones que dan origen a más cromas o colores.

Los colores secundarios:

Son el verde, que es producido por la combinación de azul y amarillo; el naranja, que es producido por la combinación de rojo y amarillo; y el violeta, que es producido por la combinación de azul y rojo.

Los colores terciarios:

Son producto de la combinación de un color primario y un secundario, ejemplos de estos son: el verde pistacho, que es producido por la combinación de amarillo y verde; el amarillo huevo, que es producido por la combinación de naranja y amarillo; el rojo violáceo; el azul verdoso; el amarillo anaranjado; el amarillo verdoso; el azul violáceo; o el rojo anaranjado. Básicamente estos son matices (también conocidos como tonos) de un mismo color, por lo que la lista de colores terciarios es muy numerosa.  

¿Qué es el matiz?

Cada color tiene diversos matices o tonos. Los tonos son lo que hacen que un mismo color pueda verse de diferentes maneras. Por ejemplo, para formar naranja, se puede usar cantidades iguales de rojo y amarillo, lo que genera un naranja más neutro; o se puede usar más rojo que amarillo, lo que genera un naranja más rojizo; o se puede usar más amarillo que rojo, lo que genera un naranja más amarillento. Lo anterior ocurre también con el verde y el violeta.  Los matices hacen a cada color es único, complejo y especial.

El brillo en el color:

El color va desde la luz hasta la oscuridad, por eso existe en una gran variedad de tonos. Evidentemente cuando hay más brillo va a ser más claro, brillante y luminoso, y cuando hay menos brillo va a ser más oscuro. En palabras sencillas se refiere a cuánto blanco tiene un color, por ejemplo, un azul marino tiene menos brillo que un azul cielo.

La saturación en el color:

La saturación básicamente se refiere a qué tan intenso es un color, por ejemplo, los tonos pasteles, que son claros, con mucho brillo y sutiles son menos saturados que tonos más intensos como un azul marino o el verde de árboles frondosos. Mientras que los colores brillantes se asocian con emociones tranquilas y sutiles, los colores saturados se asocian con emociones más fuertes e intensas.

Para concluir:

El color es un tema fascinante, y entender cómo funciona y se comporta con otros colores nos permite apreciarlo mejor, y en el mundo del arte es de gran utilidad. Si conocemos cómo mezclar colores y de dónde vienen estos tenemos el poder de mezclar cualquier color que queramos y expresar algo por medio de nuestro arte. Intenta jugar con los colores, prueba diferentes combinaciones y, sobre todo, diviértete mezclando. Próximamente te enseñaré cómo hacer mezclas más complejas para que puedas mezclar muchos más colores. ¡Nos vemos pronto!

 

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Arte para mi depresión

Bienvenidos a Arte para mi depresión

Título: Arte para mi depresión. Autora: Marjaneh Vargas Barajas. Técnica: Pintura intervenida con ilustración. Dimensiones: 612 x 792 px. Año: 2024.

"Estuve a punto de morir a manos de mi depresión, pero el arte fue lo que me salvó"

Yo también conozco la depresión y el deseo de muerte:

Cuando tenía 14 años tuve mi primer beso, sólo que me lo dio la depresión. También tuve mi primera relación tóxica, pero fue con las voces en mi cabeza, ahora tengo 23 y nunca me diagnosticaron cuál era mi problema, así que jamás entenderé porqué tenía alucinaciones que me insultaban a diario, me amenazaban, hacían sentir mal conmigo misma, y sobre todo me decían que me cortara y me suicidara.
¿Por qué te estoy contando esto? Bueno, sí estoy escribiendo esto es porque sobreviví a mi ideación e intento suicida, y como sé que tú también la has estado pasando mal quiero contarte cómo lo hice:
Yo no tuve psicólogo, ni psiquiatra que me ayudara, ni mucho menos medicamentos (Hace relativamente poco tiempo fui al psiquiatra y empecé a tomar medicinas, pero luego dejé de ir con la psiquiatra porque no me entendía, ahora sólo tomo medicinas), por cierto, no te automediques, tomar medicamentos psiquiátricos sin receta puede ser peligroso para tu salud.
Volviendo al tema, si bien no tuve ayuda profesional sí tuve otra cosa, algo muy valioso que me mantuvo cuerda, ¿Qué fue? El arte. De no ser por el arte me hubiera vuelto loca (quizás ya lo estoy un poco, pero estaría peor de no ser por esta). Y es que al arte le puedo contar cualquier cosa sin sentir miedo, claro que tengo seres queridos, no es que esté sola, pero con el arte no tengo que pensar en si voy a preocupar a alguien si digo cómo me siento, o qué van a pensar otros de mí, si me van a juzgar, o simplemente ignorarme, no tomarme en serio o no entenderme.
Con el arte no tengo ninguna de esas preocupaciones, ya que el arte no se escandaliza, no juzga, no ignora, no desvaloriza, el arte entiende a todos. Y creo que esa es una razón más que suficiente para volver del arte una terapia personal.

¿Cuál es el propósito de Arte para mi depresión?

Lo que estás leyendo en este momento es la primera entrada de un blog que he titulado Arte para mi depresión. En base a mis propias experiencias con mi depresión que te estaba platicando hace un momento (adicional a la ideación suicida y un intento de suicidio que tuve en el pasado), y en una investigación extensa que hice sobre esta enfermedad, la salud mental y el suicidio decidí crear este blog.
Durante los últimos meses he estado estudiando sobre la salud mental y cómo el arte puede ser una herramienta capaz de ayudarnos a nosotros como seres humanos a sanar, a lo largo de mis siguientes entradas te enseñaré a pintar, hacer escultura, y hacer tu diario de artista. Vamos a utilizar el arte de una forma fácil, divertida y económica para que poco a poco te dejes de sentir deprimido o deprimida.
Quiero que este blog sea un medio para poderte ayudar a superar tu depresión y encontrarle de nuevo el sentido a tu vida, no quiero que sigas aguantando esta tristeza todos los días y todas las noches como lo has estado haciendo, no quiero que te hagas daño a ti mismo o a ti misma, ni mucho menos quiero que renuncies a tu vida.
Si algo aprendí de mi depresión y de todos mis problemas de salud mental en general es que estos tienden a nublar nuestro juicio y a distorsionar nuestra realidad, no era yo misma cuando la depresión me carcomía por dentro a diario, no era esos pensamientos oscuros que nublaban mi mente, y definitivamente mi autodestrucción no era parte de mí.
Sé que no te conozco, no puedo verte, y probablemente nunca interactuemos en persona, pero espero que este blog te sirva y te ayude de alguna manera, no puedo garantizar que saldrás de aquí como una persona completamente renovada, feliz y motivada, pero haré todo lo que pueda para ayudarte.

¿Esto es una terapia? ¿Cómo funciona?

Seré muy honesta contigo: No tengo formación ni en psicología ni en psiquiatría, solo soy una chica de 23 años que sueña con ser escritora y artista visual, y que ha pasado por serios problemas de salud mental. Así que no estoy calificada para ofrecer terapia de ningún tipo ni pretendo hacerlo, el contenido de este blog ni siquiera se puede clasificar como arteterapia (aunque haya tomado ideas del tema para este blog), ya que la arteterapia requiere, primero que la dé un especialista de salud mental, no un artista ni mucho menos un aspirante a artista, y también debe hacer una interacción cara a cara entre el arteterapeuta y el paciente.
Entonces si esto no es arteterapia ¿Qué se supone que es? Bueno, posiblemente encaja mejor en la literatura de autoayuda, ya que yo te daré una serie de entradas, tú las lees, y haces los ejercicios por tu cuenta mientras tratas de ayudarte a ti mismo o a ti misma. Esto no será un acompañamiento personal, ya que ni siquiera podremos sostener una conversación en persona.
Sin embargo, el valor de todo esto es que no será un blog común y corriente, ya que mis entradas vendrán acompañadas de imágenes y vídeos tutoriales para hacer tu aprendizaje artístico más divertido y dinámico, haré cada uno de los ejercicios contigo para darte ejemplos; y por supuesto, te iré dando consejos para superar la depresión que a mí me han funcionado.
Mientras lees mi blog y creas tus propias obras de arte podrás conocerte mejor a ti mismo o a ti misma, desahogarte de una manera saludable, superar lo que necesites superar, mejorar tu autoestima, tu autoconfianza, y sobre todo ir dejando atrás la depresión de modo que vuelvas a encontrarle el sentido a tu vida.

¿Cómo puedo aprovechar Arte para mi depresión?

A partir del día de hoy puedes aprovechar de Arte para mi depresión completamente gratis, este es un blog sin fines de lucro donde podrás acceder a las entradas completas, así como a las imágenes y vídeos que estas incluyan. Sólo necesitarás de un dispositivo con internet para acceder a todo el contenido; y por supuesto, también necesitarás darte un poco de tiempo para revisar dichos contenidos y hacer tus obras de arte, para las cuales harás gastos mínimos ya que son materiales sencillos y baratos que incluso podrías tener ahora mismo en tu casa.
Tú llevas tu propio ritmo para hacer las cosas, esto no son tareas que me tengas que mostrar y que yo te vaya a calificar, tú vas a tomarte el tiempo que necesites y las vas a hacer para ti, cabe aclarar que no hay una forma correcta o incorrecta de hacer las cosas, simplemente haz lo que a ti te funcione.

Algunos concejos antes de comenzar:

No tengas miedo de hacer arte:

Incluso si nunca has agarrado un pincel en tu vida puedes seguir este blog, todo se explicará de tal modo que se hagan los ejercicios artísticos de formas fáciles y económicas para que no batalles en conseguir tus materiales ni en trabajar técnicas demasiado complejas.

No te angusties por el resultado:

No tienes que hace la gran obra maestra para exhibirla ante medio mundo, son sólo obras de arte que vas a hacer para ti, lo importante no es que queden perfectas, sino que te desahogues, te desestreses, y sanes sin caer en conductas autodestructivas, esto es algo para que tú se sientas bien, así que no seas demasiado perfeccionista contigo mismo o contigo misma.
Incluso si fueras con un arteterapeuta en vez de estar aquí leyéndome a mí, el arteterapeuta estaría de acuerdo conmigo, en la arteterapia no importa el resultado, importa el proceso.

No te sobreexijas:

No te pido que hagas sesiones intentas de arte que duren mil horas, haz arte el tiempo que puedas, los días que puedas, y toma descansos si lo necesitas, se trata de que lo disfrutes, no de que lo sufras.

Diviértete:

El arte es una oportunidad para que te expreses, utilices tu imaginación, tu creatividad y, sobre todo, te sientas mejor mientras lo haces, así que trata de disfrutarlo, incluso si no dibujas o haces algo artístico regularmente, velo como una oportunidad de intentar algo nuevo, tal vez descubras que te gusta el arte.
Sin más que añadir, nos vemos en la siguiente entrada.

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Taller literario

¿Cómo hacer la adaptación de mi novela a un guión de cine?

Introducción:

En mi entrada anterior Cómo hacer la adaptación de mi obra literaria a un guión cinematográfico hablamos sobre los principios básicos de una adaptación, entendimos en qué consiste, qué es un guión, cuál es su estructura básica, y cómo podemos prepararnos mentalmente para pasar de ser novelistas a guionistas, y para la entrada de hoy te prometí compartirte de forma detallada y paso a paso cómo hacer el guión de tu novela, así que si eso te interesa sigue leyendo y adapta tu novela a guión.

Pasos para hacer el guión:

1) Parte del índice:

El primer paso para hacer un guión de cine adaptado en una novela es partir del índice de dicha novela. Copia tu índice en una hoja (ya sea en papel o digital) y escribe una sinopsis de cada uno de los capítulos, con una extensión aproximada de tres o cuatro líneas como máximo, en dicha sinopsis básicamente tienes que escribir qué es lo que pasa en ese capítulo, lo más importante, deja de lado los detalles innecesarios y procura incluir sólo la idea principal que necesitas para comunicar tu historia.

2) Selecciona la información y marca lo más importante:

Lee todos los resúmenes de tu índice como si fuera un solo texto, y haz otro resumen a partir del mismo, subraya la información más importante, para hacer esto tienes que desapegarte de tus sentimientos de modo que puedas decir de forma objetiva y práctica qué entra en el guión y qué se queda en el libro. Ponte en el lugar del espectador y trata de hacer la historia para un medio audiovisual, luego a partir de tu lectura vas a hacer lo siguiente:

3) Haz varias secciones de tu historia y establece tus tiempos:

Partiendo de tu último resumen puedes observar los acontecimientos descritos como si fuera una lista, una vez viéndolo de esa forma, junta el primer acontecimiento de la lista con el segundo, si quieres puedes hacerlo hasta el tercero o cuarto, puedes poner en el mismo grupo todos los que desees, siempre y cuando vayan enseguida del otro (no agrupes el primer acontecimiento de tu lista con el último acontecimiento de la misma).
Al hacer esto vas a lograr organizar el contenido para tu guión en varias secciones de modo que sea más fácil trabajarlo posteriormente. Lo siguiente que necesitarás hacer es decidir la extensión tanto del guión en general como de cada sección del mismo. Pregúntate: ¿Qué duración quiero que tenga la película? Puede ser una hora con cuarenta minutos, o dos horas y media (puedes considerar la duración de las películas que te gustan como referencia), tú eliges, pero asegúrate de que sea una duración justa de una película que tú cómo espectador estarías dispuesto a ver y que te gustaría.
Una vez que sepas la duración de la película sabrás la extensión del guión, cómo recordarás en mi entrada previa, te dije que en guiones una página equivale a un minuto en pantalla, por ejemplo, si quieres una película de una hora con cuarenta minutos serían cien páginas, o si la quieres de dos horas serían ciento veinte páginas.
¿Recuerdas que anteriormente te dije que vieras tu resumen cómo una lista y agruparas sus elementos? Bueno, ahora eso te va servir para el siguiente paso: Vas a repartir los minutos de la película entre todas tus secciones, si por ejemplo decidiste una película de una hora con cuarenta minutos eso significa que tienes cien minutos, por lo que vas a anotar cuántos minutos quieres destinar a cada sección de tu lista hasta que te los hayas acabado todos, es decir:
Vas a establecer un límite de páginas para adaptar cada una de las secciones para tu guión, esto te ayudará porque como novelista estás acostumbrado(a) a hacer libros tan largos cómo quieras, pero cómo guionista tienes el tiempo limitado porque estamos hablando de escribir una película, y una película no es demasiado larga.

Quizás te parezca una tarea imposible o extremadamente complicada, sin embargo, es más fácil de lo que parece, ya que sólo estableciendo límites de extensión para cada pequeña parte de tu guión es que vas a lograr estructurarlo para que cumplas con la duración apropiada, y además hagas un gran trabajo de adaptación, ya que teniendo un límite podrás concentrarte más en los detalles más importantes y asegurarte de que sean esos detalles los que comuniques.

4) Adapta tu novela a guión por sección:

Finalmente ha llegado la hora de escribir el guión, hasta el momento lo único que has hecho es analizar tu historia y planificar cómo adaptarla a un medio audiovisual, sin embargo, ahora que terminaste de planificar, ya puedes pasar de la teoría a la práctica. Escribe cada sección de tu guión y procura plasmar en cada una los detalles más importantes que determinaste durante la planeación.

5) Reagrupa tus tiempos:

Es normal que mientras escribas tu guión te pases de páginas y en consecuencia alguna de tu sección quede más larga de lo que habías contemplado inicialmente, no hay motivos para alarmarse cuando esto ocurra. Tienes dos opciones: Acortar esa sección del guión, ya sea modificando acciones de las escenas, o modificando los diálogos, de modo que den la misma cantidad de información pero con menos palabras, y por ende, menos páginas.
O puedes dejar esa sección con un exceso de páginas y proseguir con las demás secciones, pero haciendo las siguientes más cortas de modo que te sobren minutos que compensen los minutos de más en la sección que quedó larga. 

Ejemplo: Digamos que tu primera sección debía de ser de quince páginas, pero te salió de veinte, desafortunadamente es muy difícil reducirlo a cinco páginas menos porque pasan muchas cosas importantes en esa sección; en ese caso la puedes dejar así, y en otra sección corregirlo: Digamos que en la segunda o tercera sección planeaste una extensión de diez páginas, si logras que esa sección sea de cinco páginas en vez de diez, al final obtienes el mismo número de páginas, pero distribuidas de forma diferente.

Otros consejos:

1) Altera el orden y valor de los productos manteniendo el mismo resultado para respetar la duración y hacer la historia más atractiva audiovisualmente:

Todos hemos visto películas basadas en libros que nos gustan, ¿Notaste cómo hay algunas cosas que cambian en la película? A veces estos cambios ocurren por cuestiones de tiempo, por lo que toman una serie de acciones, las modifican levemente, e incluso alteran el orden de las mismas de modo que se cuente lo mismo pero en menos tiempo. Así que haz lo mismo, toma un fragmento que debas adaptar de tu libro y piensa en formas congruentes de modificarlo para que comunique lo mismo pero de forma más breve. Básicamente piensa en formas de reescribir la historia, pero procurando que hagas una nueva versión que a ti te guste y respete todo el trabajo previo que invertiste en escribir el libro en primer lugar.

2) Observa tu historia desde ángulos que no utilizaste a la hora de escribir tu novela para incorporar secciones de tu historia no contadas en tu novela, dentro del guión:

Hacer cambios no sólo implica modificar lo que ya está escrito, también puede implicar modificar aquello que no escribiste. Hay un truco muy sencillo para hacer esto: Ponte en el lugar de un lector, lee el libro y sé curioso, cuando hagas esto comenzarás a hacerte preguntas que como escritor no te habías hecho acerca de tu historia, lo que te facilitará escribir pequeñas partes de la historia que anteriormente no habían tenido importancia para ti, pero que ahora dentro de un guión pueden serte útiles.
Por ejemplo: Digamos que en tu historia el personaje B comienza a espiar de cerca al personaje A, en el libro contaste esto desde la perspectiva del personaje A, el cómo se sentía observado y perseguido, pero toda esa información la contaste con ayuda del narrador, quien le dice al lector todo lo que piensa y siente el personaje A.
Esta parte del libro quizás no sea un material interesante para que lo pases al guión ¿Por qué? Porque en un medio audiovisual la información rara vez se cuenta de forma esporádica a lo largo del filme con ayuda de un narrador, y a menos que sea un recurso que pretendas utilizar de forma constante a lo largo de toda la película y que realmente aporte a la misma positivamente, no te conviene usarlo.
En este caso lo que tendrías que hacer al escribir el guión es contar con secuencias de acciones todo lo que sucede en esa parte del libro, pero digamos que hay otro problema, y es que en el libro el personaje A no hace nada interesante, lo único interesante es lo que piensa y siente, pero eso ya lo dice el narrador (el cual establecimos que no te sirve en el guión), así que ¿Cómo transmites esa información de que el personaje B espía al personaje A sin que termine siendo aburrido?
Bueno, tal vez sea más emocionante si escribes en el guión una parte de la historia que no habías escrito en el libro, ¿Recuerdas que te dije que lo leyeras como lector y no como escritor? Bueno, si lo leíste como lector, viste todo desde la perspectiva del personaje A, y probablemente te surgió curiosidad sobre el personaje B ¿Quién es el personaje que espía al personaje A? ¿Por qué lo hace? ¿Dónde está? ¿Cómo lo hace?
Sólo intenta responder a estas preguntas y habrás adaptado un fragmento de tu libro escribiendo un lado de la historia que inicialmente habías ignorado, lo que la enriquecerá, además habrás logrado comunicar lo esencial: Personaje B espía al personaje A, pero en vez de hacerlo de forma aburrida mostrándole al espectador al personaje A haciendo absolutamente nada (lo cual ni siquiera comunica su sentimiento de persecución); lo habrás hecho mostrando una perspectiva más interesante y emocionante del personaje B, donde con ayuda de diálogos y/o acciones mostrarás la perspectiva de ese personaje dentro de la historia.

3) Mantén el guión fiel a tu novela:

Cuando haces modificaciones de un libro para meter su contenido dentro de un guión hay muchas cosas que podrían salir mal. ¿Recuerdas cuando viste esa película basada en un libro y odiaste lo que hicieron con la historia que tanto te gustaba? Bueno, ahora es tu turno de empatizar con el lector y el espectador para evitar hacer las cosas que a ti no te gustaría ver en una adaptación. Modifica la historia, pero no de forma tan brusca, trata de mantener las cosas esenciales, no alteres las personalidades de tus personajes, y sobre todo usa tu creatividad para hacer cambios que den una nueva perspectiva de la historia, pero manteniéndote fiel al libro original, piensa que el guión es una oportunidad para llevar tu historia a otro formato y enriquecerla, no para empeorarla, ni mucho menos arruinarla.

4) Piensa cómo comunicar la información de forma visual:

“La vista llega antes que las palabras” John Berger. La frase de este autor trata de decirnos que si bien, la comunicación tiene distintas formas (puede ser verbal o escrita, en el caso de aquello que se comunica con palabras; o bien utilizar como medio otros sentidos: vista, oído, tacto, olfato), es la vista el sentido más predominante en nuestra sociedad, pues nos comunicamos por medio de imágenes al punto de que es la imagen el primer medio de comunicación con el cual interactuamos.
La comunicación visual está llena de signos desde símbolos hasta íconos, si bien algunos requieren de un contexto para ser comprendidos, otros tienen una imagen que guarda una relación más estrecha con su significado, básicamente hay cosas que se comunican más explícitamente que otras. Por ejemplo, para poder absorber la información de un libro se necesita aprender a leer primero, a decodificar las letras y después las palabras y las oraciones; en cambio para poder absorber la información de una imagen no necesitas estudiar, sólo la lees, los seres humanos tenemos la capacidad innata para leer imágenes, si bien algunas veces necesitamos un poco de contexto porque en la comunicación visual también hay símbolos que necesitan ser decodificados, en la mayoría de las veces no necesitamos de mucho para poder leer una imagen. Se podría decir que aprendemos a leer imágenes antes que textos.
¿Sabes por qué más predomina la comunicación visual? Porque las imágenes tienen la capacidad de hacer alusión a otros sentidos de forma indirecta, pensemos en la experiencia en los museos, cuando vas siempre te dicen que no puedes tocar las pinturas, y sin embargo, en la pintura una textura de cualquier objeto, como un árbol por ejemplo, apela a tu sentido del tacto, ya que aunque no puedas tocar un árbol en ese momento, reactiva tu memoria para que sepas cómo se siente esa textura que estás observando.
A lo que quiero llegar es que puedes decir mucho con una imágen, sólo es cuestión de saber componerla, así que cuando describas a los personajes, las cosas, los lugares, las acciones, y todo lo que necesite de una descripción en general dentro de tu guión, piensa en cómo hacer una atmósfera que comunique aspectos específicos de tu historia.
Una forma de verlo es aprender a determinar cuándo usar diálogos y cuando usar imágenes, independientemente de si usas muchos diálogos en tu libro o no, una cosa es leer un libro y otra muy diferente ver una película, por lo general las películas deben de ser más dinámicas, con más acción y diálogos no tan extensos.
No te digo que no uses diálogos, obviamente habrá diálogos en tu guión, pero deberás decidir en qué momentos sustituirlos por imágenes, cuándo comunicar visualmente en vez de verbalmente. Puedes tomar como referencia las películas que has visto (no necesariamente tienen que ser adaptaciones), enfócate en las partes que no tienen ni un sólo diálogo, solo una imagen tras otra, una acción tras otra, pregúntate por qué están esas escenas y qué comunican, notarás que todo tiene una razón de estar en la pantalla, pues las imágenes contienen su propia composición y cuando se ponen una enseguida de la otra forman narrativas del mismo modo en el que las palabras forman oraciones. Eso es lo que tendrás que hacer tú: Crear una narrativa a partir de imágenes, plantear una atmósfera que transporte al espectador al universo de tu historia, comunicar algo visualmente, así que desarrolla las descripciones dentro de tu guión, planea tus escenas y escríbelas.

Conclusión:

Como ya lo sabes, escribir una novela no es fácil, pero ya lo hiciste, y ahora sólo te queda adaptarla a un guión, cosa que tampoco es fácil, pero es menos difícil de lo que fue para ti hacer tu historia en primer lugar, sólo piensa que es un cambio de formato, de novela a medio audiovisual, y una oportunidad para mostrar nuevas perspectivas de tu historia, enriquecerla y ampliar tu audiencia. Así que sólo escribe tu guión.

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¿Cómo alcanzar tus sueños?

¿Cómo dejar de ser un procrastinador?

¿Qué es la procrastinación?

¿Te consideras una persona procrastinadora? Todos tenemos miles de cosas que hacer en nuestro día a día, a veces nos sentimos demasiado abrumados por nuestras responsabilidades, pues vivimos una vida agitada en la que nos vemos obligados a alimentar al mounstro de nuestras responsabilidades, el cual siempre tiene hambre y nos persigue a donde quiera que vayamos, no tenemos más opción que alimentarlo día tras día, pero el problema es que cada vez que le damos algo de comer siempre vuelve por más, pues siempre que cumplimos con una responsabilidad u obligación viene otra a reemplazarla, y el hueco en el estómago de nuestro mounstro se mantiene, y antes de que nos demos cuenta nos está succionando hasta el alma. Pero hay días en los que simplemente dejamos de alimentarlo y lo dejamos con un hambre voraz, lo cual sólo es peor para nosotros. 

¿Te resulta familiar ese sentimiento? ¿El estar abrumado o abrumada? ¿El sentirte incapaz de terminar lo que tienes que hacer? A veces podemos confundir nuestra procrastinación, esa tendencia a aplazar las cosas y nunca terminarlas como un signo de flojera, falta de organización o disciplina, incompetencia, y sí, quizás a veces pecamos de alguna de esa cosas, pero ¿Nunca te has preguntado si esas son las únicas explicaciones posibles a ese mal hábito tuyo?

Miedos e inseguridades:

¿No será que la verdadera razón por la que no haces las cosas, no es porque no puedas, sino porque tienes miedo de hacerlas? Quizás de lo que estás pecando no es de ser una persona floja, desorganizada o indisciplinada, sino de tener baja autoestima o autoconfianza, tal vez tienes una percepción muy pobre de tu persona, lo que te lleva a dudar de tu capacidad para poder realizar determinadas cosas, puede que no tengas la suficiente confianza en ti para creer que puedes lograr tus objetivos. Todos estos problemas te llevan a tener múltiples inseguridades que no te permiten actuar de la forma en la que quisieras, y no hay que olvidar que las cosas no se hacen solas, y si no se actúa, no podemos conseguir nada, lo que nos sumerge cada vez más hondo en el mar de la frustración. 

El problema es que tienes miedo de lo que pasaría si no logras completar la tarea que tienes en mente, te preocupas por la posibilidad de terminar fracasando y en consecuencia, te paralizas. Si quieres saber cómo trabajar en tu autoestima y autoconfianza lee mis entradas: Tengo mala autoestima ¿Qué debería hacer? o ¿Cómo mejorar mi autoconfianza?

Falta de motivación y un mal estado anímico:

Otra posibilidad es que tengas otra clase de problemas que actúan como obstáculo entre tú y la acción que deseas realizar pero que has estado postergando, debes de saber que es normal que eso suceda, después de todo las acciones humanas son realizables gracias a la motivación y a un estado anímico que favorezca la productividad. 

¿A qué me refiero con esto? Déjame explicarlo con un ejemplo personal: A mí me gusta escribir historias de ciencia ficción, sin embargo, he tenido varios períodos de tiempo en los que no me fue posible escribir ni una sola palabra por meses, lo anterior se debió a dos factores: La motivación, y mi estado anímico. 

Veamos el primer factor: La noche en la que auto publiqué mi primer libro de ciencia ficción me dormí entre lágrimas a causa de otro de mis episodios de ansiedad, esa ansiedad, que siguió molestándome por varios meses (y hasta la fecha hay ocasiones en las que vuelve), no es más que mi miedo a acabar como una escritora muerta de hambre y no ser capaz de vivir de mi escritura. Aquello, obviamente afectó mi motivación, y al pensar que no había valido la pena hacer el primer libro, ya no he vuelto a trabajar en el segundo libro, y a decir verdad hay días en los que no quiero volver a escribir nada. En resumen, yo tengo algo que hacer (escribir un segundo libro), pero ya no estoy motivada y por ende procrastino al respecto y no lo hago. 

Sobre el segundo factor, debido a mis problemas con la depresión descubrí que necesito sentirme tranquila, feliz, emocionada para poder escribir algo, no me resulta posible hacerlo sintiéndome triste, vacía y miserable. En resumen, yo quería hacer algo (escribir historias), pero me sentía deprimida y no podía hacerlo por más que quería. 

Dicen que “querer es poder”, pero yo no estoy de acuerdo con esa idea, para mí “querer no es poder”, el deseo no es lo único determinante para poder realizar una acción y conseguir un objetivo, contrario a la romantización de los deseos y los sueños en nuestra cultura, puesto que la realidad es que no importa cuánto quieras algo, si emocionalmente te sientes demasiado mal, lo más probable es que no puedas hacer ese algo, por lo tanto: Querer es poder, pero sólo bajo determinadas circunstancias. 

Nuevos hábitos para dejar de procrastinar:

Recuerda por qué quieres hacer esto:

¿Alguna vez has sentido que vives en automático? Más como un robot programado para ejecutar una acción, que como un humano, un ser vivo con pensamientos y sensibilidad que actúa de manera orgánica, bueno, es más común de lo que parece sentirse así, puesto que hoy en día llevamos un estilo de vida tan acelerado que sólo completamos una tarea tras otra, hasta que nos agotamos y olvidamos por qué lo estamos haciendo en primer lugar, o incluso puede ser tan grave para hacernos sentir que no tenemos ni la más mínima idea de lo que estamos haciendo.

Si quieres saber cómo solucionarlo lee mi entrada Me siento desmotivado ¿Qué debería de hacer? Un truco para sentirte motivado o motivada nuevamente y volver a hacer una acción que dejaste de hacer consiste en recordar, recuerda por qué la estabas haciendo en primer lugar, cuáles eran los resultados que esperabas, por qué querías llegar a dichos resultados, qué impacto positivo iba a tener en ti obtenerlos. Una vez que rebobines hacia esos recuerdos, te será más sencillo recuperar la motivación para empezar otra vez desde donde te quedaste. Tómate tu tiempo para hacer esto, y trata de recordarlo todos los días, vuelve a dejar que esas metas te emocionen, y una vez que recuperes tu motivación, asegúrate de no soltarla, y si lo llegas a hacer, recupérala otra vez. 

Deja de dudar de tus capacidades:

Todos pecamos de no sentirnos suficientes en algún momento de nuestras vidas, es natural que aspiremos a más cosas, que tengamos expectativas absurdamente altas acerca de todo, lo cual desafortunadamente nos incluye a nosotros, por lo que terminamos cuestionandonos si somos lo suficientemente buenos o capaces para hacer algo, o incluso de si merecemos alcanzar ese algo para empezar. 

Tenemos que dejar de idealizar todo lo que tocamos mientras alimentamos la idea de que no estamos lo suficientemente capacitados para hacer las cosas. Seamos honestos, si queremos estar capacitados necesitamos experimentar, pues la forma en la que verdaderamente aprendemos a hacer las cosas es haciéndolas, así que ¿Cómo quieres estar capacitado(a) para hacer algo que no te das la oportunidad de hacer? ¿Quieres aprender? Házlo, tal vez tienes la capacidad, tal vez no la tienes, pero nunca lo sabrás si no lo intentas. Un truco que puedes probar, es simplemente fingir: Actúa como si supieras lo que estás haciendo aunque no sea así, y antes de lo que te imaginas, habrás aprendido cómo se hace. 

No te fuerces demasiado:

Como dije anteriormente, puede que procrastines porque te falta motivación o porque simple y sencillamente no te sientes bien, y está bien si es por eso, no se puede estar de humor todo el tiempo para hacer las cosas que tienes que hacer. Cuando sientas que alguna de estas dos causas te está frenando y aún así lo intentas de todos modos, lo más seguro es que no consigas otra cosa más que frustrarte. 

Así que tómatelo con calma, no pienses que tienes que hacer las cosas a una hora del día en específico, y date la oportunidad de hacerlo a la hora que tú puedas hacerlo, y que te sientas con la motivación necesaria y un buen estado anímico, es decir, cuando sea que tengas ganas y estés de buen humor. 

En caso de que sientes que a ninguna hora del día se cumplen estas condiciones, entonces tal vez sea momento de que hagas de tu bienestar tu prioridad, identifica qué es lo que te está estresando, causando ansiedad, o provocando cualquier emoción o sentimiento negativo que te esté bloqueando y trabaja en eso, a veces arrastramos con nuestros problemas a las actividades que tenemos pendientes de realizar, y eso es precisamente lo que nos impide completarlas. 

Empieza poco a poco:

Agarrar un hábito puede ser un reto debido a que requiere una cantidad inmensa de fuerza de voluntad y disciplina, esto posiblemente ya lo sabías, y antes de que te frustres y pienses que vas a seguir procrastinando para siempre y que tal vez no conseguirás tus objetivos en la vida, déjame decirte que hay soluciones más sencillas de las que te imaginas.

No te sientas mal si al principio no quieres dedicarle ocho horas al día, cinco días a la semana a la actividad que tienes que hacer, tienes que entender que eso no te hace una persona floja ni incompetente, como a veces tu cerebro te quiere hacer creer. Lo importante para que te acostumbres a hacer una actividad con frecuencia no es obligarte a hacerla en sesiones largas e intensas día tras día; ¿Sabes qué es lo importante para acostumbrarte? Encontrar la forma de que disfrutes lo que estás haciendo.

Es más fácil tener la voluntad de hacer algo que te gusta todos los días, que algo que no te gusta todos los días. Encuentra la forma de disfrutar esa actividad y tendrás ganas de hacerla con más frecuencia; y no olvides dedicar períodos cortos de tiempo al principio e ir aumentando el tiempo y la intensidad de tus sesiones paulatinamente, lo anterior hará más fácil que disfrutes de lo que estás haciendo, y antes de que te dés cuenta podrás dedicarle más tiempo a esa actividad sin hacer ningún esfuerzo. 

Conclusión:

Es normal procrastinar, no es el mejor hábito del mundo, pero todos somos culpables de ello en algún momento de nuestras vidas, lo importante es aprender a reconocerlo y comenzar a actuar para que no nos impida hacer las cosas que necesitamos hacer para alcanzar nuestros objetivos, así que recuerda tener en mente tu motivación, cuidar tu estado de ánimo, no ser tan duro o dura contigo, y agarrar nuevos hábitos con paciencia procurando en todo momento tu felicidad, y con el tiempo podrás dejar de procrastinar. 

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¿Cómo alcanzar tus sueños?

Consejos para adaptarse a los cambios

¿Qué son los cambios?

Todos estamos familiarizados  con los cambios, después de todo los experimentamos a lo largo de toda nuestra vida, se trata de situaciones que alteran nuestro orden interno, modifican nuestra rutina, nos quitan lo que nos es familiar, pero sobre todo nos someten a la novedad, a aquello que no hemos experimentado con anterioridad. 

Sobrellevamos los cambios de maneras distintas, depende tanto de la persona como de la situación de novedad en cuestión que representa el cambio mismo, a veces nos sentimos bien con los cambios, y nos acostumbramos a ellos con facilidad, y en otras ocasiones nos producen reacciones negativas, tales cómo miedo o ansiedad por lo que nos cuesta trabajo aceptarlos.

¿Por qué nos dan miedo los cambios?

En ocasiones los cambios nos asustan, pero ¿Por qué? El miedo que nos genera se debe a que cuando nos enfrentamos a un cambio nos enfrentamos también a la responsabilidad de salir de nuestra zona de confort y experimentar algo nuevo, algo a lo que al no estar acostumbrados, nos preocupa no saber hacerlo o no disfrutarlo una vez que lo hayamos hecho, o ambas. Si tú te identificas con esto, es hora de que aprendas a conciliarte con los cambios, así que a continuación te daré tres consejos útiles y prácticos para conseguirlo, de modo que puedas vivir una vida más tranquila, plena y feliz. 

Consejos para adaptarse a los cambios:

1) Controla tu ansiedad:

Uno de nuestros principales problemas a la hora de afrontar los cambios en nuestra vida diaria es que sufrimos de ansiedad, si tú también la sufres lee aquí mi entrada ¿Cómo lidiar con mi ansiedad? Dónde podrás ahondar más en el tema. Cuando sentimos ansiedad básicamente tenemos una excesiva preocupación por el futuro, la clave para controlarla es no reprimirla puesto que si lo hacemos nos podríamos terminar frustrando, en vez de eso debemos de tener una conversación con ella y rechazar las ideas de las cuales nos trata de convencer. 

Al experimentar un cambio tu ansiedad automáticamente intentará comunicarse contigo, te dará razones para creer que ese cambio es malo, que no te va a gustar, qué no sabrás cómo actuar ante él, que van a pasarte cosas malas a causa de este, tal vez incluso te haga sentir mal contigo mismo o contigo misma.

Cuando eso pase quiero que imagines que hablas con una persona que está siendo grosera y mala contigo ¿Cuál es la mejor manera de reaccionar? Primero, cómo tú eres mejor que esa persona, vas a ser amable y escuchar lo que dice (aunque por dentro no lo tomes en serio realmente), mientras escuchas vas a respirar hondo para tranquilizarte, y después le vas a contestar: “No te creo, y no tengo tiempo para ti, debo adaptarme a este nuevo cambio, y no necesito de tu negatividad para lograrlo, yo tengo la capacidad de conseguirlo y lo haré sin ti”. 

Una vez que le hayas contestado así a tu ansiedad, te sentirás mejor contigo mismo, más seguro, más tranquilo, pero sobre todo más capaz, y solo así, con la cabeza fría podrás pensar en nuevas formas de enfrentarte a este cambio de modo que puedas adaptarte al mismo posteriormente. Ya que lo hayas resuelto y te hayas adaptado descubrirás que pudiste solo(a), sin tu negativa y cruel ansiedad, y sin perder el tiempo tratando de reprimirla o dejando que te haga sentir mal.

2) Concéntrate en tus motivaciones para afrontar los cambios:

Existen dos tipos de cambios: El que nosotros mismos provocamos, y el que es provocado por causas externas. Hablemos del primer tipo de cambio: Hay momentos de nuestra vida en los que queremos hacer una determinada acción, pero llega un punto en el que la única forma de completar dicha acción es adaptándonos al cambio: Salir de nuestra zona de confort, hacer algo que nunca antes hemos hecho, arriesgando nuestra comodidad.

Cuando te enfrentes a esta situación, deberás superarla, y la forma de hacerlo es haciendo memoria: Recuerda que todo es un medio para un fin, que el cambio es necesario para que logres alcanzar un objetivo, concéntrate en el objetivo, acuérdate de todas las razones por las cuáles te lo propusiste en primer lugar y por las que es importante para ti. Una vez que hayas recordado el por qué estás haciendo todo esto, habrás encontrado tus motivaciones para enfrentarte al cambio con valentía y adaptarte a él.

Ahora, con respecto al segundo tipo de cambio, hay veces en las que nosotros no hicimos nada, pero por causas externas se presenta un cambio en nuestras vidas que trata de obligarnos a salir de nuestra zona de confort. Cuando la esto pase el primer paso a seguir es no victimizarnos, puesto que a veces nos limitamos a pensar que la vida es injusta con nosotros y que no deberíamos de estar pasando por una determinada situación, tenemos que aprender a aceptar que el cambio es parte de la vida y va a presentarse cuando tenga qué, y que para enfrentarlo no hay que perder el tiempo lamentándonos por su presencia, sino aceptarlo sin quejarnos y enfocar nuestra energía en adaptarnos, en la transformación humana que el cambio nos da, no desperdiciarla pensando que somos víctimas de la situación.

Una vez que pasemos de ser víctimas de la situación a personas en proceso de transformación ante el cambio, tendremos la mente fría y dispuesta a idear formas de adaptarnos a este nuevo cambio, y realmente aplicarlas de modo que lo logremos al final.

3) No te frustres a la primera:

Es común que al estarnos adaptando a los cambios tengamos que intentar cosas nuevas que no siempre salen como nosotros esperábamos, lo que dispara nuestro estrés, ansiedad o inseguridades, si tú sientes que estás pasando por eso lee aquí mis entradas: Consejos para lidiar con el estrés, o ¿Cómo mejorar mi autoconfianza?

En fin, para mantenernos bajo control cuando eso suceda tenemos que entender que estamos tratando de hacer algo que es nuevo para nosotros, lo cual significa que estamos tratando de resolver las cosas por método de prueba y error, por ende, es normal que nos equivoquemos y que las cosas no resulten a la primera.

Sin embargo, lo importante es seguirlo intentando hasta dar con la respuesta correcta ante este cambio al cual nos queremos adaptar, debemos de procurar una mentalidad positiva en la que veamos el lado bueno de las cosas y no solo nos obsesionemos con el lado malo, si te cuesta trabajo lograrlo lee mi entrada: ¿Cómo tener pensamientos positivos?

Debes aprender a controlar tu frustración, puesto que si conservas una mentalidad negativa ante las situaciones que no salgan a tu favor y caes en la melancolía de que las cosas no van a funcionar, lo único que estás haciendo es limitar tu propio potencial de avanzar al siguiente nivel, pues te resignas a que algo no saldrá bien, en vez de pensar cómo hacer que salga bien, recuerda que depende de ti perseverar con lo que quieres conseguir, y para adaptarte al cambio tendrás que cumplir muchos propósitos en el proceso. 

Conclusión:

Lo siento, pero en esta vida siempre va a haber novedad, disruptivas de todo lo rutinario, conocido, cómodo, tendrás que experimentar cosas nuevas, exponerte fuera de tu zona de confort, y conseguir objetivos en tu camino de adaptación al cambio, pero recuerda que es natural experimentar cambios, así cómo lo es sentir estrés, ansiedad, miedo o frustración en el proceso, la clave es aprender a controlar estas cosas negativas y no dejarte controlar por ellas. 

Recuerda que una mentalidad positiva que no gasta su energía en quejas negativas con respecto a las cosas nuevas, que recuerda sus motivaciones y controla su estrés y ansiedad es la que mejor se adapta al cambio, y al igual que la teoría de la selección natural dónde el que sobrevive es el que mejor se adapta, tú puedes ser el que mejor se adapta a su nuevo ambiente y sobreviva al final, así que sólo inténtalo, y feliz cambio. 

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¿Cómo sobrevivir a tus emociones y sentimientos?

Me siento deprimido ¿Qué debería de hacer?

Introducción:

¿Alguna vez has caído en depresión? Si la respuesta a esa pregunta es sí, entonces sabes lo horrible y lo difícil que puede ser vivir con esta horrible condición, pero te tengo buenas noticias: No estás solo ni sola en esto, muchas personas llegamos a sufrir depresión a lo largo de nuestras vidas, sin embargo, es una situación que podemos superar, la depresión es simple y sencillamente un estado continúo de profunda tristeza, es una emoción invasora en nuestro sistema que nos hace daño, y cómo toda emoción es una variable en nuestras vidas, no una constante, lo cual significa que a veces podrá estar, a veces no, pero nunca se queda para siempre, aunque a veces parezca que lo hará. 

Tú eres una persona muy fuerte, aunque no lo creas, por sobrevivir cada día con esta depresión que no se separa de ti, pero no tienes que hacerlo, no tienes por qué dejarla tomar el control de tu vida y de tu existencia, pues es algo que puedes vencer, y cuando lo hagas (y sé que lo harás) volverás a experimentar la felicidad, y todas las emociones y sentimientos buenos que has dejado de sentir desde que la depresión tomó el control de tu alma. 

Anteriormente en mi entrada ¿Cómo dejar de sentirme deprimido(a)? ahondamos en qué es la depresión, cómo descifrar su causa, y cómo oponernos a la monotonía y melancolía que nos produce, en esta ocasión tengo seis consejos más para superar la depresión que tal vez te puedan ayudar, así que si ahora mismo te encuentras sufriendo, date la oportunidad de leer esto, recuerda que mereces todo lo bueno en este mundo, y eso incluye sentirte bien.

Consejos para superar la depresión:

1) Haz un esfuerzo por seguir en movimiento:

Sé que es difícil, puesto que cuando nos deprimimos sentimos que la motivación e inspiración de hacer cosas y vivir nuestras vidas nos ha abandonado, no queremos hacer nada, y no nos sentimos capaces de hacer nada. Sin embargo, es importante no caer en la melancolía, en ese sentimiento que nos trata de convencer de que nada vale la pena, y por ende no deberíamos de molestarnos en hacer nada, pues sólo así podremos accionar, y una vez que comencemos a accionar estaremos un paso más cerca de sentirnos mejor. 

Tan sólo piénsalo, ¿Qué es lo que nos produce tener emociones? El simple hecho de vivir, de experimentar, de hacer cosas, por lo que tienes que ponerte en una posición en la que permitas estímulos externos que despierten las emociones y sentimientos positivos que guardas dentro de ti, pero que la depresión hace que ya no puedas sentir. 

Si haces cosas que te producen emociones y sentimientos buenos, es más fácil que experimentes dichas emociones y sentimientos a si sólo te dejas llevar por la melancolía y no haces nada en lo absoluto. Recuerda las acciones que solías llevar a cabo antes de caer en depresión, las actividades de las cuales solías disfrutar, que te generaban alegría, emoción, esas son las cosas que deberías estar haciendo ahora mismo.

Y sé que es más fácil decir las cosas que hacerlas, que tal vez ya lo has intentado y sólo te has frustrado porque la depresión sigue ahí dentro, sin embargo, creo que la forma de que funcionen cómo estímulos que te hagan sentir bien es siendo constantes. Lo siento, será más difícil de lo que pensaste, pero ¿Qué esperabas? Las cosas que valen la pena nunca son fáciles, es por eso que no basta que hagas el gran esfuerzo de hacer las cosas que te gustaba hacer, tienes que hacer además el inmenso esfuerzo de ser constante en ellas, puesto que no es suficiente que las intentes un sólo día, debes intentarlas todos los días, y poco a poco verás que volverás a encontrar disfrute en ellas, volverás a sentir cosas buenas, y la depresión se encogerá hasta desaparecer. 

2) Pasa más tiempo con tus seres queridos:

Mi siguiente consejo podrá parecer muy simple y quizás no te parezca la gran cura para la depresión, sin embargo, no hay que subestimar el poder que tiene el dedicar tiempo a tus seres queridos, ni la influencia que ellos tienen en nuestras vidas y en nuestro sentir. ¿Alguna vez te has divertido con un familiar o amigo? o ¿Has llegado a reírte con alguien cercano a ti? Las personas en cierto modo nos parecemos a los elementos químicos, pues somos capaces de transmitir cargas de energía entre nosotros que nos estabilizan, y cuando estamos junto a alguien especial nos volvemos más fuertes cómo en un enlace de elementos. 

Y esto ocurre porque somos seres humanos capaces de influenciar a otros, capaces de provocarles nuevas ideas, emociones y sentimientos, y los demás son capaces de hacer exactamente lo mismo por nosotros. Así que adelante, apaga tu cerebro por un rato, deja de pensar en todos tus problemas y cosas negativas que te están aquejando, y sólo ve a pasar el rato con alguno de tus seres queridos, puede ser un familiar o amigo, sólo ve y convive con alguien especial, y antes de que te dés cuenta, comenzarás a experimentar esa chispa de emociones buenas, que cuando logres dejar encendida quemará tu depresión. 

3) Ayuda a otros:

Otra cosa que te puede servir para sobrellevar y superar la depresión es aceptar que no eres la persona más miserable en el planeta tierra, y es que los seres humanos (ya sea que nos guste admitirlo o no) somos seres extremadamente sensibles y dramáticos, capaces de exagerar cualquier situación, de quejarnos por absolutamente todo, de sentir que merecemos algo mejor y que la vida es injusta por no dárnoslo. Pero te diré una cosa: A veces es necesario bajarnos de nuestra nube y aceptar que aunque haya cosas negativas en nuestras vidas, hay quienes están peor que nosotros, y debemos ser agradecidos con lo que tenemos y quejarnos menos.

Y una forma de hacerlo es ayudando a otros, cuando ayudamos a otros suceden dos cosas: Uno, nos sentimos bien por haber ayudado a alguien más, puesto que nos hace sentir útiles y valiosos; y dos, dejamos que otra persona se beneficie de nuestra ayuda. El ofrecer nuestra ayuda a otros puede ser beneficioso para dejar la depresión atrás, ya que nos hace sentir mejor y nos guía en el proceso de ser agradecidos con lo que tenemos. Así que ayuda a otra persona, hasta las cosas más simples por algún ser querido pueden ser de utilidad.

4) Sé agradecido y aprecia las cosas simples de la vida:

¿Sabes de qué otro modo puedes salir de la depresión? Aprendiendo a apreciar las cosas simples de la vida, cuando dejamos de exagerar nuestra situación, de enfocarnos tanto en lo negativo mientras nos victimizamos y empezamos a disfrutar de las cosas más sencillas, es que todo nuestro paradigma cambia. Hace muchos años cuando estaba deprimida una amiga me dijo algo a lo que no le tomé importancia en ese momento, pero más adelante lamenté no haberlo hecho, pues comenzó a tener sentido para mí. Yo le dije que no estaba feliz, que no tenía ningún motivo para estarlo (claramente estaba enfocándome sólo en lo negativo), y ella me dijo: “Tienes manos, tienes muchas razones para estar feliz”. 

Ahora me doy cuenta de que ella tenía razón, ella trató de hacerme ver qué tengo partes de mi cuerpo con las que puedo hacer muchas cosas, puedo escribir, puedo pintar, hay personas en el mundo que no tienen esas partes, que no tienen las mismas oportunidades que yo. Hay ciertas cosas, que podrán parecer muy simples, pero que damos por hecho y no valoramos cómo deberíamos, y es en los momentos más oscuros cuando más deberíamos de valorarlas, así que ¿Por qué no lo hacemos?

5) No caigas en conductas autodestructivas:

Un error muy común cuando tenemos depresión es sacar a relucir nuestra naturaleza autodestructiva, ya sabes, esos comportamientos que hacen que descuidemos alguna o varias de nuestras seis dimensiones del bienestar humano (bienestar físico, bienestar de familia o pareja, desarrollo profesional, cultura y educación, desarrollo social, bienestar y trascendencia), dejamos de preocuparnos por nosotros mismos; y en los peores casos comenzamos a tener impulsos de autolesionarnos, o pensar en el suicidio cómo una salida para nuestros problemas.

Si piensas siquiera en esas últimas cosas tengo algunas entradas que te podrían ayudar, cómo: ¿Qué hago si me quiero autolesionar?, Odiarte no es justificación para hacerte daño, Oigo voces que me dicen que me autolesione ¿Qué debería de hacer? o ¿Crees que no vales lo suficiente para vivir? En fin, volviendo al tema, debes de entender que eres un ser valioso, único y especial, que mereces cuidarte, y que lo último que mereces en este mundo es descuidarte o hacerte daño intencionalmente, así que no seas autodestructivo ni autodestructiva, pues no te traerá nada bueno, no te hará sentir mejor, lo que sí te hará sentir mejor, es tratarte con amor y respeto, así que empieza a hacerlo hoy. 

6) Sé paciente:

Mi último consejo para ti, es quizás el más difícil de todos, pero es la clave para que tus intentos por salir de la depresión den resultado, y esa es ser paciente con las cosas, ser paciente contigo mismo, sé que en nuestro estilo de vida moderno estamos acostumbrados a que las cosas se hagan rápido, vivimos a las prisas cada día, y siempre queremos resultados inmediatos, o de lo contrario nos frustramos, pero hay ciertas cosas que no se pueden acelerar tanto como quisiéramos, pues toman su tiempo.

Piensa en tu depresión cómo una gripa (lo sé, es algo radical esa comparación), no puedes aliviarla a la hora que tú quieras, sólo puedes obedecer al doctor, tomarte tus medicamentos y esperar que te curen, bueno con la depresión pasa algo similar, sólo puedes tratarla y esperar lo suficiente para que se cure, para que te deje en paz, y por ello tendrás que ser paciente, porque si te frustras y dejas de tomar tu tratamiento, de intentar curarte, puede que sólo alargues tu sufrimiento. 

Conclusión:

Sé que sufres, sé que la depresión no es algo fácil con lo cual lidiar, pero recuerda que no estás solo ni sola, existe la cura, existen salidas de este agujero más que sólo llorar todas tus lágrimas y ser miserable, yo confío en ti y sé que puedes salir de esto, así que intenta poner en práctica estos consejos: Procura mantenerte activo(a), sé constante haciendo actividades que solías hacer y disfrutar; pasa más tiempo con tus seres queridos mientras desconectas tu cerebro y dejas que te enlacen con su energía para hacerte sentir bien; trata de ayudar a alguien que necesite de tu ayuda; sé agradecido y aprende a apreciar las cosas simples de la vida que a veces das por sentado; no te permitas ser autodestructivo(a) y sé paciente durante un tiempo mientras tu tratamiento surte efecto, y no temas porque sé que lo hará. Tú puedes salir de la depresión, y lo vas a hacer. 

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¿Cómo sobrevivir a tus emociones y sentimientos?

¿Cómo lidiar con el enojo?

Introducción:

El enojo es una emoción desagradable que se manifiesta cuando estamos ante estímulos estresantes, los cuales son situaciones negativas en las que las cosas no salieron o no resultan ser lo que a nosotros nos gustaría que hubieran sido o fueran, y por ende nos enojamos.

Estar enojados implica un estado de frustración en la que nuestro enojo actúa como un imán de pensamientos, emociones y sentimientos negativos, los cuáles (junto con el enojo mismo) nos someten y nos hacen sentir mal a nivel general. Imagina que tú eres una casa en la que cada objeto que hay adentro es una emoción, pensamiento o sentimiento positivo, pero afuera está lloviendo a cántaros, y el agua se mete por las ventanas, puertas y las goteras del techo, esa agua es tu enojo, y está mojando todo lo que hay en tu hogar, está inundando tu casa, y la mayoría si no es que todos los objetos que tenías, haciendo que tu capacidad de tener emociones, pensamientos, o sentimientos positivos se bloquee, y todo lo que sientas sea a partir del enojo, y resulte en negatividad. 

El enojo afecta nuestra facultad de sentirnos bien, y de modo similar de reaccionar ante estímulos buenos, es decir, incluso si pasa algo bueno a nuestro alrededor cuando nos sentimos enojados, esa cosa buena no nos hace sentir lo suficientemente bien como normalmente lo haría porque estamos muy ocupados estando enojados, a veces ni siquiera notamos que ocurren, o si las notamos no nos sentimos interesados en ellas, pues lo que acapara nuestra atención es la emoción que nos está inundando. 

Sabemos que es muy molesto andar enojados, a nadie le gusta estar en ese estado, pero ¿Cómo nos libramos de esa emoción? ¿Qué deberíamos de hacer cuando nos enojamos? A continuación te presentaré tres consejos de qué puedes hacer cuando te enojes para sentirte mejor. 

Consejos para lidiar con el enojo:

1) Acepta la situación y tú emoción:

En mi entrada Consejos para lidiar con el estrés, te expliqué que una de principales cosas que debemos hacer es aceptar los estímulos estresantes, aceptar que cosas malas pueden y van a pasar, pero que no hay que perder el tiempo lamentándonos porque algo no sale cómo queríamos, y en vez de eso deberíamos de aceptar una situación negativa y concentrarnos en qué podemos hacer para mejorarla, pregúntate: ¿Qué puedo hacer yo para mejorar está situación? o ¿Qué puedo hacer para resolver este problema? Y a partir de eso actuar mientras soltamos la tensión en lo que las cosas se resuelven.

Pero la situación negativa a la que te enfrentas no es la única cosa que debes de aceptar, también debes de aceptar lo que sientes al respecto. En mi entrada Entendiendo sentimientos con garabatos te expliqué que nos educan mal emocionalmente, crecemos mientras nos dicen que no nos enojemos, que no lloremos, que no estemos tristes, cuando lo mejor sería que nos enseñaran a aceptar nuestras emociones negativas y aprender a controlarlas, no a reprimirlas.

2) Usa la risa como una medicina:

¿Has escuchado alguna vez que la risa es la mejor medicina? Pues existe algo de verdad en esta idea, puesto que la risa es una reacción natural de nuestro cuerpo ante algo que detona nuestra felicidad, por lo que tiene el poder de concentrar nuestra atención en ese estímulo alegre mientras nos produce la risa y nos hace sentir mejor. Seguramente recuerdas muchos momentos de tu vida en los que te has reído ¿Acaso no fue algo agradable ser feliz y reírte? ¿Incluso en las veces en las que te reíste tanto que te dolió el hacerlo?

Tenemos experiencia que nos demuestra que la risa es algo bueno y nos hace sentir mejor, así que ¿Por qué no recurrir a ella cuando tu casa se está inundando de emociones, pensamientos y sentimientos negativos? Sé que es difícil concentrarte en algo que no sea el hecho de que estás enojado o enojada cuando te sientes así, creéme, personalmente soy muy enojona, pero debes hacer un esfuerzo para atraer sensaciones positivas. Así que haz algo que te haga reír, y trata de reírte por un rato. 

3) Distráete y mantente activo(a):

Cómo dije, es difícil concentrarte en algo que no sea el hecho de que estás enojado(a), pero no es imposible, así que mi segundo consejo para ti es distraer tu mente. En vez de quedarte sin hacer nada mientras te quejas de lo que te está haciendo enfadar, trata de pensar en otras cosas completamente diferentes a las causa de tu enojo, pregúntate: ¿Qué haría en este momento si no estuviera enojado(a)?

La respuesta a esa pregunta básicamente te recordará qué cosas tenías pensado hacer ese día en ese momento, a veces nos enojamos y olvidamos lo que íbamos a hacer y nos quedamos sin hacer absolutamente nada, con lo que sólo perdemos el tiempo. En vez de eso piensa en todas las acciones que tenías planeadas para este día, e intenta hacerlas, y no sólo las hagas, sino que haz el esfuerzo de concentrar tu mente y energía en ellas, de modo que se te vaya pasando el enojo, mientras haces todo lo que ibas a hacer ese día. Lo importante es que procures que tu enojo no altere tu rutina normal y no te pierdas de las actividades que te disponías a hacer, puede que intentándolo logres desenfocarte de aquello que te altera y concentrarte en algo diferente, algo que te haga sentir bien, que mantenga tus pensamientos, emociones y sentimientos secos para que los uses. 

Otra opción es que en vez de tratar de seguir haciendo lo que ibas a hacer antes de enojarte, es que elijas una actividad especial para esa ocasión, pregúntate ¿Qué me gustaría hacer en este momento? o ¿Qué cosas me gustan hacer? Las respuestas a esas preguntas te dirán qué cosas puedes hacer específicamente para reducir tu enojo hasta desaparecerlo y sentirte mejor nuevamente, de modo que sólo hasta que te sientas mejor, retomes las actividades cotidianas del resto de tu día. Tal vez descubras que sólo necesitabas un rato de ejercicio físico, de pintar, o de cocinar o cualquier cosa que te guste hacer, simplemente piensa en qué actividad te hace olvidar todos tus problemas y te hace pensar sólo en ella de forma inmediata en cuanto la empiezas a hacer. 

Conclusión:

El enojo podrá no ser la emoción más placentera del mundo, y quizás nos quita nuestra capacidad de pensar o sentir cosas buenas en el momento, así como de ver y apreciar las cosas buenas que suceden mientras nos sentimos así, cómo si se inundara nuestra casa en esa negatividad; sin embargo, es una emoción humana, lo que la vuelve parte de nosotros, y así cómo aceptamos las cosas buenas de nosotros, debemos aprender a aceptar las cosas no tan buenas y aprender a manejarlas para convertir un mal momento en un buen momento. 

Así que inténtalo, acepta las cosas que te estresan, que te molestan, acepta tu enojo pero no te entierres en él y busca la manera de resolver el problema o de mejorar la situación; además recuerda que siempre que te enojes puedes probar la medicina de la risa; intentar volver a tu rutina normal, o tal vez distraer tu mente haciendo alguna actividad que te haga sentir mejor en esos momentos.

Siempre que llueva negatividad y empiece a entrarle agua a tu casa, recuerda que tú eres la casa, todo lo positivo (pensamientos, emociones, sentimientos) está dentro de ti, y sólo habrá una inundación que moje de enojo y lo estropee todo si tú te lo permites, si tú dejas que tu enojo te controle y te arruine el día. No tiene nada de malo sentir enojo, siempre y cuando lo sepas manejar, así que prueba estas tres cosas cuando te vuelvas a enojar, y aprenderás a manejar esta emoción antes de que ella te maneje a ti. 

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Taller literario

¿Cómo hacer la adaptación de mi obra literaria a un guión cinematográfico?

Título: Libro reproductor. Autora: Marjaneh Vargas Barajas. Técnica: Grabado con linóleo. Año: 2023.

Introducción:

Este contenido está dirigido a escritores y escritoras que hayan escrito una novela y deseen verla convertida en una película o serie, y cómo el primer paso para la creación de un producto audiovisual es la escritura de un guión, hablaremos sobre cómo adaptar dicha novela a un guión. En la presente entrada comenzaremos hablando sobre qué es una adaptación, por qué es conveniente hacer una, conoceremos el guión, sus diferencias con la novela, y cómo prepararte mentalmente para pasar de ser novelista a guionista, así que si eso te interesa continúa leyendo.

¿Qué es una adaptación y por qué debería hacer una?

Vivimos en un mundo muy visual, donde desde muy temprana edad somos expuestos a imágenes, tal como decía el autor John Berger en su libro Modos de Ver: “La vista llega antes que las palabras, el niño mira y ve antes de hablar” (Berger, pág. 13). Del mismo modo podemos afirmar que el niño mira y ve antes de leer, si bien la lectura se ejecuta por medio de la vista, no aprendemos el código del alfabeto y el lenguaje escrito hasta unos años más tarde, por lo que de niños antes de ser capaces de leer un cuento escrito, lo consumimos a partir de sus ilustraciones, a partir de imágenes que buscan traducir o adaptar al texto. 

Considerando lo anterior vale la pena echar un vistazo hacia la relación existente entre el lenguaje escrito y el lenguaje visual (el lenguaje de las imágenes), y esta es que ambos son medios comunicativos que se complementan y se explican el uno al otro ante el lector o espectador. Tomemos por ejemplo las fichas técnicas de los museos, todos los murales, cuadros y esculturas tienen una pequeña tarjetita con texto que incluyen ciertos datos, tales como el título de la obra, el nombre del autor, la técnica utilizada, y una pequeña descripción de la obra, en tales casos estamos ante una adaptación del lenguaje visual al lenguaje escrito, donde el texto pretende explicar a la imágen a partir de su lenguaje de palabras; o consideremos a cualquier película o serie basada en un libro, donde se nos presenta una adaptación del lenguaje escrito al lenguaje visual, en la que las imágenes pretenden explicar a las palabras escritas en el libro a partir de su lenguaje visual. 

Con lo anterior es posible deducir en qué consisten las adaptaciones cinematográficas, se trata de medios audiovisuales (o visuales en el caso del cine mudo) que parten de una obra literaria, la cual es un texto escrito, ya sea cuento, poema o novela, y lo que hacen con dicho texto es traducir su contenido del lenguaje escrito al lenguaje visual, pero con ciertas modificaciones que lo vuelven una adaptación que resulta en un producto audiovisual, en palabras más sencillas: Pasar de comunicar con un texto a comunicar con imágenes y sonidos. 

Pero ¿Qué beneficios tiene el hacer una adaptación de cine? ¿Por qué debería adaptar mi novela, cuento o poema? Para responder a estas preguntas debemos considerar que el texto del cual partimos para una adaptación audiovisual es expuesto a un público objetivo para que lo consuma; el producto audiovisual por su parte también se presenta a su respectivo público meta, sin embargo, al ser dos lenguajes diferentes, también son dos públicos diferentes; sólo piénsalo, un libro no tiene la misma estrategia de ventas que una película, por lo que ambas obras alcanzarán públicos distintos, lo que significa que cuando se adapta por ejemplo una novela a una película, estamos ante una historia que llega a un nuevo público gracias a la película (primero tuvo como público a lectores, y luego tiene como público a espectadores), es decir: Adaptar un texto a un medio audiovisual aumenta el alcance de la obra en sí, la vuelve más conocida, más popular, lo que incluso puede atraer más lectores para la obra original.

¿Qué es un guión y cuál es su estructura básica?

Ahora que conocemos en qué consiste una adaptación y por qué es conveniente realizar una para nuestro texto, conozcamos más acerca del guión y cuáles son sus elementos básicos. Un guión consiste en un texto que sirve cómo una guía para una producción cinematográfica, contiene descripciones de cosas, lugares y personajes así cómo diálogos y acciones que narran la historia e indican qué es lo que se va a ver en pantalla.

Existe además un formato internacional con el que debe de cumplir tu guión, sin embargo, no es un formato que debas preocuparte en aprender a utilizar, ya que actualmente existen múltiples sitios web y programas para escribir guiones que crean el formato automáticamente por ti ahorrándote la tarea de hacerlo para que te concentres sólo en el contenido de tu guión. Dejando eso claro prosigamos entonces son las principales partes del guión:

Acto:

Son las partes en las cuales se divide un guión. Generalmente se utilizan tres actos: El primer acto (el planteamiento de la historia); el segundo acto (el nudo de la historia); y el tercer acto (la resolución de la historia).

Escena:

Una escena es con lo que comienza una historia, se escribe en mayúsculas y cuenta con tres datos en el siguiente orden: Primero indica si la escena ocurre en interiores o exteriores o ambas (INT / EXT / INT/EXT) (por ejemplo puede ser ambas cuando la escena ocurre en un coche, ya que estamos en interiores pero también en exteriores); luego indica el nombre del lugar (LUGAR); y finalmente la hora del día, si es de día, de noche, o en algún momento específico cómo el amanecer o el atardecer (DÍA / NOCHE / AMANECER / ATARDECER). Cada vez que hay un cambio de locación, o pasamos del día a la noche por ejemplo, se tiene que escribir una nueva escena con estos tres datos.

Acción:

Cómo su mismo nombre lo indica consiste en un texto que describe una acción ejecutada por uno o varios personajes, esto plantea básicamente todo lo que hacen a lo largo de la historia, y al igual que el resto del guión, se escribe en presente, no en pasado ni en futuro, sino presente. Si se llegara a escribir una acción en pasado en el guión, se interpretaría que la acción ya se ejecutó, por lo que dentro de la escena se mostrarían indicadores de que esa acción ya finalizó, pero no se vería en la escena la ejecución de la acción.

Personaje:

En la primera aparición de cada personaje, se añade su edad entre paréntesis con el número, así como otro paréntesis con la descripción física del mismo. Cuando desees que el personaje hable debes insertar su nombre en la siguiente línea antes de su diálogo. Si te interesa profundizar en el tema de creación de personajes tengo algunas entradas que te podrían servir, como: ¿Cuáles son los tipos de personajes que existen?, ¿Cómo crear personajes realistas? o Trasfondo de personajes. 

Diálogo:

El diálogo muestra absolutamente todo lo que dicen los personajes, se escribe inmediatamente después de insertar el nombre del personaje en cuestión para indicar quién está hablando. Siempre que se pone el nombre de un personaje y su diálogo, se entiende que el personaje está dentro de la escena o de cuadro, es decir que se puede ver en pantalla, por lo que a menos que se quiera excluir visualmente al personaje y dejar sólo su diálogo o su voz se debe hacer uso de un (OFF) entre paréntesis seguido del nombre del personaje en el mismo renglón.

Entreparéntesis ():

Generalmente van en seguida del nombre de un personaje en el mismo renglón y sirve para describir una acción que se desee que el personaje realice mientras dice su línea, son pequeñas indicaciones que sirven para ayudar a los actores a convertirse en sus personajes, probablemente has utilizado este recurso en la novela, cuando dices que un personaje dice una cierta cosa riéndose o con enojo, acá es lo mismo sólo se pone de forma corta y concisa entre paréntesis, sin embargo, es recomendable no abusar del mismo y utilizarlo con moderación en un guión sólo para las cosas más importantes o esenciales.

Otros elementos:

Anteriormente los guiones solían contener otros elementos del lenguaje visual, mediante los cuales se indicaban transiciones (tipos de cambio de una escena a otra), calidad de la luz y dirección de la misma, ángulos y movimientos de cámara, planos o encuadres, etcétera; sin embargo, actualmente en un buen guión literario, todos estos aspectos se dejan de lado, ya que se empiezan a abordar más adelante en el storyboard (o guión visual) y en la producción, donde son los cineastas los que toman decisiones con respecto a estos aspectos, en cambio el o la guionista debe enfocarse en contar exclusivamente la historia.

Principales diferencias entre la novela y el guión:

Ya que conocemos qué es un guión y cuáles son sus partes, veámos cuáles son las principales diferencias que tiene con la novela: Cómo mencionamos anteriormente el formato es distinto, y lo puede generar un programa o página por ti si quieres. Otra diferencia son las descripciones, mientras que en la novela puedes hacer descripciones largas, complejas y llenas de figuras retóricas, en el guión debes de ser más simple y directo para decir cómo son las cosas, los lugares y tus personajes, podrá sonarte a hacer descripciones más objetivas o frías para alguien que se había acostumbrado a la novela; otro aspecto que debes considerar es la evitación  de términos cómo “se ve” o “luce” para describir algo, ya que todo lo que hay en un guión es algo que se va a ver en pantalla, por lo que estos términos resultan redundantes.

Con respecto a las emociones, sentimientos, o pensamientos, tienes estrictamente prohibido hablar de eso en un guión, en la novela estábamos acostumbrados a escribir páginas y páginas mientras le contábamos al lector lo que pensaba o sentía nuestro personaje, en cambio, en un guión no puedes decir ni lo que piensa ni lo que siente tu personaje, aunque sean aspectos importantes en tu libro, podrás preguntarte ¿Cómo podemos comunicar estas cosas sin siquiera mencionarlas? 

Muy fácil, tienes que hacerte a la idea de que lo que piensan o sienten tus personajes se va a entender a partir de lo que hagan y digan, tú concéntrate en describir sus acciones y en redactar sus diálogos, y el resto va a ser muy obvio. Si por ejemplo en tu libro decías que tu personaje estaba triste y enojado, en el guión pregúntate qué haría tu personaje estando triste y enojado, qué acción ejecutaría, tal vez la describiste en tu novela, tal vez no, si no lo hiciste, tendrás que usar tu imaginación acerca de qué acción o acciones le puedes dar a tu personaje en el guión para que sus pensamientos o sentir resulten evidentes.

Cambio de formato y extensión de la obra:

Sabemos que cuando se trata de libros o novelas, estos pueden tener diversas extensiones, grosores, tamaños o cómo prefieras llamarle, hemos visto libros cortos y largos, libros que rondan las cien páginas y otros que rondan las seiscientas o incluso sobrepasan las mil, podemos concluir que un libro puede ser tan extenso cómo lo desee su autor o autora, pero ¿Qué pasa con los guiones de cine? ¿Podemos darnos el lujo de hacerlos tan extensos cómo una novela?

Para responder las interrogantes anteriores te contaré cómo es que un director o productor de cine puede saber qué tan larga va a ser su película o qué tan largo será el episodio de su serie: Una página de guión equivale a un minuto en pantalla, la regla anterior no me la inventé yo, resulta que esta equivalencia se utiliza en el cine para determinar la duración aproximada de las producciones.

Entonces puedes darte una idea de lo que tendrás que hacer para adaptar tu libro a guión, ya sea que quieras una película o una serie. En mi caso por ejemplo, mi primera novela me salió de seiscientas treinta y siete páginas, así que podrás imaginarte lo que tuve que hacer para adaptar un libro así de gordo en un guión para película de cien páginas con una duración aproximada de una hora con cuarenta minutos (al final el guión me quedó de ciento tres páginas por cierto), tuve que seleccionar, cortar y modificar. 

Y si hipotéticamente hablando mi libro me hubiera salido de ciento y tantas páginas te imaginarás que se hubiera reducido considerablemente la necesidad de seleccionar, cortar y modificar para poder adaptarlo. Y si en vez de un libro corto hubiera adaptado uno de mis cuentos de menos de diez páginas para un guión de cien, entonces te imaginarás que más que cortar o modificar habría que agregar en ese caso. 

De novelista a guionista:

Normalmente cuando tratamos de hacer algo por primera vez tenemos un conflicto interno, por un lado nos sentimos ansiosos y temerosos por lo que pueda pasar, tal vez incluso inseguros, y por el otro lado estamos emocionados de intentarlo y ver qué sucede, así que es normal que si te planteas la posibilidad de incursionar en los guiones cinematográficos siendo novelista te sientas inseguro o insegura sobre si deberías hacerlo o no, ya que en parte quieres, pero en parte te invaden las dudas. 

Si te sientes así te comprendo, yo también me sentí de ese modo cuando quise adaptar mi novela a guión, me sentía insegura porque pensaba que al no tener experiencia no lo haría bien, y a decir verdad creo que no lo empecé a hacer bien hasta que me animé a hacerlo, y no sólo me limité a dar ese paso y escribir las cosas una vez, sino a editarlas incansablemente después, quizás tu te enfrentes a eso, quizás tu primer guión tenga sus fallas, pero hallarás el modo de corregirlas y llevar a la obra a su máximo potencial, pero tienes que intentarlo primero, debes de dejar de tener miedo y sólo hacerlo, y creo que grandes cosas surgirán después de que lo hagas, así que ya no te lo pienses más y empieza a escribir tu guión de cine hoy mismo. 

Conclusión:

Sin más que agregar por el momento espero que el presente contenido te haya sido de utilidad, la próxima semana te compartiré paso a paso y de forma detallada cómo realizar una adaptación fiel alta calidad sobre tu obra para que puedas hacer un guión de tu novela, así que si eso te interesa, espera mi siguiente entrada.  

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¿Cómo sobrevivir a tus emociones y sentimientos?

¿Cómo dejar de sentirme frustrado?

Introducción:

¿Quién no se ha llegado a sentir frustrado o frustrada alguna vez? Es natural que en nuestra vida cotidiana nos encontremos con este desagradable sentimiento, el cual hace acto de presencia en nuestros peores momentos, cuando tras haber intentado algo sin éxito pensamos que nunca lo vamos a conseguir, nos sentimos incapaces, insuficientes, lo cual en consecuencia puede incluso llegar a afectar nuestra autoestima y autoconfianza, mermando así nuestra calidad de vida.

Pero ¿Cómo podemos evitar encontrarnos en las circunstancias que originan nuestro sentimiento de frustración en primer lugar? Pareciera ser algo muy complicado, o incluso imposible en algunos casos considerando que algunas veces son factores externos los que nos hacen sentir de ese modo ¿Acaso podemos evadir las cosas que nos hacen sentir frustrados? ¿O sólo nos frustraríamos más de sólo intentarlo?

Desafortunadamente no hay respuestas absolutas para ambas preguntas, puesto que algunas veces podremos evitar las cosas que nos frustran y otras no, y algunas veces nos frustraremos aún más de sólo intentar frustrarnos menos, y otras veces funcionará. Suena desalentador que la presencia de un sentimiento tan poco deseable como la frustración pueda llegar a ser una variable arbitraria en nuestras vidas, por lo que tal vez el poder sobrevivir a ella no se trata de evitarla a toda costa, sino de saber enfrentarla.

Aprende a aceptar las cosas negativas:

¿Alguna vez has escuchado la frase de que no existe luz sin oscuridad? Tomemos como ejemplo una pintura, en la pintura no existen los contornos para delimitar las figuras, estas son delimitadas por los contrastes de color, es la contraposición de los matices lo que permite a la imagen, y dentro de esos matices hay colores más brillantes, más luminosos, así como colores más oscuros. 

Pero está relación luz-oscuridad no se limita solamente a la pintura, pues se extiende a todas las imágenes que vemos, a todo lo que nuestros ojos ven, constantemente y aunque no lo notemos observamos luces y sombras, por lo que podemos afirmar que esta dualidad es algo natural, que debe de existir, tan solo imagina un mundo donde todo lo que viéramos fuera en colores extremadamente brillosos o en colores extremadamente oscuros, sería difícil distinguir formas y siluetas, sería difícil ver en general, es por ello que necesitamos tanto de la luz como de la oscuridad todos los días, tan solo para poder ver. 

Y si es tan natural vivir con luz y oscuridad, ¿Por qué no lo pensamos así cuando nos va mal en algo? ¿Por qué siempre esperamos que todo sea luz y perfección? La vida misma es una dualidad de positividad y negatividad, conformada por días buenos y malos en el calendario ¿No sería más fácil nuestra vida si aceptáramos las cosas malas que suceden? 

Sólo piénsalo, cuando intentamos hacer algo para alcanzar un objetivo, y cometemos un error, o hay un obstáculo que provoca que no resulte, ¿No perdemos más el tiempo lamentándonos porque no funcionó? ¿No sería de mayor provecho para nosotros aceptar el fallo y continuar hacia el siguiente intento tomando el fallo anterior como aprendizaje? O¿Aprender del error y del obstáculo para descifrar la forma en la que funcione? ¿Es en serio tan difícil?

Tristemente lo puede ser para muchos de nosotros, sin embargo debemos aprender a aceptar lo negativo, así como aceptamos lo positivo de la vida, pues no se supone que la pintura de la vida tenga sólo luces y carezca de sombras, pues no tiene porqué darnos puras cosas positivas sin ninguna negativa, o de lo contrario no sería una pintura, ni siquiera sería una imágen, y mucho menos sería vida. 

¿Cómo lidiar con las cosas negativas?:

Hemos hablado sobre la importancia de aceptar las cosas negativas que nos suceden cuando queremos lograr algo, tales como errores y obstáculos, y que deberíamos tomarlos como aprendizaje, pero ¿Qué más podemos hacer con esas cosas negativas, con esos fallos? ¿Cómo pasamos de resignarnos a que estén en nuestras vidas a dar el siguiente paso para alcanzar nuestros objetivos? 

Es muy común que ante errores y obstáculos que nos alejan de un objetivo terminemos bloqueados y no sepamos qué hacer, así que ¿Qué hacemos? Lo primero que tenemos que intentar es tener pensamientos positivos, si quieres saber más sobre el tema lee mi entrada ¿Cómo tener pensamientos positivos? 

Cuando sientas que los pensamientos negativos te invaden prueba el siguiente truco: Pregúntate cuál es el problema, qué te acaba de pasar, cuando lo respondas, pregúntate porqué pasó eso, y así sucesivamente, ve escarbando en la información para entender el problema e ir a los porqués de cada cosa; luego pregúntate cómo lo puedes solucionar; sin embargo, lo difícil de este truco es que sigas la siguiente regla, la cual es: No usar adjetivos mientras te respondes.

No tienes permitido describirte a ti mismo(a) ni a otros, ni a las cosas, esto te ayudará a controlar tus propias emociones, ya que a veces tenemos una percepción de las cosas en base a una emoción o una inseguridad, veámoslo con un ejemplo: Tu problema fue reprobar en clase, por algún motivo te va muy mal, has reprobado todo hasta ahora, y estás frustrado(a) por que no te crees capaz de pasar la materia. Primero te preguntas porqué te pasa esto, quizás hubieras dicho “Por que soy idiota” debido a inseguridades que tienes sobre tu propia inteligencia y a la tristeza que sientes, pero como no usaste adjetivos para responder, ahora diste con respuestas como “No entendí los temas”, “No estudié lo suficiente”, o “Mi estudio no fue lo suficientemente eficaz”, y gracias a ello ahora entiendes mejor tu problema de forma objetiva, en vez de verlo desde emociones o inseguridades. 

Ahora te preguntas ¿Qué puedo hacer para solucionarlo? Y empiezas a idear soluciones relacionadas con nuevos métodos de estudio, una vez que estés ideando soluciones, vas a darte cuenta de puedes aprender de los constantes errores que cometes que te separan de tu meta de pasar la materia, y cómo puedes aprender de ellos, puedes seguir intentándolo y lograrlo, ¿Lo ves? Usaste pensamientos positivos para entender tu problema y dar con soluciones que te puedan ayudar a resolverlo, no te bloqueaste ante los obstáculos y las cosas negativas, lo pudiste aceptar y usarlo a tu favor. 

Sal de tu zona de confort:

Albert Einstein dijo una vez: “Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Esta frase nos deja con la enseñanza de que cuando las cosas no salen como esperábamos tal vez es porque hemos estado intentándolo de las mismas formas, y para que resulte debemos intentarlo de formas diferentes. A veces fracasamos y nos frustramos porque nos empeñamos en hacer las cosas de una cierta manera que nos haga sentir cómodos, no tenemos la disposición de salir de nuestra zona de confort y probar métodos nuevos, acciones diferentes.

La próxima vez que sientas que la frustración se apodera de ti, mantén la calma y pregúntate ¿De verdad ya intenté todo lo que podía intentar? ¿Ya no hay más que pueda hacer? Quizás al responder a estás preguntas descubras que hay posibilidades sin explorar fuera de tu zona de confort que podrían ser la clave para alcanzar tus objetivos y dejar ese ciclo de frustración.

Conclusión:

En la vida hay tanto luz como oscuridad, positivo como negativo, facilidades cómo obstáculos, errores como éxitos. La frustración si bien no es agradable es parte de la vida, es lo que la hace natural, debemos aprender a aceptar las cosas negativas que suceden también, tener la disposición de aprender de ellas, trabajar en nosotros mismos para tener más pensamientos positivos que nos ayuden a superar nuestros fracasos y los obstáculos que se nos presentan, y también salir de nuestra zona de confort cuando sea necesario. Tal vez no siempre podamos evitar sentirnos frustrados, pero cuando te vuelvas a sentir así, prueba hacer estas cosas y seguramente te empezarás a sentir mejor.