Introducción:
En mis entradas anteriores aprendiste a preparar tus lienzos para pintar, expresarte a través de la escritura de un diario, hiciste tu propio diario de artista y ahora eres capaz de hacer mezclas de colores con pintura acrílica utilizando la teoría del color. En la entrada del día de hoy aprenderás a pintar y realizarás tu primera pintura sobre uno de los lienzos que ya preparaste.
Te daré una lista de materiales e instrucciones sencillas para que comiences a trabajar, así como algunos consejos que estoy segura de que te serán muy útiles. Recuerda que al final de esta entrada podrás encontrar un vídeo que preparé para ti donde podrás ver el proceso que yo seguí para realizar mi pintura. Así que ¡Comencemos!
Materiales:
Para escribir y hacer el boceto:
- Un diario de artista (El que hiciste previamente).
- Una pluma.
- Un lápiz.
- Un borrador.
- Un sacapuntas.
Para pintar:
- Un lienzo (de los que hiciste previamente).
- Pintura acrílica roja.
- Pintura acrílica amarilla.
- Pintura acrílica azul.
- Pintura acrílica blanca.
- Una espátula de plástico o palito de paleta.
- Una paleta o godete de plástico para pintura (Yo tengo una paleta de vidrio, pero puedes usar otra superficie plana como un plato de plástico o de unicel).
- Pinceles (de dos a tres pinceles es suficiente para comenzar; procura que sean de diferentes tamaños: uno pequeño para detalles, uno mediano y uno más grande. Considera que hay pinceles redondos para pintar figuras ovaladas y con curvas, y cuadrados para pintar figuras con líneas rectas. Dependiendo de si tus bocetos tienen muchas líneas curvas o rectas, puedes optar por un pincel u otro)
- Un recipiente con agua.
- Un trapo.
Procedimiento:
Para hacer tu boceto:
- Comienza escribiendo tus pensamientos, emociones y sentimientos en tu diario de artista. A veces es más sencillo expresarse escribiendo y luego traduciendo esas palabras en imágenes, así que sólo desahógate y escribe.
- Partiendo de lo que escribiste puedes comenzar a pensar en elementos visuales que puedas asociar con las palabras escritas y comenzar a bocetarlos sobre tu diario de artista. Asegúrate de que tu lápiz siempre tenga punta, y si es necesario puedes borrar y repetir los trazos, o incluso comenzarlos de nuevo en la página siguiente.
Una vez que termines tu boceto y estés satisfecho o satisfecha con la idea, puedes trazar tu boceto sobre el lienzo para que comiences a pintarlo.
Ejemplo:
Por ejemplo, yo escribí sobre un problema familiar: Mi mamá decidió quedarse con el infiel machista, misógino y terrible persona de mi papá para que me pagara la universidad, lo que me hizo sentir culpable y me llevó a tratar de suicidarme en el pasado, así que escribí sobre lo harta que estaba de esa situación, lo frustrada que me sentía como escritora y artista, lo inútil que me consideraba a mí misma, y lo mucho que me dolía el sacrificio de mi mamá. ¿Cómo traduje eso a elementos visuales?
Me representé como una niña triste, siendo abrazada por una gran mariposa que tiene púas, la corta y la hace sangrar. Es decir, metafóricamente mi mamá es la mariposa que me abraza, me cuida y se sacrifica por mí, pero al mismo tiempo me lastima al hacerlo. Recuerda que tu boceto puede ser tan literal y directo o tan metafórico y poético como desees, eso depende de ti, además recuerda que no tienes que mostrarle tus pinturas a los demás si no quieres, son pinturas que vas a hacer por ti y para ti.
Prepara tu espacio de trabajo para pintar:
- Coloca tu material en una mesa bien iluminada (Para evitar mancharla puedes colocar revistas o periódico para formar un mantel).
Haz mezclas de color y pinta:
- Con ayuda de tu espátula o palito de madera vacía pequeñas cantidades de pintura en tu paleta y realiza tus mezclas, te recomiendo que limpies tu espátula o palito constantemente para evitar manchar la pintura dentro de tus botes con colores distintos.
- Cuando tus mezclas estén listas, utiliza tu pincel para pintar con ellas sobre tu lienzo.
- Por último, mezcla pintura, pinta, enjuaga tu pincel y repite una y otra vez hasta que termines.
Consejos:
No te sobre exijas:
Es normal que tengamos dificultades al empezar a hacer una actividad nueva para nosotros, si no tienes mucha experiencia dibujando o pintando puede que te resulte difícil al principio, pero recuerda que es parte del proceso y poco a poco lograrás acostumbrarte. No tienes que hacer la gran obra maestra, sólo tienes que hacer lo que a ti te haga sentir mejor, el arte no tiene que ser bello o hiperrealista, sólo tiene que ser expresivo, así que puedes hacerlo tan simple, complejo o extravagante como desees.
Tómate el tiempo que necesites:
Puedes hacer tu pintura en un día, una semana, o incluso un mes, no importa cuánto te tardes en terminarla, lo importante es que la hagas, y trates de disfrutar la pintura tanto como puedas, piénsalo como una oportunidad para hacer algo diferente y divertirte con los materiales.
Es normal que duela:
Tratar temas personales en el arte es cómo hablar con alguien de un problema que nos incomoda o nos hace sentir mal, es normal que sea incómodo hablar de ello, que al principio no nos guste, y nos cueste trabajo hacerlo, pero es algo sano porque nos ayuda a desahogarnos en el otro (en este caso en el arte) y ese otro nos puede ayudar a sanar.
Conclusión:
Escribir y pintar son ejercicios para expresarse, desahogarse, comunicarse y aprender a sentirnos felices, no se trata de sufrir de estas actividades más de lo que se disfrutan, así que no tengas miedo, escribe, pinta, haz arte, y con el tiempo te sentirás mejor.
Recuerdo que una vez escribí un relato que titulé “Mi historia de terror”, donde me desahogaba de los traumas de mi infancia, fue un texto muy difícil de escribir para mí, que me dolió como nunca antes me había dolido escribir, pues para hacerlo tuve que desenterrar recuerdos que ya ni siquiera sabía que tenía, que me hicieron sentir vulnerable, pequeña, y triste, hubo momentos en los que me arrepentí de estar escribiendo eso, que pensé en cerrar la computadora, volver a olvidarlo todo y no volver a escribir sobre el tema, pero me obligué a terminarlo, y cuando lo terminé de escribir sentí que me liberaba de un gran peso de encima, que al fin podía respirar.
A veces el arte es así, nos lastima cuando expresamos temas muy personales en él, pero al final nos hace sentir mejor, porque todas nuestras penas quedan sobre un texto, un lienzo, una obra, siguen siendo nuestras penas, pero han dejado de habitar nuestro corazón. Ese es el poder curativo del arte, que toma nuestro dolor y sufrimiento y lo contiene por nosotros para que no lo tengamos almacenado en lo más profundo de nuestro ser, para que podamos superarlo y seguir adelante. Es una terapia que nos envenena porque puede ser muy dolorosa, pero sigue siendo una terapia que nos sana y nos ayuda a vivir.