Big Rip dentro del planeta tierra

Mi primera publicación, partiendo de la frase de “la igualdad es como la gravedad una necesidad” establezco una analogía entre igualdad y gravedad, desigualdad y materia oscura, Big Rip e impacto social, a partir de lo cual hablo sobre la discriminación laboral de la mujer en México.

Fue publicado por la revista Reverberante en su segundo número.

Big Rip dentro del planeta Tierra

Los seres humanos no somos tan originales como creemos, pensamos que actuamos gracias a nuestra imaginación, pero realmente nos basamos en el comportamiento de las fuerzas del universo. Una de ellas es la gravedad, esa atracción que junta cosas como imanes ¿Pero de qué depende que haya gravedad? Esta aparece gracias a dos variables: posición y masa, en cuanto a la primera nuestro espacio no es el enorme vacío negro que parece, sino un espacio con formas, como un mar invisible cuyo oleaje mueve y permite que se muevan planetas, dándole lugar a cada uno y haciendo que muchos estén cerca entre sí; es aquí donde interviene la masa: cuando la masa de dos planetas cuenta con un valor necesario forman un vínculo gravitacional, en el que comienzan a girar entre sí.

Algo parecido pasa a diario, los hombres y mujeres nos movemos por este mundo y nos dejamos mover por este, cada quien tiene su propia posición en la Tierra y cuando tenemos un valor satisfactorio no de masa, sino como seres humanos, formamos un vínculo gravitacional para girar entre nosotros, pues establecemos una relación de igualdad sobre la cual gira nuestra cotidianidad. 

 Joss Whedon dijo: La igualdad es como la gravedad, una necesidad, dicen que los cuerpos celestes forman vínculos por el mismo motivo por el cual lo hacen los elementos químicos: para adquirir estabilidad, es por eso que nosotros estamos en paz al tratarnos equitativamente, pero… ¿Qué pasaría si alguna otra fuerza repudiara la gravedad que imitamos, esa necesidad, como la llamó Whedon? ¿También la imitaríamos aunque probablemente sea lo contrario a una necesidad?

De hecho ya existe, se llama materia oscura una poderosa fuerza de repulsión con efectos anti-gravedad que ahora mismo está rompiendo vínculos a lo largo y ancho del espacio exterior, expandiendo todo sobre las olas del universo y encaminándonos a un Big Rip: desgarramiento masivo del universo que según cree la ciencia será el apocalipsis cósmico.

Y si consideramos la presencia de la igualdad a lo largo de nuestra historia podemos darnos cuenta de que esta no es una constante en la ecuación de nuestra existencia: desde nuestro origen se ha estado debilitando nuestro vínculo gravitacional de igualdad, pues hombres y mujeres nos dividimos como la materia oscura separa a dos planetas. 

Si esto pasa, no imitamos a la gravedad todo el tiempo, entonces el resto del tiempo imitamos a la materia oscura, ¿La cuestión es cómo? Las dos variables que necesitamos para mantener un vínculo gravitacional son: posición y un mínimo valor humano: en el primer caso los hombres y mujeres al vivir en el mismo planeta no podemos estar tan distanciados así que solo puede ser la segunda variable con la que arruinamos la ecuación, porque las mujeres tienden a ser minimizadas a lado de los hombres, debilitando el vínculo gravitacional gracias a una nueva relación de desigualdad. 

Y a diferencia de la igualdad, podemos deducir que la desigualdad es como la materia oscura: innecesaria, porque si imitamos una fuerza tan destructiva para el universo, la desigualdad puede implicar lo mismo para nuestra sociedad. ¿Será que estamos creando un Big Rip desde la Tierra que nos destruirá antes del apocalipsis cósmico? 

La buena noticia es que ha surgido una nueva constante para mantener nuestro vínculo gravitacional de igualdad: el feminismo, y digo que es una constante porque parece que su lucha por nuestros derechos seguirá por mucho tiempo, tratando de contrarrestar a la desigualdad que nos expande como si estuviéramos bajo los efectos de la materia oscura. 

El feminismo está porque a veces parece que estamos en una sociedad de favoritismo hacia los hombres dentro de diversos ámbitos, uno de ellos es el trabajo: un espacio creado y conformado por y para la sociedad para que los individuos subsistan mediante su preparación, capacidades y talentos; es aquí donde a las mujeres se les puede dificultar insertarse, mantenerse y sobresalir, debido a rechazos y tratos indignos, hecho que se puede ver reflejado en la idea de la feminista Betty Friedan: En todos los campos del mundo laboral, las mujeres siguen siendo ciudadanas de segunda clase, la cuestión es ¿Hasta qué punto esto puede ser verdad?

No todos los lugares del mundo han reconocido nuestros derechos y no todos los que lo hicieron los respetan, México es un ejemplo del segundo caso: A pesar del establecimiento del derecho femenino al trabajo El Informe de Movilidad Social en México 2019 indica que el 86% de las personas discriminadas son mujeres. En cuanto al ambiente: estudios como El Informe Mundial de Salarios de la Organización Internacional del trabajo (OIT) revelan un salario 34% más bajo que los hombres; y un estudio del Conapred y la Cepal indicó un ingreso laboral por hora 34.2% menor que el de ellos, incluso con escolaridad y puestos similares. 

Este fenómeno puede ocurrir por: una simple mentalidad sexista y misógina; o porque ellas a diferencia de ellos tienden a trabajar a tiempo parcial para conciliar la vida familiar con la laboral; o por ser un trabajo con mayor presencia femenina donde (a diferencia de los trabajos con mayor presencia masculina) los sueldos son peores. Cabe mencionar que la desigualdad salarial no solo se da entre hombres y mujeres, también ocurre entre las mismas mujeres: el salario de una madre es 30% menor que el de una mujer sin hijos, ya que en el primer caso está la necesidad de un trabajo a tiempo parcial y en el segundo no. 

Por otro lado en el trabajo hay riesgos exclusivos para las mujeres: ellas pueden ser rechazadas al solicitar empleo o ser despedidas del mismo si llegan a embarazarse, lo que significaría que necesitarían conciliar su vida laboral con la familiar de modo que al representar esto un inconveniente para los individuos que proveen el empleo les resulta más fácil dejarla ir y buscar a un candidato que parezca más productivo. Dicha situación ocurrió según 490 expedientes de Presuntos actos de discriminación por embarazo que calificó el Conapred del 2014 al 31 de marzo del 2019. 

Ellas también tienen 7% de probabilidades de que el trabajo les niegue el seguro médico, puesto que los seguros de gastos médicos son más caros para una mujer que para un hombre: según La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef) esto se debe al supuesto de las aseguradoras de que las mujeres viven más años que los hombres, por lo cual también son propensas a enfermar más. Según Freddy Domínguez, cofundador de ComparaGuru, una plataforma para comparar precios de servicios: los seguros de gastos médicos femeninos también son más caros cuando tienen entre 25-35 años, siendo este el rango de edad en el que tienden a embarazarse. 

También les cuesta ascender a puestos jerárquicamente importantes, razón de que predominen los hombres en estos, los obstáculos son: estereotipos que designan los trabajos como “masculinos” o “femeninos”, limitando el acceso a alguno por creerse que un hombre lo haría mejor; el embarazo, incluso llegan a pedir una prueba de embarazo cuyo resultado define si lo obtienen; una barrera organizacional donde los jefes no quieren mujeres en sus equipos por la mera posibilidad de que se embaracen, (que si ocurre aumenta las posibilidades de despido); o una actitud negativa: como a la mujer le ha costado más acceder al mercado laboral, lidia con el doble de exigencia pues el sistema está pensado por y para hombres, lo que resulta desmotivador y lleva a que muchas ni se postulen para algún puesto al no tener el 100% de los requisitos, cuando hay hombres que con el 40% ganan el puesto. 

Por otro lado según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) los jóvenes sin empleo entre los 15-29 años se dedican o a estudiar o a trabajar en casa: el 84.4% de estos hombres estudian y solo el 6.7% se dedica al hogar; en cambio de las mujeres el 54% se dedica al hogar y solo el 43.3% estudian. De modo que no es de extrañar que exista el estereotipo de que las mujeres deben ejercer un trabajo no remunerado. 

Por eso es difícil para las mujeres pasar del trabajo no remunerado al remunerado, tal obstáculo aparece por no completar sus estudios por las tareas domésticas o interrumpir el empleo por ellas. Y como el tiempo de dedicación al trabajo no remunerado es visto como un “período de inactividad” tiene una desventaja para ser contratada. Según la Cepal el trabajo no remunerado es desempeñado principalmente por mujeres y representa el 24.2% del PIB del país. 

La discriminación y desigualdad laboral contra las mujeres tienen diversas soluciones: podrían implementarse cambios en nuestros valores y moral para hacer de lado el machismo y la misoginia, en los casos en los que el problema surge de estas formas de pensar; también sería productivo apoyar a las mujeres que están embarazadas de modo que puedan conciliar su trabajo con su estado médico, y que en un futuro cuando sean madres, también reciban el apoyo necesario para conciliar sus vidas familiares con las laborales, todo esto sin arriesgar su estabilidad económica y laboral. 

También podríamos abrirnos a la posibilidad de que un embarazo no represente un problema para contratar, tener trabajo o ser ascendida, puesto que si fuera más flexible la situación para las embarazadas y las madres, ellas podrían mantener el desempeño requerido. En cuanto a la salud, no hay que olvidar que su acceso es un derecho humano, y a pesar de que el seguro médico femenino sea más costoso que el masculino, convendría que se procurara garantizar dicho servicio, proporcionándoles así mejores condiciones laborales que resulten en un mejor desempeño por parte de ellas. 

En cuanto a las mujeres que transitan del trabajo no remunerado al remunerado, ellas podrían recibir más importancia y apoyo para que se inserten en el mundo laboral, considerando su potencial, quizás están en desventaja por su período de inactividad, pero pueden recibir capacitaciones (donde normalmente priorizan a los hombres), y una vez que estén trabajando ocurriría lo que dijo Simone Parks: las capacidades se demuestran únicamente cuando se realizan. 

Afortunadamente no es demasiado tarde: los vínculos orbitales de la igualdad entre hombres y mujeres, y entre las mismas mujeres no se han roto, todavía se puede reajustar la variable del valor que las mujeres reciben como humanas y arreglar la ecuación de la igualdad. 

El feminismo ya puso los derechos sobre la mesa, a disposición de un reparador empuje gravitacional, solo falta aplicarlos. Combatir la discriminación y desigualdad contra la mujer en el mundo laboral reduciría el número de mujeres afectadas, eventualmente quizás por completo, y así se erradicaría la necesidad de hacer tantas estadísticas negativas, que además representan solo una parte de las afectaciones que conocemos 

Podemos alcanzar una sociedad más justa sin brechas salariales entre hombres y mujeres, la cual ayudaría a eliminar la pobreza de las mujeres luego de su jubilación; al ser más inclusivos generaríamos más empleos y por lo tanto las mujeres impulsarían la economía; al mejorar las condiciones laborales de todas las mujeres, estas se motivarían más y por lo tanto serían más productivas. 

La masculinidad y feminidad que componen a la humanidad han crecido en un mundo para compartir una ecuación de existencia que se copia de dos fuerzas universales, sin embargo no hay que olvidar que nuestro libre albedrío es la variable con la que podemos elegir a cuál de estas imitar.

Quizás no podemos frenar el desgarramiento masivo del universo, pero podemos evitar imitar a la materia oscura dividiéndonos, para reforzar el vínculo gravitacional de la igualdad que se ha ido debilitando con la desvalorización de las mujeres, propiciando que la productividad del sector femenino resulte en un beneficio colectivo que desarrolle y evolucione todos los ámbitos de la vida humana. O de lo contrario dividirnos como la materia oscura divide cuerpos celestes, tratarnos desigualmente hasta terminar rompiendo nuestro vínculo gravitacional cayendo en un trágico y apocalíptico desgarramiento masivo, un Big Rip dentro del planeta Tierra.

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