Entre el interior y el exterior de la caverna

El presente ensayo es una exploración sobre los conceptos de ciencia y tecnología, así como su impacto en la vida humana, lo anterior conlleva a una mirada sobre cómo ha impactado al mundo de las artes y lo que estas podrían significar en un futuro.

Fue publicado en la Revista Puerta Escarlata en su segundo número y lo puedes encontrar aquí en la página 231: 

Entre el interior y el exterior de la caverna

La ciencia es la teoría y la tecnología su aplicación. Todos estamos familiarizados con ambos conceptos, pues son parte de nuestra educación, vida cotidiana, y consumo a través de artes como el cine por ejemplo, pero ¿Qué son, ¿qué han significado para la humanidad y qué significarán en el futuro? Para responder a tal pregunta es necesario empezar por establecer una diferenciación y relación entre ambos:

Todos hemos oído hablar del método científico, ese de la observación, hipótesis, investigación y experimentación que generan el conocimiento a través de una teoría que busca comprobarse posteriormente o un simple hecho que no requiere de comprobación para ser aceptado, bueno pues la ciencia es el simple efecto del método científico: el conocimiento. 

¿Y qué es la tecnología por su parte? Es un artificio creado a partir de la creatividad ¿Y qué es la creatividad sino es dejar volar la imaginación? Y la imaginación es el proceso donde se forma algo nuevo a partir de lo ya conocido, lo que por cierto explicaría porqué el arte nunca es creación: los seres humanos no podemos crear, ni siquiera los artistas, puesto que cada pensamiento parte de otros elementos ya conocidos y lo único que hace el sujeto imaginativo es armar un nuevo pensamiento, es como si los pensamientos fueran un enorme rompecabezas con la historia humana, donde cada persona sólo hace una combinación diferente de piezas, más no crea las mismas piezas; entonces la creatividad entra en juego, y es donde el sujeto toma su nueva combinación del rompecabezas y crea algo que entra en la categoría de tecnología, una forma tangible de la ciencia de la que partió en un principio. 

La revolución científica en su momento fue el proceso histórico donde el conocimiento dejó de ser satanizado en el obscurantismo y comenzó a tomar parte de la vida cotidiana, incitando al pensamiento racional sobre lo divino. Podría ser un ejemplo del mito de la caverna de Platón, el cual cuenta la historia de un grupo de hombres que vivieron siempre en una caverna y sólo veían las sombras del mundo, pensando que esas sombras eran el mundo, sin embargo un día uno de ellos salió y vio por primera vez la realidad, pero al querer mostrárselas a sus compañeros estos se negaron a salir de la cueva, diciendo que la única realidad que aceptaban ellos eran las sombras. 

En este caso los científicos y científicas que llevaron a cabo esta revolución son como el hombre que salió de la cueva y vio al mundo, y los que no le creyeron aquellos religiosos que estaban indispuestos al cambio. Sin embargo hoy en día podemos decir que la ciencia es algo cotidiano y socialmente aceptado, algo que ha mejorado notablemente nuestra calidad de vida, pues contamos con una sociedad de médicos que nos curan y ayudan a sobrellevar enfermedades no con milagros, sino con ciencia, medicinas, aparatos. Esto me recuerda un poco a la segunda película animada de Madagascar, cuando una jirafa dice que cuando se enferman simplemente van a cavar un hoyo y a morir, bueno, pues la humanidad pudo dejar de hacer eso una vez que terminó el obscurantismo, gracias a los científicos y científicas que se atrevieron a salir de la caverna. 

Pero ¿Qué pasó con todos los que negaban esa revolución en su momento? La respuesta es simple, y tiene que ver con las ideas de Charles Darwin, cuando expresó que las especies que sobreviven no son las más fuertes, sino las más adaptables, de modo que esta idea aplicada a la revolución científica vendría a significar que una vez que se dio el cambio con la revolución científica sólo perduró el pensamiento social que lo aceptaba, pues murió aquel que lo negaba y reconocía simplemente a la sombra. 

Sin embargo esto no quiere decir que la ciencia sea otro tipo de orden mundial que vino a sustituir a la religión, y a ser unánimemente aceptada, puesto que aún quedan vestigios de pensamiento que cuestionan si este conocimiento junto con sus aplicaciones tecnológicas realmente son el camino a seguir por la humanidad. De esto hablan muchos artistas, sólo pensemos en la cantidad de distopías que hay y que hemos visto a través de la literatura y medios audiovisuales como el cine. 

La distopía son las historias que imaginan un futuro catastrófico, algo horrible que como humanos obviamente no queremos que suceda; los autores de estas historias toman piezas del rompecabezas, cosas que ya se conocen y forman una nueva composición donde plasman la forma en que imaginan que estas cosas podrían desarrollarse y acabar en ese futuro catastrófico. Generalmente se asocian con la ciencia y la tecnología, y significan una especie de advertencia para los espectadores acerca de lo que podría pasar si no tenemos precaución: Desde inteligencia artificial que toma el control del mundo, les quita el trabajo a los humanos, los persigue, y los mata; fatal curiosidad por el espacio exterior que conlleva a nuestra perdición a manos de seres extraterrestes; hasta humanos que se pierden dentro de los dispositivos electrónicos olvidándose de la realidad. ¿Alguna idea te resultó familiar?

Incluso dentro de la misma comunidad científica han hecho advertencias acerca de que hay ciertas cosas que no deberían tratar de desarrollarse al máximo, que hay ciertos límites que serían fatales de atravesar, tan sólo recordemos una de las advertencias de la brillante mente del científico Stephen Hawking, quien dijo que los seres humanos no deberíamos tratar de contactar a seres extraterrestres porque ellos podrían querer colonizarnos.

Por otra parte pensémoslo desde el punto de vista de calidad de vida: las revoluciones industriales en su momento eran consideradas como catapultas hacia el avance y el progreso, tal cómo lo estipula la ideología del siglo XIX del positivismo que en palabras de Agust Comte: “La verdad a través de la ciencia”, pues veía a la ciencia como el camino único hacia la realidad natural y la felicidad; y sin embargo a pesar de todos sus beneficios también implicó desigualdad social y pobreza. Por otro lado la carrera espacial entre E.U.A y la U.R.S.S fue una gran inversión en la tecnología, pero un descuido total en la calidad de vida humana que fue uno de los factores detonantes de la disolución de la U.R.S.S porque ¿Quién es feliz así?

La ciencia y la tecnología son campos abiertos que dan para eternos debates, y si algo se puede concluir de ellos es que son manifestaciones del realismo: una mancha de color llena de varios matices, ni blanco ni negro, puesto que ambos tienen tanto luz como oscuridad, ventajas como desventajas, de modo que no se puede decir si la ciencia y la tecnología son buenas o malas.

 Entonces ahora que tenemos una idea de han significado y qué (inciertamente) significan la ciencia y la tecnología el misterio que queda es ¿Qué significarán próximamente? ¿Recrearemos las distopías? ¿Contemplaremos otra realidad por la que no extrañemos las sombras de la cueva? ¿Qué ocurrirá en el mundo del arte?

Para empezar ¿Qué es el arte? Esta es otra cuestión que también da para mucho debate: Larry Shinner en su obra La invención del arte expone que los griegos no tenían un concepto equiparable a la palabra arte, y que el más cercano era techné, el cual se refería a una capacidad para hacer algo, expresión que hoy se usa para denominar a otros oficios como arte. Herbert Read en su libro Imagen e Idea dice que el arte debe de darle forma a los sentimientos, en vez de corromper la consciencia, es decir: no ser un producto de la razón dada por medio de la lógica o la filosofía, pero si pasamos esta crítica de la pintura a la literatura, música y medios audiovisuales que ocasionalmente se guían por la razón, ya sea parcialmente o en su totalidad ¿Entonces hay obras literarias que no son arte, sino una techné? ¿Todas las historias distópicas no son arte? 

Sea cuál sea el juicio que tienes para designar qué es arte en medio de tanta polémica, podríamos simplificarlo al hecho de que todas las artes tratan de transmitirle una imagen a su espectador, así es: todas, incluso la música. Pero para entender el aparente sin sentido de mi afirmación hay que definir primero la imagen, Hans Saette, autor del libro

 Ceguera y Mirada se refiere a las obras e ideas del Hans Saette al exponer obras e ideas del fotógrafo ciego Eugen Bacvar, tales como “No es verdad que el ciego no tiene mirada y que el que mira no está ciego”; es de lo anterior de lo que parte para proponer que la imagen no es exclusiva al sentido de la vista, que se puede captar por medio de todos nuestros sentidos, así que básicamente es un concepto de la realidad, ya sea un pensamiento o un sentimiento. Esto explica porqué los ciegos perciben imágenes, ya que tienen una percepción del mundo; y los que vemos también podemos ser ciegos al no percibir al mundo. 

Puede que como humanidad nunca sepamos exactamente qué obras son arte, pero aún así podemos pensar en ellas cómo su técnica en vez de la imagen que transmite (en donde frecuentemente recae la polémica sobre qué es arte y que no), por ejemplo no pensar si la obra trata sobre un razonamiento político o el amor hacia alguien, sino si es simplemente una fotografía o una pintura. 

Limitándonos a eso podemos considerar por ejemplo el impacto que ha tenido la cámara fotográfica, en su libro Modos de ver John Berger explica la iniciación de algo que llama Reproductibilidad del arte, que básicamente consistió en hacer copias de una misma obra, con lo que el espectador ya no requería de compartir la misma ubicación que la obra original para poder verla. 

Lo anterior afectó tanto de formas positivas como negativas: en el primer caso expandió el público de la obra, ya que se puso disponible a una mayor cantidad de personas, todos conocemos a la Mona Lisa, o Gioconda, pero no necesariamente porque fuimos al Museo de Louvre en París, sino porque vimos copias de la misma: fotografías; y en el segundo caso permitió que la obra fuera utilizada para fines distintos a los de su creación, en los cuales tienden a ser malinterpretadas y a exponerse de forma distinta a lo que en realidad son, él explica que una pintura al ser estática puede ser manipulable por la cámara, la cual aísla un detalle de la misma y la pone en otro contexto, lo que al final altera el significado de la propia obra. 

Por otra parte cuando habla de la pintura al óleo, dice que sus funciones eran representar el estatus social del individuo, eran las posesiones del mismo ya que se tenía la idea de que uno vale por lo que tiene. Entonces si partimos de la explicación de Berger y el acercamiento que hace después de la misma con la publicidad ¿No se podría considerar que la fotografía y la publicidad son una herencia de la pintura al óleo?

Esto me recuerda a cuándo una nueva tecnología llega a innovar, haciendo obsoleta a otra, lo que me hace preguntarme ¿Ese no es el caso entre la relación de la fotografía y la pintura al óleo? La cámara puede superar a la pintura o al dibujo en la semejanza entre el objeto y su representación, así como en su rapidez de capturar la imagen, razón por la que hoy en las fiestas o eventos especiales no se contrate a un pintor para hacer imágenes de recuerdo, sino a un fotógrafo. Sin embargo la pintura al óleo como tal no ha desaparecido, aún es posible comprar esa clase de pigmentos y ver artistas que lo usan, quizás la única diferencia es que no pinten lo mismo que se pintaba en la Europa del siglo XV. 

En cuanto a la música la tecnología hoy brinda la posibilidad de hacer sonidos de instrumentos con sólo darle órdenes a una computadora; si conectamos y encedemos un teclado podemos apretar un simple botón y tocar el instrumento haciendo sonidos no de piano, sino de guitarra, órgano, acordeón, trompeta saxofón, bajo, flauta… sin embargo podemos conseguir todavía esos instrumentos y muchos más en una tienda de música a pesar de que se puedan generar todos los sonidos desde la misma fuente. 

Entonces tal vez la cuestión no es si va a desaparecer determinada técnica artística o instrumento sino ¿Cómo la va a transformar la tecnología al hacer obsoletas o insignificantes algunos de sus alcances?

Si la tecnología está ahí para solucionar problemas y facilitarnos la vida ¿Qué puede hacer por el arte? Esto me recuerda a algo que contaba Shinner con respecto a las diferentes clasificaciones del arte desde la antigua Grecia, en determinado momento se acuñaron los términos artes liberales, que se producían por el pensamiento como la gramática y retórica. Por el contrario las artes vulgares, se referían a todas aquellas disciplinas que requerían de algún esfuerzo o trabajo físico, por ejemplo la escultura, obviamente esas distinciones perdieron vigencia y actualmente sería considerado un grave insulto a cualquier escultor o escultora decirle que hace arte vulgar. 

Pero si partimos del pensamiento griego de que el arte no debería implicar ese trabajo, y vemos hacia una posible solución en la tecnología, ¿Será que esta podría alcanzar ese ideal de arte liberal? Últimamente se ha hablado mucho acerca de fusionar nuestros cuerpos con tecnología. La lente de la cámara tiene más agudeza visual que el ojo humano, todas las ideas que hablan sobre la posibilidad de mezclar nuestros cerebros con una computadora o nuestros ojos con un artificio parecería alcanzar ese arte liberal del que hablaban los griegos.

Sólo imaginemos que podemos producir sólo con mirar y pensar, incluso se harían obsoletas las cámaras, pues sólo bastaría enfocar la mirada para tomar una fotografía de la realidad, satisfaciendo a los que creen en la mimética: la semejanza de la obra con el objeto en la reproducción; sin embargo ¿Qué pasaría con la misión del artista que decía Herbert Read? La de darle forma a los sentimientos, bueno, nuestros ojos artificiales podrían mirar hacia el objeto de inspiración luego nos dejaríamos llevar por las sensaciones y sentimientos que evoca y generar una imagen que represente tal forma, algo que llevaría tiempo en un dibujo o pintura. 

¿Y si se pudiera generar la misma imagen, pero de una obra tridimensional y dejar que las máquinas la produzcan sin movernos? ¿Y si pudiéramos darles movimiento a las imágenes en un producto audiovisual con el pensamiento? ¿Y si los músicos pudieran tener una red de sonidos en su mente y producir melodías con la misma facilidad al punto de ya no necesitar ningún instrumento más que el de su mismo cuerpo robotizado? ¿Y si un escritor pudiera escribir en su cabeza sin tener que presionar nunca una sola tecla?

¿Si la tecnología se maximizara al punto de hacer obsoletas todas las técnicas artísticas conocidas, estas perderían vigencia o seguirían de diferente forma como lo hizo la pintura al óleo con la llegada de la cámara?

La imaginación humana parece infinita, y por lo general se habla de evolución y mejoras cuando se toca el tema de la tecnología, pero también quedan todos los temores que proporcionan las distopías sobre los desastres a los que estas bastas aplicaciones científicas nos pueden llevar si se salen de control o llevan demasiado lejos.

El ser humano puede sentir temor y admiración hacia lo desconocido, y lo expresa cuando se deja guiar por este pensamiento positivista que desarrolla la ciencia y la tecnología por la felicidad que promete; así como haciendo y consumiendo distopías que hablan acerca de la desgracia que eso nos traerá. Sea lo que sea que pienses: si es mejor salir de la caverna y adoptar a la ciencia como nuestro futuro, o quedarnos con las sombras que no nos destruirán como lo haría el exterior de la cueva; es un hecho que eventualmente el cambio llegará, igual que lo hizo la revolución científica, y sólo quedará el pensamiento que haya prevalecido al instaurarse dicho cambio, con lo que sólo nos quedará enfrentar su evolución o desgracia.

Estamos entre el interior y el exterior de la caverna, y el lado que pese más nos va a jalar en esa dirección, y por más perturbador o aterrador que pueda sonar nos pondrá en la encrucijada de sobrevivir o perecer. Si acabamos adentro o afuera igual estaremos en el mismo ecosistema del que hablaba Darwin, donde en esta especie sólo sobrevivirán los que mejor se adapten al cambio de este polémico orden mundial que es el futuro.