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Autoestima, Autoconfianza, Autoaceptación

Reduce las expectativas irrealistas hacia tu persona

¿Qué son las expectativas?

Hemos sido objeto de expectativas ajenas toda la vida, tus padres esperaban que aprendieran a hablar o a caminar cuando eras pequeño(a), tu familia esperaba que te comportaras, la escuela esperaba que sacaras buenas calificaciones, el trabajo esperaba que cumplieras tu función de generar ingresos, la sociedad esperaba que tu aspecto fuera de cierta manera, etc. Podemos decir que prácticamente el ser humano es bombardeado por expectativas en todos los sentidos, expectativas acerca de cómo debemos ser, qué debemos de hacer, y cómo debemos vivir.

Es lógico pensar que si los seres humanos venimos de un ambiente donde otros constantemente están esperando algo de nosotros, entonces aprendamos a hacer lo mismo, y como la sociedad nos enseñó a seguir ciertos criterios y cumplir ciertas expectativas, al final terminamos formulando criterios y expectativas propias sobre nosotros mismos.

Y es que es ese el mecanismo del mundo, para que sobrevivas en este tienes que seguir un conjunto de reglas, de conductas, las cuales sigues en modo automático después de haberlas aprendido de otros, y luego te enseñas a ti mismo(a) a seguir reglas y conductas autoimpuestas, es decir, propias. Podemos concluir que todo lo que haces se basa en expectativas, ya sea ajenas o propias acerca de cómo debes de ser y actuar. 

El riesgo de las expectativas irrealistas:

No es malo que nuestra vida gire en torno a cumplir expectativas, sin embargo, debemos de ser selectivos para decidir qué expectativas seguir y cuáles no. Existen dos tipos de expectativas: Las realistas, que nos llevan a cosas buenas; y las irrealistas, que nos llevan a cosas malas. 

Cuando tienes una expectativa irrealista, sobre cualquier cosa en general, significa que estás esperando demasiado del objeto sobre el cual pones tu expectativa, y es “demasiado” porque se trata de un exceso negativo, es más de lo que debería ser, y por lo tanto lo más probable es que sea irrealizable. 

Sólo piénsalo ¿Qué es lo peor que podría pasar si tienes una expectativa hacia ti mismo(a) que es irrealizable? Seguramente vas a intentar cumplir esa expectativa una y otra vez, de diferentes formas, vas a invertir tiempo y energía en ello, intentarás de todo para lograrlo, y serás paciente contigo mismo(a) durante algún tiempo, pero fallarás múltiples veces en cumplirla y llegará un punto en el que te quebrarás, la frustración se apoderará de ti, al igual que otras emociones negativas como la tristeza o el enojo, tal vez incluso hasta te dé la depresión. 

¿Cómo detectar las expectativas irrealistas?

Para empezar ¿Por qué tenemos expectativas irrealistas sobre nosotros mismos? A veces generamos una expectativa a partir de un simple deseo, es decir, cualquier cosa que queramos esperamos que suceda, y cómo podemos desear literalmente cualquier cosa en la vida, nuestros deseos pueden tener diferentes niveles de realismo. Puedo ser un astronauta y desear viajar al espacio; o simplemente despertarme de buen humor un día y desear tener un unicornio, ¿Cuál de las dos opciones es más probable que suceda, y cuál es simplemente irrealista? 

Es bueno tener expectativas, y no tiene nada de malo que sean originadas en deseos, después de todo, un deseo nos produce emociones y sentimientos que nos mueven, y canalizados en una expectativa nos lleva actuar con el fin de cumplirla, pero es importante saber qué clase de expectativa estás tratando de cumplir, porque no es lo mismo ser un astronauta que quiere ir al espacio, a simplemente querer tener un animal mítico como un unicornio cuya existencia ni siquiera está comprobada científicamente. 

Así que ¿Cómo sabemos cuando una expectativa es irrealista y alberga un gran potencial de frustración? Tal vez deberíamos echar un vistazo a las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos y preguntarnos si fueron generadas a partir de simples deseos o de cosas que no solo deseamos, sino que hemos analizado y dado con un plan coherente para hacer realidad ese deseo. 

También puedes partir de la cuestión ¿Qué tanto te estás exigiendo a ti mismo(a)? ¿Te estás exigiendo a un nivel insano sólo porque quieres cumplir tu deseo? Puede que la razón por la que tu expectativa es irrealista, no es porque te falte capacidad para poderla cumplir, sino porque estableciste una fecha límite imposible, y eso es lo que te está causando tanta frustración. 

¿Cómo convertir una expectativa irrealista en una realista?

Una expectativa irrealista, si bien contiene un alto potencial de frustración y sufrimiento para ti, no significa que sea una expectativa completamente inútil, piensa en esa expectativa como un borrador que puedes corregir, puedes hacer de una expectativa irrealista hacia tu persona, una realista que realmente te traiga cosas buenas. 

Lo único que necesitas es hacer un trabajo introspectivo, pregúntate: ¿Qué ventajas tengo a mi favor para poder cumplir esta expectativa? Y ¿Qué desventajas tengo en mi contra que me dificultan cumplir esta expectativa y qué puedo hacer al respecto? Una vez que tengas claros tanto tus puntos fuertes y débiles, puedes tomarlos en cuenta para realizar un plan de acción que sea realizable para ti para que puedas cumplir con esta nueva expectativa (ahora realista) hacia tu persona.

Conclusión:

Los seres humanos somos motivados por deseos, que convertimos en expectativas aunque no siempre resulten ser realistas, lo cual nos puede causar mucha frustración y sufrimiento, por lo tanto es importante reflexionar acerca de dónde provienen las expectativas que tenemos hacia nuestra persona y si fueron motivadas por deseos realistas o irrealistas, para que, de ser irrealistas, podamos convertirlas en expectativas realistas que sean realizables para nosotros. Cuando tenemos expectativas sobre nosotros mismos tenemos dos opciones: Mantenernos motivados por sueños y simplemente esperar eternamente a que estos se cumplan hasta que simplemente no ocurra y los terminemos olvidando; o sacar provecho de la motivación de los sueños, pero sin olvidar que los sueños se deben convertir en expectativas con un plan de acción que podamos seguir, para por fin ver esos sueños realizados al final. 

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